Juárez y Maximiliano, dos masones liberales en pugna

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  • Por Norma L. Vázquez Alanís

RedFinancieraMX

(Primera de dos partes)

Maximiliano de Habsburgo fue un hombre bueno que nunca pretendió sojuzgar a México, pues era más liberal que el propio Benito Juárez, coincidieron los académicos participantes en el conversatorio al que sobre este personaje convocó la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), auspiciada por la UNAM.

Tomando como punto de partida la llegada a México del archiduque austriaco el 28 de mayo de 1864, el doctor Armando López Macip, el científico e investigador de física nuclear Alejandro Dosal Luce, la escritora e historiadora Alicia Albornoz, el poeta Sergio Morett, el maestro Carlos Martínez Plata y el arquitecto Manuel Gamio, disertaron vía Zoom acerca de este personaje histórico. Como moderador fungió el maestro en bibliotecología y doctor en antropología social José Roque Quintero.

López Macip -miembro de la filial de la ANHG en Córdoba, Veracruz- abrió el diálogo sobre Maximiliano con una breve reseña de cómo fue que llegó a México ese integrante de la casa real austriaca; en Miramar, dijo, se le ofreció que viniera a gobernar lo que sería un imperio mexicano.

José María Gutiérrez de Estrada encabezaba la delegación que fue a Europa a ver a Maximiliano para pedirle que viniera a México; también formaba parte de ese grupo Francisco Suárez de Peredo, obispo de Orizaba y conde del Valle de Orizaba. Maximiliano no aceptó de inmediato sino hasta un año después y para ello debió renunciar a todos los derechos de sucesión de él y sus descendientes al trono de Austria, lo cual quedó asentado en un documento conocido como “Pacto de familia”, señaló López Macip.

Maximiliano llegó a Veracruz el 28 de mayo de 1864 y la primera visita que hizo fue a la ciudad de Córdoba, donde estuvo dos días, luego fue recibido con arcos triunfales por los 33 pueblos que integraban el distrito de Orizaba. En ese acto el prefecto de la ciudad, Avelino Herrera, estuvo a punto de desmayarse porque asistió al acto aunque había estado muy enfermo, y fue el propio Maximiliano quien le auxilió. Eso, apuntó el doctor López Macip, demuestra la calidad humana del archiduque.

Orizaba era un bastión conservador, es la ciudad más religiosa de todo el estado de Veracruz y los indígenas recibieron bien a Maximiliano porque las leyes de desamortización de bienes del clero los afectaron también en sus fundos legales (una porción del ejido destinada al asentamiento humano, es decir a la construcción de las viviendas de los ejidatarios). Había la esperanza de que la Iglesia recuperara sus bienes y por ende los indígenas recobraran sus tierras.

En Orizaba, donde se hospedaron en la Casa Bringas, perteneciente a un distinguido personaje llamado José María Bringas, estuvieron Maximiliano y Carlota cuatro días.

A su turno dentro del conversatorio, Dosal Luce abordó el aspecto masónico que se presentaba en el continente durante la estancia de Maximiliano en México. Reseñó brevemente la historia de la masonería moderna, nacida en 1717 en Londres al reunirse cuatro logias que estaban a punto de extinguirse y decidieron crear la Gran Logia Masónica de Londres.

Entonces comenzó lo que se denomina la masonería especulativa, compuesta únicamente por Masones Aceptados (miembros honoríficos no dedicados a la construcción) de modo que se separó definitivamente del arte de la edificación para perseguir sólo una finalidad ética, situación que permitió el ingreso a las logias de individuos de otras profesiones: músicos, científicos, escritores y la nobleza, que formó parte de esa sociedad secreta. Los jesuitas han estado muy vinculados con la masonería.

Cuando Maximiliano llegó a México -continuó Dosal Luce- Benito Juárez se iniciaba en el rito yorkino, surgido en Estados Unidos y que se volvió muy liberal, lo cual va en contra la masonería primigenia que era monárquica; en cambio el rito de York promovía la idea de la República. Recordó el comentarista que, paradójicamente, fue el embajador plenipotenciario de Estados Unidos, Joel Roberts Poinsett, quien creó el rito Nacional Mexicano junto con Lorenzo de Zavala.

Hay que aclarar que Juárez era del rito yorkino y Maximiliano del escocés; y recordar que Estados Unidos apoyó a Benito Juárez para evitar que Maximiliano gobernara México, porque significaría el posible regreso de los europeos a territorio americano. Los gobernadores que respaldaron a Maximiliano eran del rito Nacional Mexicano.

Por su parte la doctora en Arquitectura Gloria Álvarez, presidenta de la filial de la ANGH en Michoacán, indicó que la masonería estaba prohibida so pena de excomunión por bulas de diferentes pontífices, a lo que Dosal Luce respondió que curiosamente los masones están involucrados en el Estado Vaticano, pero hoy, precisó, la verdadera masonería está manejada desde la catedral de York, en Inglaterra, y dominada por anglosajones presbiterianos.

Para cerrar este tema, la escritora e historiadora Alicia Albornoz consideró que la función de la masonería fue muy importante en las independencias de los países de América Latina.

En su función de moderador, José Roque mencionó que Maximiliano se rodeó de investigadores y artistas, y fundó la Academia de San Carlos, la Academia de las Ciencias y el Museo de Historia Natural, mandó construir el Paseo de la Reforma y clasificó las plantas.

(Concluirá)