- El Pacto que firmó AMLO en Nueva York + EPN sacrificó a José Antonio Meade+ Reelección sí, interpósita persona
- Por Francisco Rodríguez
RedFinancieraMX
Es una farsa. Una farsa muy costosa y distractora. Porque, iluso de usted si está creyendo que de verdad AMLO va en contra de Carlos Salinas, de Vicente Fox, Felipe Calderón o Peña Nieto. De haberlo querido –y de no existir firmado un Pacto de Impunidad–, lo habría hecho desde inicios de este fatídico sexenio y no ahora que ya desmaya y finta con una adelantada sucesión… si es que no alarga un par de años más su mandato como muchos temen.
Una sola prueba: en un año no han podido –ni querido– hacerle siquiera cosquillas al ex director de Petróleos Mexicanos Emilio Lozoya Austin. Lo de Rosario Robles es otra cosa. Se cuece aparte en el caldillo hirviente de las venganzas personales.
¡Y párele de contar! Ni un salinista –hay muchos en el actual gabinete—ni un zedillista, tampoco ningún foxista, calderonista o peñista. Y denuncias ha habido. Pero no van contra ninguno porque, repito, hay firmado un Pacto de Impunidad.
La consulta es un distractor. La idea es no juzgar al régimen ni a la personita de Enrique Peña Nieto o sus secuaces, sino cargar toda la fuerza del Estado a aquél al que no puedan juzgar. El ridículo, el birlibirloque total. La nada como suprema razón de los tarados. Llegar a la nada es su destino y su motivación huizachera.
Abandonaron a José Antonio Meade a su suerte
La llegada al poder de López Obrador fue producto de un Pacto de No Agresión con los gabachos, éste, firmado en Nueva York, a mediados de marzo de 2017, bajo la proverbial dirección y asesoría de El Innombrable, al que hoy desconoce y al que quiere hacerle de chivo los tamales. A lo mejor pretende que regrese el documento firmado de puño y letra.
Esa no agresión ha sido narrada entre priístas. Un político de tiempo completo que fue legislador, gobernador de su entidad, embajador y un par de vece secretario del despacho presidencial y cuyas iniciales son Pedro Joaquín Coldwell, le narró a otro –a Heriberto Galindo Quiñones, quien me lo confió frente a una barbacoa–, que en el caso de la elección del Estado de México en la que los contendientes fueron la aventajada Delfina Gómez y el rezagado Alfredititito del Mazo –nieto de don Alfredo Del Mazo e hijo de Alfredito del Mazo–, Luis Videgaray y su cacharpo Enrique Peña pidieron u ordenaron a todo el gabinete que pusieran dinero y operadores para evitar que el PRI fuese derrotado, como todo indicaba entonces que sucedería.
Se trataba de salvar al primo de EPN. Y lo consiguieron, echándole fruta de más a la piñata.
Pero, continúa el relato, para el caso de la elección presidencial en la que el candidato del tricolor era José Antonio Meade, no les pidieron lo mismo. No metieron las manos a favor del candidato presidencial priísta. Peor aún: le enviaron como coordinador de campaña al niñato imberbe y soberbio Niño Noño Nuño.
¡Vaya que lo sabotearon en serio! ¡De verdad!
Funcionó el Pacto de No Agresión e Impunidad.
Iluso de usted si sigue creyendo que de verdad AMLO va en contra de Carlos Salinas, de Vicente Fox, Felipe Calderón o Peña Nieto.
Tiene compromiso.
Su firma y su palabra están de por medio.
Por eso, la consulta es una farsa.
¿Consultarán la enorme corrupción de este sexenio?
Y es que, como siempre, AMLO pretende borrar la historia. Ésa que indica cómo nació su Comité de Huelga, la que tiene al país en el colapso. La que emplea en las “marraneras” para atacar y defenestrar a quienes no piensan como él. A quienes ya no creemos en él.
Es demasiado tarde, las huellas de la corrupción en este y en todos los casos es indeleble, como la tinta que borraron de las credenciales de elector. Como todos los agravios que tienen a la población hasta el queque.
El Pacto de Impunidad con Enrique Peña Nieto y con los jefes de la economía del país, más el Pacto de Nueva York con Donald Trump, quedarán para la historia inmediata, la que se conozca cuando el chairopopulismo de cien años –Porfirio Muñoz Ledo dixit— haya pasado a mejor vida. Cuando de verdad puedan ser juzgados los actos de traición a la Patria y de enorme corrupción de esta pesadilla colectiva que ha sido la Cuarta Decepción.
El tiempo es el verdugo de la mentira, de los crímenes cobardes, de la traición y de la corrupción galopante. Los mexicanos merecemos saber la verdad, aunque sea a doscientos años de la consumación de la independencia de a mentiritas.
¿No cree usted?
Indicios
Si finalmente no se reelige como ha prometido y hasta firmado ante notario… sí decide no ampliar su mandato constitucional de seis a ocho años al fallar el experimento que lleva a cabo con el genuflexo Arturo Zaldívar; si “destapa” a Claudia Sheinbaum tendrá asegurada la permanencia en el poder interpósita persona, toda vez que la actual “regenta” sólo dice y hace lo que AMLO hace y dice. Sería, como ya es, su puppet, su títere y, a través de ella, tendríamos que soportar al tabasqueño varios años más. La historia es cíclica. Así lo vivió el país con Porfirio Díaz y su compadre Manuel González. + + + Feliz inicio de semana. Y como siempre, le deseo, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!