Juan Hernández ganó elecciones de la ATJ, en asamblea desconocida por la FMT 

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  • La Asociación de Tenis de Jalisco (ATJ) parece estar condenada al limbo
  • Por Mauro Flores Ledesma

RedFinancieraMX

Con una votación de 8-6, la planilla de Juan Hernández Salas se impuso a la de Daniel Elías Serur de la Torre, en las elecciones de la ATJ que se realizaron este sábado en Guadalajara, en una Asamblea Ordinaria que para desgracia de la planilla ganadora, quedará sin reconocimiento porque no cuenta con el aval de la Federación Mexicana de Tenis (FMT), ya que no se solicitó el aval en tiempo y forma como lo marcan los estatutos, organismo que advirtió previamente que se desconocerían los acuerdos tomados.

Como se preveía desde hace una semana, la planilla de Juan Hernández fue ungida con el manto del ahora expresidente interino Carlos González López, quien ilegalmente se dice presidente de la FMT y quien recibió también la palmada cómplice del extitular del máximo organismo del deporte blanco, José Antonio Flores Fernández.

González aprendió bien las lecciones de su mentor y metió la mano en todo, desde convocar y “desconvocar” la asamblea a su libre albedrío con la complicidad u omisión de los clubes del estado hasta intervenir de manera directa en favor del voto para el “delfín” Juan Hernández.

La asamblea ordinaria se realizó en medio de un tenso ambiente debido a las múltiples anomalías que se presentaron durante todo el proceso electoral y fue finalmente el Club Santa Anita, quien había expresado su respaldo a Daniel Serur, que de último momento decidió levantar la mano por la planilla del extenista Juan Hernández, personaje censurado entre la comunidad tenística nacional por su florido lenguaje y su manera agreste para denostar a sus adversarios en las redes sociales. No hay más se desnudó tal cual es y eso, sin duda, lo retrata de pies a cabeza.

Además, González y Hernández utilizaron el recurso de las promesas e integraron a su planilla, como nuevos asociados para que tuvieran derecho a votar, al club Narval y a las academias Play Point y Tenis México, que jamás han hecho un torneo, nadie sabe que aportan al tenis de la entidad, y la mayoría de los tenistas jaliscienses desconoce su ubicación. Con lo anterior la planilla de Hernández sumó tres votos que no tenían antes de la asamblea ordinaria. En otros casos utilizaron el recurso de la “advertencia” sobre el retiro de torneos.

Quizá en el recuento que hicieron hace unos días la planilla de Hernández y Carlos González ya sabían que ganarían si lograban que la asamblea aprobara el ingreso de nuevos clubes, pero también estaban conscientes que deberían impedir el voto de Vallarta Internacional S.A., de C.V., de Martín Parra, quien desde hace más de una decena de años ha tenido derecho a voto y que ahora con una sui generis interpretación  los estatutos dejaron fuera. Quizá si la cuenta no les hubiera salido, Carlos González habría “desconvocado” la asamblea por razones de la pandemia. Después de lo anterior sólo faltaba que se tuviera el control en el acceso a las instalaciones, lo hicieron.

El resto fue pan comido, González, en su calidad de presidente interino, manejó las asambleas extraordinaria y ordinaria a su libre albedrío, incluso le aprobaron la reforma de estatutos en la primera y le aceptaron a los nuevos socios en la segunda. También le aprobaron los estados contables luego que tuvo conflictos para que se los aceptaran en el 2019 y que presuntamente no se han pagado alrededor de 400 000 pesos de impuestos y afirman que esperará cinco años para que prescriban. A ver qué dice el SAT porque las cosas no son siempre como uno quiere.

Los clubes que votaron por Juan Hernández fueron Guadalajara Country Club, Providencia, Narval, Santa Anita, Atlas Chapalita, Atlas Colomos, Play Point y Tenis México. Por Daniel Serur lo hicieron Hacienda San Javier, Club de la Colina, Privado San Javier, Monte Verde, Navarro y Valle Real.

Es importante señalar que no votó el club del expresidente Pepe Ochoa, el Club Los Pinos, así como otras dos decenas de clubes que hay en el estado y que antes formaban parte de la ATJ. Al iniciar la Asamblea de este sábado la ATJ solo tenía 11 clubes afiliados, con todo y el de Martín Parra, a quien no dejaron votar.

Las asambleas de la ATJ tienen vicios de origen y motivos para ser impugnadas, como el caso de Juan Hernández como candidato, pues se viola el artículo 52 de los estatutos de la Federación Mexicana de Tenis que señala: No podrán ser elegibles para desempeñar cargos en el Consejo Directivo de las asociaciones u organismos afines los afiliados cuando:

III. El candidato no esté afiliado a la FMT con 6 meses de anterioridad a la fecha de elección.

Juan Hernández aparece ya afiliado en la FMT el 8 de junio de 2020… Paradójico ¿no?

Previo a la Asamblea Ordinaria se realizó la extraordinaria donde se aprobaron las reformas a los estatutos en un claro conflicto de intereses porque González las sometió a consideración de los clubes esperando que se las aceptarán y así validarán una convocatoria ilegal pues impuso una elección de presidente y consejo directivo en una fecha que no acataba los estatutos. Claro ejemplo de las enseñanzas que González recibió de su gurú.

En fin, dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece, aunque en este caso no podrá ejercer ese poder porque la asamblea fue desconocida por la FMT. Hernández y su consejo deberían asumir el cargo el 1 de enero de 2021.

No sabemos qué hará ahora Daniel Serur, lo que sí sabemos es que no obstante el resultado adverso, él ganó. Es un empresario y tenista joven, inteligente, de convicciones firmes y con ganas de regresarle a este deporte lo que le ha dado. La experiencia siempre es importante y este proceso le servirá de aprendizaje para el futuro. Hoy sabe que hay que aprender a nadar en el lodo de la política deportiva si quieres hacer algo por tu deporte.

El tenis de Jalisco perdió porque un solo hombre ratifica que se puede retorcer la historia de un estado tan noble y competitivo en el deporte que antes era blanco y porque los clubes de Jalisco demostraron que no hay criterio ni dignidad para defender lo que es suyo.