- Vivimos la etapa más negra de la historia nacional
- Por Francisco Rodríguez
RedFinancieraMX
La conversación general ya no es sólo sobre el coronavirus, sino lo peor que se presenta la condición económica del presente año. Hay que sortearlo a cómo dé lugar, comentan. Y es que parece que los medios amarillistas, haciéndose eco de los dizque gobernantes, han hecho su trabajo: tratan de convencer a la sociedad que todo es culpa de la pandemia, que en principio ni quisieron reconocer.
La mala noticia es que casi nada es producto del coronavirus. El robot viral, producido en laboratorios de trasnacionales, debe ser combatido como cualquier espécimen de su tipo: sólo con inmunidad orgánica, no con pánico ni con paralización de todas las actividades económicas.
Por ejemplo, la población hindú, compuesta por cientos de millones de habitantes, no ha sufrido grandes estragos, porque su alimentación está conformada por elementos que forran de inmunidad a su población. Esto, que es tan difícil de entender, realmente es más sencillo que la tabla del uno.
Con ocurrencias, nos están llevando entre las patas
El gran problema para el gobiernito mexicano es que cualquier problema se le multiplica, porque no está preparado para el manejo de crisis, ni para enfrentar mínimas contingencias que se salgan del librito… si es que alguna vez acuden a él.
No tiene sentido de la oportunidad, ni de la reacción inmediata, ni de los costos – beneficios, ni timón de mando. No estamos frente a caudillos de la historia que se inspiran en el trayecto nacional para nutrir sus decisiones, sino frente a auténticos catetos y palurdos con ocurrencias invertebradas, que nos están llevando entre las patas.
La previsión de conflictos, la búsqueda del equilibrio de fuerzas, las negociaciones y arreglos políticos, la administración de riesgos, el recuento de daños y el control de las decisiones estratégicas, son asuntos demasiado serios, que rebasan sus pobres cabecitas.
El actual desastre del país apunta para varias décadas
Esto no está hecho para niños contrariados con trauma de pederastas, ni para caprichosos de ideas fijas que sólo actúan en función de sus ambiciones de reelección, ni para aventureros ignorantes que cambian de estados de humor en segundos, o que protegen sus bolsillos antes que el destino de la Nación.
Hablar de estos temas frente a los empoderados de turno es como enseñarle un tostón a un puerco. No habrá reacción, ni gesto posible, porque el marrano no sabe de qué se trata.
El actual desastre del país, que apunta para varias décadas, no sólo para este sexenio de mala entraña, no es por el coronavirus, ni por la guerra del petróleo, pues la caída de precios, estrategia cíclica de los imperios, ya estaba instalada desde que los morenos tomaron posesión. No se le pudo enfrentar por miedo a meter a la cárcel a los grandes trúhanes, saqueadores exonerados de los vientres petroleros del país.
Hambruna, por derrochar dinero en programitas sociales
La inflación concomitante, la devaluación a 25 y más por dólar, ya estaba cantada, igual que el decrecimiento a menos cuatro o cinco dígitos del producto interno bruto no tenía otra salida, toda vez que el crecimiento del país, en un ambiente de persecución empresarial y de cacería fiscal de brujas fue una constante durante dos años inenarrables.
La hambruna que se viene, inexorablemente, sólo es resultado del capricho y del empecinamiento por derrochar el dinero disponible en programitas sociales fallidos y onerosos. Recortar dinero del campo y de sus actividades productivas para regalarlo a manos llenas en búsqueda de votantes incondicionales debía tener consecuencias funestas, como las actuales.
Ni la fiebre aviar, ni el ébola, ni el AH1N1 causaron estos estragos
Así que nada es novedad. Sólo encaramarse en el pánico mundial y en medio de la ferocidad de una guerra mundial por la conquista de influencias entre Estados Unidos, China y Rusia, para tapar el bulto, para escurrir la responsabilidad de no haber sabido actuar con dos dedos de frente en la conducción de la economía y en la aplicación de la justicia para los grandes delincuentes de la Nación.
Un gobiernito sin brújula, pero sí con mucho morro y descaro para descargar la culpa en los demás, que siempre han sido como ahora son. Ni la fiebre aviar, ni la porcina, ni el ébola, ni el AH1N1 causaron estos estragos. Nunca el país estuvo en peores manos. Manos tan sucias que no podrán ni recurrir a préstamos internacionales, porque todo el mundo desconfía de ellas.
En vez de prevenirse, se atizaron los acontecimientos fatales
Así es que adiós a la posibilidad de conseguir dólares baratos en el extranjero para comprar mañana o pasado los granos, mercancías y subsistencias que pronto necesitaremos para enfrentar el hambre, que ya está sentada en el comedor y en la cocina del país. Ninguna estrategia será suficiente para conseguirlos. Estamos reventados hasta la médula.
Y la profecía de todo esto, no era causada por la mala fe. Simplemente era la evolución de los acontecimientos que en vez de prevenirse se atizaron, porque todo consistía en amenazar, confrontar, enfrentar, echarle la culpa de todo a los conservadores que se oponían a los dislates… y a la reelección del Caudillo.
El culto a la personalidad alrededor de un sujeto de pacotilla, de un ex fósil universitario que logró el título de panzazo, con amenazas y chantajes. De una personita de sexto año de primaria, que ahora quiere reelegirse, ser líder de la revolución bolivariana y hasta Premio Nobel de la Paz.
Los agachados ante AMLO hasta lo llaman “científico”. No se ría
De alguien a quien sus agachados llaman “científico”, John Ackerman dixit, porque a cualquier gancho le llaman ropero y a cualquier taco lo llaman cena. De alguien que entregó la cabeza de la ingenua maestra Delfina en el Estado de México para poder acceder al cargo, después de ser obligado a firmar el Pacto de Impunidad que nos tiene postrados e indefensos ante los poderes reales del país.
Alguien que para llegar a sentarse en la Silla fue capaz de todo esto, apostar contra México y volver locas las variables de previsión del hambre, control de daños y previsión de conflictos, sólo busca desesperadamente que lo ingresen en una casa de reclusión con camisa de fuerza inconmutable.
Alguien que ha secuestrado y manipulado las decisiones fundamentales del país para imponer, sobre la pobreza, las leyes de una minoría corrupta e insaciable sólo demuestra palpablemente que es un cómplice, un servil y un desquiciado, que jamás mereció el voto popular.
Aplicar ya la ley, para no defraudar a coetáneos y descendientes
Lo único que queda es aplicar la ley.
Echar por tierra los afanes perpetuos de poder.
Acabar de una vez por todas con la etapa más negra de la historia nacional.
Quien no lo haga, estará faltando a la exigencia de sus coetáneos y de sus descendientes.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Imposible soslayar aquí la “mañanera” de AMLO. La de ayer, otra vez, fue de aquí no pasa nada, pese a que el virus azota a medio mundo, literalmente. En cambio, el presidente aprovechó para mostrar avances en su estrategia de seguridad destacando cifras positivas en homicidio, robo de autos, casa-habitación, secuestro y feminicidio. Además, informó de la consulta popular en Mexicali para ver si se continuaba con la construcción de la planta cervecera de Constellation Brands. El resultado fue negativo para la empresa. Desestimó las denuncias de acarreo y bloqueos de parte de las organizaciones de activistas y afirmó que se acatará la voluntad popular: La CONAGUA ya no dará los permisos a la planta y el Gobierno Federal se pondrá en contacto con la empresa para subsanar los daños. En cuanto al tema del coronavirus, aseguró que se están tomando las medidas correspondientes y se ampliarán los apoyos a través de las tandas del bienestar. Nuevamente dijo que el gobierno está preparado tanto en el sistema de salud como económico, pidió no adelantarse a las fases aunque respaldó a la Jefa de Gobierno de la CDMX al cerrar establecimientos y pedir a la gente que se quede en casa. Ratificó su compromiso con los pobres y se comprometió a informar sobre cómo se va atender a los enfermos en los hospitales y la acción del ejército. Mencionó que las grandes obras de su gobierno no se frenarán por la pandemia. Finalmente, leyó la cartilla a las gasolineras que evaden la baja en los costos del combustible y presentó su gira para el próximo fin de semana, donde se incluyen cuatro estados.
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