Insisten restauranteros en que los declaren como actividad esencial

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  • Dicen que no aguantarán más semáforos epidemiológicos en rojo
  • Hoy definen en la CDMX y el EdoMex si sigue o no el cierre de negocios

RedFinancieraMX

El sector restaurantero del país continuó con su labor de convencimiento ante las autoridades de la Ciudad de México para que sus actividades sean consideradas esenciales.

En medios de comunicación, a través de desplegados en medios de comunicación y en acercamientos con las autoridades, los restauranteros del país insistieron este viernes: “O abrimos o morimos”.

Cientos de propietarios de restaurantes en la zona metropolitana del valle de México en una carta dirigida a Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la capital del país, y a Alfredo del Mazo Maza, gobernador del estado de México, subrayaron el riesgo que implicará para sus negocios y el empleo si este viernes las autoridades decreten un nuevo ciclo de semáforo rojo, dado el incremento en la ocupación hospitalaria debido al Covid-19.

En entrevistas diversas, Manolo Ablanedo, de Grupo Fishers y vocero del movimiento restaurantero, expuso que la primera etapa de confinamiento, el año pasado, agotó los ahorros de estos negocios y la falta de ingreso devino en una “pelota de endeudamientos”. Se deben rentas, a proveedores y ahora también se tiene encima el pago de créditos bancarios que se pidieron para enfrentar la crisis.

Destacó que han sido nulos los apoyos gubernamentales, sumados al impedimento de vender dentro de los locales por el semáforo rojo.

Adelantó que si se mantiene el semáforo en rojo no podrá evitarse “el cierre total de miles de restaurantes”.

En la carta enviada a Sheinbaum Pardo y Del Mazo Maza, el gremio subraya que la industria genera 5.6 millones de empleos directos e indirectos a nivel nacional, y que según cálculos del sector se habrán perdido 450 mil derivado de la pandemia.

En la zona metropolitana del valle de México han bajado la cortina 13 mil 500 establecimientos, de acuerdo con lo publicado.

Y concluye: “Queremos que las autoridades entiendan que los restaurantes no son una fuente de contagio. El mejor ejemplo fue ahora en el cierre. Nos cerraron en diciembre y todo los demás siguió abierto, todo, y ha subido la curva de contagios como nunca. Entonces, nosotros no somos la fuente de contagio”.