- Ha participado en ORIGINAL. Encuentro de Arte Textil Mexicano, y colabora en el Programa Capacitación Integral y Fortalecimiento Técnico del FONART
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Mantener la tradición del uso del rebozo en el estado de Michoacán es de suma importancia para Jaime Antonio Ferreira, quien desde 2011 se especializa en la elaboración de dicho textil. Empezó con los llamados rayados y, ahora, su principal trabajo está en los jaspeados.
Con amplia trayectoria, el artesano rebocero usa tanto el telar de cintura –técnica que aprendió con Esperanza Valencia Mora, quien tiene un local en Casa de las Artesanías en Morelia–, como el de pedal, que aprendió de forma autodidacta, tras comprar uno en Pátzcuaro.
A la par de estudiar la carrera de Historia en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (2010-2014), y a partir de la lectura de textos de la antropóloga, promotora e investigadora del rebozo en México Martha Turok, consideró que la elaboración de dichos objetos era una actividad a la que se podía dedicar.
“Investigué dónde adquirir más conocimientos; supe que, en Jiquilpan, Michoacán, había una escuela, ‘la Casita de Piedra’, donde llevaron a cabo un proyecto para revitalizar la rebocería, pues en ese pueblo se dedican a eso, y aunque es muy poca la gente avocada a ello, decidieron tener instructoras de Santa María del Río, San Luis Potosí, para que les enseñaran las técnicas”, comenta.
En ese centro cultural aprendió a hacer los rebozos jaspeados, aquellos que tienen dibujos y están elaborados con teñido llamado ikat. “Es una técnica donde elaboras diseños en los hilos con amarres, antes de que se teja el lienzo como cualquier textil; cuentas los hilos y luego pintas. Donde está el amarrado no entra la pintura, lo desamarras y queda jaspeado; después puedes hacer lo que quieras, grecas o figuritas”, explica.
Actualmente, dicha técnica solo se hace en ciertas localidades de Estado de México, Guanajuato, Michoacán y San Luis Potosí.
Trayecto cuesta arriba
En 2015 conoció a Martha Turok, quien en ese entonces organizó un congreso en la Ciudad de México denominado “El arte del jaspe y del rebozo”.
“La contacté y me invitó a participar en la expoventa y con una ponencia; empecé a darme a conocer con el tema de los rebozos jaspeados”, recuerda.
En 2018 participó en un concurso y obtuvo el primer lugar, lo que le permitió abrirse camino y obtener más reconocimiento. Asimismo, compitió en el Concurso Nacional de Textiles y Rebozo 2023, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, en el que obtuvo el tercer lugar.
Después, en 2016, asistió al encuentro shibori en el Museo Textil de Oaxaca, y en 2019 participó en la Bienal FEMSA en Morelia.
También ha incursionado en temas artísticos con la elaboración de rebozos que muestran los estigmas que viven las personas homosexuales o portadoras de VIH.
Además, Ferreira es activista en favor de los derechos de la comunidad artesanal, por ejemplo, fue beneficiario de Pro-Juventudes del IMJUVE con lo cual se financio el proyecto “Mujeres de Turicuaro tejiendo una vida digna”, encaminado al mejoramiento de las condiciones de trabajo de mujeres purhepechas de Michoacán, y de la misma convocatoria en 2018 para el proyecto “Jóvenes de Cuanajo tejiendo redes de apoyo” orientado a capacitar a jóvenes artesanos y artesanas de dicha comunidad.
Ha sido parte de ORIGINAL. Encuentro de Arte Textil Mexicano en sus ediciones 2021, 2022 y 2023, además es docente en la carrera de Arte y Patrimonio Cultural de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán, y colabora en el Programa Capacitación Integral y Fortalecimiento Técnico del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART).
Conoce más sobre el arte textil de Jaime Antonio Ferreira en Instagram: @rebozos_puki