Inteligencia emocional y desempeño laboral, ¿cómo nos afecta?

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  • Desarrollar inteligencia emocional y autorregulación es indispensable para no caer en la procrastinación

 

 

RedFinancieraMX

 

Generalmente, las emociones suelen ser un factor determinante para hacer o no ciertas cosas en el día a día, tal como salir con amigos, hacer la limpieza o quedarse en casa para descansar, sin embargo, cuando se trata de actividades o trabajo que no se pueden posponer, el dejarse llevar por estas emociones puede representar un obstáculo para un adecuado desempeño laboral diario, que a la larga, puede retrasar el crecimiento profesional.

 

Es por esto que desarrollar inteligencia emocional y autorregulación es indispensable para no caer en la procrastinación, y para alcanzar las metas personales y profesionales, por lo que Nora Taboada, coach ejecutiva y fundadora de AFE-Liderazgo Consciente, comparte algunas claves en la vida emocional.

 

“La autorregulación es un elemento de la inteligencia emocional que consiste en la capacidad de gestionar nuestras emociones para hacer lo que tenemos que hacer independientemente de si tenemos ganas de hacerlo o no. Esto resulta muy útil no sólo para cuestiones laborales, sino que nos ayuda a tener la motivación para hacer cosas que nos hagan sentir mejor en momentos de tensión emocional por tristeza, ira, etcétera”, explicó Taboada.

 

También, la coach ejecutiva mencionó que si bien no basta con decirse a uno mismo “deja de estar triste” para contrarrestar este tipo de emociones, sí es posible cambiar el estado emocional por medio de acciones.

 

“Si estás enojada o enojado, tal vez hayas observado antes que escuchar música tranquila y respirar profundamente te ayuda a desahogar para recuperar el equilibrio, o que si estás sin energía, la música alegre o salir a caminar te devuelve las ganas de trabajar, todas estas son claves que debemos observar para aplicarlas en nuestra propia regulación. También es recomendable reconocer y nombrar las emociones; para lograrlo puedes utilizar esta herramienta de Yale.”, explicó la fundadora de AFE, quien a continuación comparte otros elementos de la inteligencia emocional.

 

Reconocer las emociones: Esto es, autoconocerse, y saber qué factores externos o internos detonan determinadas emociones o estados de ánimo, de esta manera es más sencillo saber cómo actuar para contrarrestarlos. “También, sirve mucho el analizar cuáles son los valores que nos rigen, de esta manera podemos volver a ellos en momentos de alta tensión emocional, a fin de evitar comportamientos que lastimen a los demás y de los que podamos arrepentirnos más tarde.

 

También vale la pena tener bien claras nuestras pasiones, aspiraciones, patrones, reacciones e impacto, que son pilares del autoconocimiento”, explicó la autora del libro Felicidad Activa, en el que aborda más estrategias para potenciar el bienestar y el flourishing (florecimiento) personal.

 

Fomentar el pensamiento positivo: Tal vez el decirse a uno mismo que todo está bien no va a cambiar la situación que se enfrenta, sin embargo, ver las cosas desde una óptica más positiva puede ayudar a poner manos a la obra, y a pensar en formas creativas para resolver la situación, ya que estudios revelan que el cerebro funciona un 31% mejor cuando se es positivo. Además, el sentirse más optimista y agradecido puede ayudar a prevenir depresiones, así como a sentirse más motivado o motivada para actuar en caso de sentir que las emociones de tristeza, autoduda o enojo invaden el estado de ánimo.

 

Ser líderes empáticos: “Imagina ser un líder o lideresa y que nadie quiera mencionarte sus problemas profesionales o personales porque nunca te has tomado el tiempo de conocerlos como personas. Es el peor escenario posible para un empleado o empleada. Como líderes, una de las características que debemos desarrollar en nosotros mismos es la empatía, ya que esto nos ayudará a construir una cultura de confianza y seguridad psicológica en nuestros equipos.

 

Para lograrlo y desarrollar este pilar de la inteligencia emocional, recomiendo aprender a escuchar a los demás, a ponerse en los zapatos de otros y a cuidar la manera en la que expresamos emociones por medio del cuerpo, es decir del lenguaje corporal”, recomendó Nora, quien también aconseja pulir otras habilidades, como la solución de conflictos, así como el pensamiento crítico y creativo.

 

Finalmente, en los momentos de mayor intensidad, es recomendable practicar el “desenganche de emociones”, es decir, salirse de la situación por un momento para contemplar sin juicios los pensamientos que retroalimentan estas emociones, de manera que pueda romperse el ciclo. “Para muchos, esto es más sencillo de lograr por medio de la respiración consciente, o trayendo a la mente momentos “confort” o momentos que brinden alegría debido a su valor emocional positivo. Comienza a practicar desde hoy, y mucho éxito”, finalizó la fundadora de AFE-Liderazgo Consciente.