- La política laboral de la 4T, ¡contra los trabajadores!
- Por Francisco Rodríguez
RedFinancieraMX
Los expertos encuestadores de Gallup, la empresa estadounidense pionera en ese abarrote, siempre sostuvieron que las caídas libres en los índices de aprobación casi nunca recuperan los niveles anteriores, si acaso sólo los detienen en puntos climáticos a base de mucho esfuerzo en las rectificaciones de gobierno.
Sirva esa reflexión para abordar los resultados de dos de los programas estelares de la Cuarta Transformación encargados a la titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social: “Jóvenes Construyendo el Futuro” y la tan traída y llevada “Reforma Laboral”.
Como no hay segunda sin tercera, sólo faltaría depositar en manos de esa joven legionaria recuperar los dineros de El Chapo Guzmán, estimados en cifras fantasmagóricas, y la encomienda del éxito del ingreso de México al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, por si hiciera falta ver de qué pasta está hecha la hija de Arturo Alcalde y Bertha Luján.
Porque del programa de becas de aprendizaje con ingresos es muy temprano para saber los dividendos nacionales. Posiblemente en un par de décadas puedan empezar a percibirse sin alucinaciones, aunque todo mundo se desgañite tratando de incluirlo en las metas de empleos formales. No hay más cera que la que arde.
Respecto a la reforma laboral, donde se esperaba –con la mejor buena fe– que respondiera a los perfiles reivindicadores del nuevo régimen, ésta ha naufragado antes de nacer, en las fauces de auténticos coyotes de madriguera que ya la están acomodando para un barrido y hasta para un trapeado.
En la práctica, el Estado ya no tutela los derechos obreros
A pesar de que el trayecto histórico del país ha sido considerar al derecho obrero no sólo como una normatividad tutelar que sustituye las deficiencias de los reclamos de los trabajadores en aras de la justicia social, y en la Constitución y las leyes se respeta como un auténtico derecho de clase, en la práctica ha sido desmentida esta intención fundadora.
La imposible retroactividad en perjuicio de los derechos y de las conquistas obreras, es ya letra muerta. En un afán lucidor, el verdadero titular de la oficina central es el abogado patronal Arturo Alcalde Justiniani, quien aparece en el Registro Civil como padre de la criatura, una de las emblemáticas del nuevo régimen.
Y él, sólo él, decide qué asuntos merecen el reconocimiento de las autoridades laborales y cuáles son a los que debe aplicarse la reforma laboral, dependiendo qué es lo que más favorece a sus clientes de siempre, charros de siete suelas de los que ha vivido durante toda su vida profesional.
Aplicación retroactiva de las leyes y uso discrecional de la OIT
La famosa reforma laboral, promulgada apenas en el mes de mayo, sirve para todo, entre otras cosas para definir las tomas de nota de las organizaciones sindicales, la aprobación de las convenciones y elecciones de nuevos líderes y el curso inaudito de negociaciones de contratos colectivos en ausencia de sindicatos frente a los patrones en las mesas de marras.
Todo es ratificado y así archivado en los sótanos de la Secretaría, exentos de cualquier información o consulta. Los encargados del registro de asociaciones sindicales, los inspectores del Trabajo, los validadores de los acontecimientos gremiales brillan por su inclinación y competencia.
Y si han hecho de la aplicación retroactiva de las leyes un festín de coyotes, lo mismo pasa en la utilización de las famosas recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo que usan como pretextos para intervenir o no, dependiendo del cañonazo que emita el patrón del ramo industrial.
Todo es al contentillo del padre de la titular, Arturo Alcalde
Y aunque en un principio se reiteró hasta el absurdo que la aplicación de la OIT en materia de los acuerdos de los gremios era para apegarse ad nauseam al éxito de las cláusulas del T-MEC, todos hemos sido testigos de dos cosas: los Estados Unidos…
… jamás le han hecho caso a las recomendaciones de esa Organización Internacional de Trabajadores, y aquí las recomendaciones se aplican al contentillo de Alcalde Justiniani para justificar el objetivo ulterior: servirle al patrón, como decía aquella borrachita del corrido. Entonces, ¿para qué tanto brinco?
En la reforma laboral sólo cambios cosméticos y protocolarios
En estos primeros siete meses la política laboral ha sido típica y esencialmente gerencial. No existe una sola decisión que haya favorecido al interés mayoritario de los trabajadores en sus gremios, a mano alzada o en secreto. Millones de trabajadores han sido víctimas de las circunstancias. No hay ley que valga.
Hasta la fecha nadie sabe hacia dónde apunta la proclama de la 4T en materia de política laboral. Si se trataba de impartir justicia obrera no había más que apegarse al contenido constitucional y normativo, afortunadamente vigente en los códigos de la materia, porque lo esencial no fue tocado por el legislador de las reformas. Fueron cambios cosméticos y de protocolo.
Sin embargo, los intereses patronales de papi Alcalde Justiniani, cuyo expediente lo exhibe como paniaguado millonario de las igualas mensuales de casi todos los charros y caciques sindicales de este país, van adelante a velocidad turbo. La impunidad y la inmunidad, a todo lo que da.
¿Cuauhtémoc Cárdenas – Romero Deschamps? ¿Cárdenas – Krauze?
Y aunque la hijita Luisa María se indigne en las conferencias mañaneras cuando el asunto es aireado por los asistentes al responso. A todos los litigantes les consta que su papi ha defendido históricamente y también hoy a los nefastos señores de horca y cuchillo que parten el bacalao en todas las Juntas Federales y Locales de Conciliación y Arbitraje, en todos los mercados negros del infame negocio de las Tomas de Nota… los sindicatos blancos… los contratos colectivos a modo…
Alcalde Justiniani es, por derecho propio, el Zar de los Registros Alternativos, una nueva forma de embaucar a los obreros prometiéndoles reconocimientos en nuevas organizaciones que toman prestados otros nombres, sabiendo que al final el resultado será seguir dejando intocables los cometidos del sindicato original.
Es una treta mendaz para continuar fortaleciendo los cacicazgos sindicales y para promover mancuernas como ésa de la pareja inédita Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano – Carlos Romero Deschamps en la aventura del registro alternativo de esa fantochada de Petromex que sólo sirve para ganar tiempo e impunidad, el recurso más preciado de los rateros.
Lo que se fue, ya no regresa. ¿O de lo perdido lo que aparezca?
A menos que la idea sea encargarle a la dichosa Luisa María Alcalde el éxito de la mancuerna Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano – Enrique Krauze, el del golpe blando, para que el nuevo fantasmón del Frente Nacional Antirreeleccionista pueda correr la suerte de las políticas de Estado.
Por ahora, siguen teniendo razón los históricos encuestadores de la empresa Gallup. Lo que se fue, no tiene para cuando regresar.
O de lo perdido lo que aparezca.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: La Confederación de Trabajadores de México (CTM) logró su primer triunfo contra la aplicación de la reforma laboral del 1 de mayo. El Juzgado de Distrito en Materias de Amparo y Juicios Federales en el estado de Tamaulipas otorgó la suspensión definitiva a la queja promovida por el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora de Matamoros. Así, la autoridad, indica el documento, debe abstenerse de aplicar las disposiciones contenidas en el decreto del 1 de mayo del 2019. En un razonamiento lógico-jurídico considera que, al ser una ley autoaplicativa, transgrede la esfera jurídica desde la entrada en vigor. De acuerdo con la resolución, las nuevas disposiciones de la reforma laboral tendrán “consecuencias jurídicas de difícil reparación en la esfera jurídica” del sindicato. Por ello, el juzgado determinó conceder la suspensión definitiva del amparo promovido por la organización de Matamoros, es decir, la reforma queda sin efecto para ellos. La CTM ganó así el primero de los más de 400 juicios de amparo en contra de la reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT). La CTM participará en el Parlamento Abierto en Materia Laboral que se realiza en el Senado para buscar sensibilizar a los senadores sobre los temas que consideran deben modificarse en la LFT, como eliminar el voto directo para elecciones sindicales, reglas claras en los contratos colectivos y tripartismo en el nuevo Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral. Estos puntos son algunos de los que motivaron a la CTM a ampararse contra la ley laboral.
Balconeando. El periodismo a debate
En reciente “mañanera” el Presidente de la República despertó un debate entre los profesionales de los medios de comunicación. El escribidor se suma al mismo –me autobalconeo, pues–, reproduciendo, con su venia, estimado lector, mis opiniones plasmadas en la intensa entrevista que hace poco más de seis años me hiciera el escritor Abraham Gorostieta
¿Cómo define al periodismo mexicano?
Como la actividad social profesional que trata de reflejar lo que acontece en la sociedad para que la sociedad misma lo conozca.
¿Qué es el columnismo político en México?
El columnismo político se ha deformado para convertirse en éstos momentos en una especie de ariete(s) de grupos políticos en los cuales algunos de mis colegas se prestan para servir como tales. Son golpeadores del contrincante de aquel al que están afiliados.
¿Cómo ve actualmente el periodismo?
Una práctica de “opinionitis”. Mis compañeros que cubren las fuentes informativas se han dedicado exclusivamente a recoger opiniones –no siempre calificadas- de los llamados actores políticos en torno al discurso o la declaración de otro político o funcionario que tampoco está capacitado para hacer declaraciones.
Desde su punto de vista ¿dónde estuvo el error? ¿dónde se perdió la brújula?
En los propios medios. Los medios dejaron de contratar a periodistas profesionales y por ende, desprofesionalizaron al periodismo. Influyen también los malos salarios, son muy bajos. La falta de preparación de los trabajadores de los medios o la poca exigencia para quienes ejercen el oficio, fueron convirtiendo al periodismo en un amasijo de declaraciones.
¿Para ser buen columnista hay que ser antes un buen reportero? ¿cree usted que es necesario?
No necesariamente. Hay excelentes columnistas que nunca fueron reporteros, ahí está el maestro Miguel Ángel Granados Chapa. Sin lugar a dudas reportear sirve, funciona. El columnismo es reportear pero ya no con grabadora en mano ni en la banqueta sino generalmente en la mesa de un café o de un desayuno político… pero estas reporteando permanentemente.
Carlos Marín ha comentado que los columnistas son chismosos ilustrados, cultos, ¿comparte esta opinión?
Me reservo mi opinión sobre las opiniones de Carlos Marín.
¿Se divierte siendo periodista, lo goza, lo disfruta?
Si, definitivamente. La actividad que no es lúdica, que no te deja alguna satisfacción que el sentarte frente a la pantalla o monitor –antes frente a una hoja de papel- y no te provoca un gozo no es una profesión que puedas disfrutar y de la que puedas sacar provecho.
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Después de entrevistar a varios reporteros y columnistas me da la impresión de que el periodismo es un trabajo solitario, ¿usted qué piensa?
Si, y no. Es solitario porque cuando te sientas en frente del monitor nada más eres tú. Puedes tener colaboradores que te traigan información o que te la organicen pero al momento de escribir lo realizas exclusivamente solo.
¿Para qué sirve el periodismo?
Fundamentalmente para informar y para que la gente con la información en su poder pueda tomar decisiones.
¿Cree en el periodismo objetivo?
No. No lo hay.
¿Qué hay entonces?
Es un periodismo humano. El periodismo objetivo tendría que ser hecho por ordenadores, incluso ahí habría subjetividad porque estaría basado en lo que el programador puso en la computadora.
¿Qué tan importante es tener una firma que respalde al reportero?
Es importante, pienso que los reporteros y periodistas tenemos un nombre de casados, somos “Francisco Rodríguez de…” tal o cual diario y para algunos se convierte en un verdadero trauma quedar viudos o divorciados. Esta el mal del vidrio, que es el de aquellos colegas que fueron “televisos” que se quedan permanentemente frustrados o no se sienten a gusto en ningún otro medio por estar hechos a imagen y semejanza de Televisa. Dejan de ser o pertenecer a Televisa y se les viene el mundo encima o de otras firmas como los que dejaron de ser de Excélsior–hace casi cuatro décadas- y viven con eso.
¿Por qué cree usted que en México este tan devaluado el ser free lance?
Porque no te compran tu trabajo los medios más importantes. El trabajo te lo van adquiriendo publicaciones que están en una etapa de consolidación o de despegue. Yo no conozco un solo caso que un medio “prestigioso” que compre el trabajo de un free lance.
Pero los columnistas son una especie de free lance, ¿no cree? Volviendo al tema, cito –por segunda vez- al periodista Carlos Marín: las columnas echan a perder el oficio periodístico, sobre todo el reporteril, ¿está de acuerdo?
Si, aunque la columna se ha convertido en el refugio de muchos que pierden su empleo de reporteros al perder su empleo de reporteros se dedican a hacer columnas opinativas o descriptivas de lo que sucede en la nación. Hay todo tipo de columnas, aquellas que de principio a fin reproducen los boletines de las dependencias oficiales; otras en las cuales los firmantes se atreven a dar su opinión pero es una opinión muy personal y no siempre bien informada. Una de las grandes fallas es la falta de preparación de nosotros mismos en donde no hacemos mucho por tratar de superar esas trabas. Hubo columnas en nuestro país que eran la repetición de los boletines o de las notas del mismo periódico en donde aparecían estos espacios de opinión.
Tengo la impresión de que después del año 2000 el periodismo mexicano se rediseñó ¿cómo ve el periodismo que se ha hecho desde entonces?, los diarios cambiaron el formato, introdujeron el color en sus páginas, los textos se hicieron más breves, las columnas se hicieron más light, todo cambio a base de que el lector buscaba más la imagen que el texto.
El homo videns sartoriano. El cambio de formato lo realizaron diseñadores como Danilo Black para tratar de empatar lo impreso con lo electrónico, que el monitor se trasladara al papel, y en los hechos sacrificaron los contenidos, no solo los convirtieron en breves sino en light. Privilegiaron la imagen –que no son las mejores por cierto-, lo que nos presentan como imagen no deja de ser exactamente la misma pasarela que veíamos en el pasado priísta. Los medios se han convertido en la pasarela de linchamiento o lucimientos de los políticos y nada más. No son la gran imagen de la sociedad.
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Para usted, ¿Cuál es el problema del periodismo en México?
El problema del periodismo en México es que no se hace periodismo para la gente sino para los políticos. Los periódicos, las revistas son un reflejo de lo que sucede en la política misma: los políticos hablan de los problemas de los políticos no de los problemas de la gente. Si tú observas el discurso de los políticos estadunidenses es totalmente diferente del de los mexicanos, un ejemplo, los informes de gobierno de Barack Obama. En todos ellos se habla de los problemas de la sociedad, no de la política. Tú lee cualquier texto de cualquier político mexicano, se habla del problema de las alianzas, de las reformas políticas, de las prerrogativas, etc.
¿Qué le propone a los telespectadores, a los radioescuchas con su periodismo? ¿Qué le propone a “el periodismo” como periodista?
Intento introducir temas que antes no eran tratados en los medios electrónicos, no es fácil, hay que negociar mucho con los encargados de la sección editorial primero y luego a veces me ha tocado que he tenido que negociar más arriba todavía.
¿Cuál es la diferencia de Índice político tv a otras opciones?
Mucho menos de lo que ofrecen algunos colegas, por ejemplo, para empezar en tiempos, Raymundo Riva Palacio tiene mucho más tiempo del que yo tengo, en menos de tres minutos yo tengo que sintetizar una información que Riva Palacio o Fernández Menéndez tienen espacios mucho más grandes para hacerlo. Esa es mi primera limitación. La segunda, hay que ser mucho más cuidadoso. Si cuando uno trabaja en un diario hay que ser cuidadoso ya que los editores tienen convenios con dependencias y en el caso de los medios electrónicos todavía es más difícil porque la concesión depende del poder público, se criticaba mucho al PRI, en su momento, de que tenía controlada a la prensa porque a través de Pipsa se les daba o no papel. Ahora la censura es mayor, porque la concesión depende del gobierno y son los medios electrónicos en donde la gente se informa cotidianamente. Es mucho más riesgosa la censura y el control que ejerce el gobierno sobre estas.
Del periodismo escrito al electrónico, ahora todo periodista es multimedia. Los que estaban en prensa escrita ya están en la televisión, radio e internet y esto a su vez les hace ganar presencia pero si están en tantos lados, a todas horas, uno se pregunta: ¿a qué hora reportean?
Es una forma de cooptación, es cierto. Muchas veces el trabajo de la televisión se condiciona al trabajo periodístico impreso. La aspiración –legítima- de un buen comunicador es ser multimedia, esto es estar en prensa escrita, en radio, televisión e internet, sobre todo en esta época, pero hay que tener cuidado de que una cosa no condicione la otra. Hay colegas que están todo el día en todos lados. En la mañana uno se despierta con sus textos, y enciende la tv y ahí están, por la tarde en radio, en la noche en sus informativos, y luego en internet, en fin, se ve la falta de tiempo para reportear, disminuye el trabajo periodístico y la calidad.
Y el caso contrario, es decir, los que estaban en televisión ahora están en la prensa escrita y desde ahí se ve que el oficio de escribir, de tratar la noticia desde el papel es distinto a los formatos y herramientas que ofrece la televisión. ¿No lo ve así?
Es lo mismo, ser multimedia. Aunque se ven muchas más limitaciones de quienes pasan de lo electrónico a lo impreso, escribir es distinto, tiene otros tiempos y otros ritmos. Escribir implica mucho más reflexión y capacidad de análisis, un uso del lenguaje porque es un testimonio que queda impreso, que simplemente hablar como tarabilla, hay muchas limitaciones.
Usted es considerado un periodista cercano al movimiento de Andrés Manuel López Obrador. Simpatizó con su movimiento…
Si, fue una reacción a lo que considero todavía como un fraude electoral mayúsculo. Mi reacción fue más que nada por el fraude electoral.
¿Por qué sigo sintiendo que como lector, radioescucha o espectador, ustedes, los periodistas de su generación, nos deben tanto, es decir, reportajes, historias no veladas, trabajo periodístico, las grandes historias que no nos han contado?
Te repito, somos ágrafos. Tengo una novela que llevo escribiendo desde hace diez años y según las circunstancias la voy posponiendo. El trabajo periodístico te consume todo el día. Escribo alrededor de 3000 caracteres todos los días pero esos 3000 me consumen las 24 horas, en la revisión de la información, corrección, reporteo, etc, me consume todo el día y te deja muy poco para producir.
¿Qué piensa del periodismo militante?
Respetable. He de decir que el periodismo militante es el más sectario de todos pues solamente sus razones son las válidas.
Manejo la hipótesis de que los intelectuales y académicos poco a poco se apropiaron de los medios de comunicación, los hicieron a su imagen y luego abrieron los espacios para que los políticos hicieran una especie de ideario. El mundo al revés.
Sí, de alguna manera es cierto. Eso sucede durante el mandato de Miguel de la Madrid cuando los políticos comienzan a escribir en las editoriales de los diarios. A varios les dije que ahora que ellos tomaban nuestros espacios que nos dieran chance a nosotros de tomar decisiones en sus dependencias. Creo que no está bien que los políticos ocupen espacios en los medios de comunicación. Como tampoco estaría bien que los profesionales de la comunicación tomáramos decisiones políticas.
¿Y a los académicos e intelectuales?
Hay que tener espacios para ellos, de hecho los tienen y los han tenido. No todos los espacios como actualmente está. Un problema de la clase política mexicana es que es ágrafa, no escribe. En cualquier otro país, sobre todo en Europa, cualquier político que ha ocupado un escaño por humilde que sea éste, pues, el político escribe sus memorias o dan a conocer lo que sucedió en el país mientras ellos vivieron en el centro de la política misma. En México los políticos no escriben, por ejemplo, a mí me hubiera gustado saber que sucedió o como fue la presidencia de Carlos Sansores en el PRI. No tenemos ningún conocimiento de cómo fueron esas épocas. Nada. Actualmente tampoco, no existen las autobiografías de los políticos. Otro ejemplo, Cesar Nava, ¿qué hizo? ¿qué no? ¿por qué? ¿cuándo? ¿por qué esa política de escándalos para ocultar los propios? No nos enteramos de nada. Y el que escriban en los medios de vez en cuando pues te da una idea de lo que está sucediendo en cuestión mediática.
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