Entresemana

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  • ¿Como cualquier mexicano?
  • “Dónde estarán los amigos de ayer/ La novia fiel que siempre dije amar/ Dónde andarán mi casa y su lugar/ Mi carro de jugar, mi calle de correr/ Dónde andarán la prima que me amó/ El rincón que escondió, mis secretos de ayer…” Pablo Milanés
  • Por MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

RedFinanciera

¡Pueblo de México, escuchad! Corre el quinto mes del séptimo año del Maximato.

Y se acumula, hiede la podredumbre que Su Alteza Serenísima heredó a la Princesa Caramelo, quien resiste presiones y se atraganta y descompone en rictus de zozobra con la verdad en las mañaneras.

¡Ay! la verdad maldita e inocultable.

¿Qué sabe? ¿Qué secretos inconfesables se reserva? Porque…

Le duelen las delaciones, los hilos de la madeja que bordó la historia reciente, con componendas color corrupción, el falaz y manipulador Santo Niño Fidencio de Palacio que la hizo corcholata y ungió Princesa.

¿El estilo personal de gobernar como acuñó el maestro Cosío Villegas al de Luis Echeverría Álvarez? No, éste fue una broma de mal gusto, remedo del ejercicio del poder que fue abuso, insultante mecánica de engañar con la verdad y burlarse del sentido común ciudadano.

¿Y los 36 millones de votos que la llevaron a arrasar en las urnas le autorizan desbordar soberbia y hacer escarnio de barriada en las heridas de la oposición que busca esquina para recomponerse?

Mal ejemplo en el neonato ejercicio de gobierno. Ella al frente de los dueños del poder que desprecian a la humildad y medianía invocada por el sedicente franciscano jefe de jefes son los de casa y aquellos que renunciaron a militancia e ideología porque en Morena los tratan a toda madre.

En serio, ¿escuchó usted al Señorito de Antequera? Amigazo y colaborador del poeta Enrique Peña Nieto, acusado de hacerse de dineros propiedad del Infonavit, socio y creo que hasta compadre de Alito y despreciado por su sucesor Salomón Jara Cruz.

Ahí va esta joya del joven Murat; creo que andaba con güisquis entre pecho y pulmón. Lea usted:

“(…) Aquí hay que debatir de frente. No me preocupa nada. ¡A mí me han tratado de poca madre aquí en Morena!, ¿eh? Y pa’tras ni pa’garrar vuelito, ¿eh? Así que no se me hagan bolas (urge a los reporteros). Mi trayectoria habla por mí. Y lo que tengan la piel delgada, si no pueden, pues que se hagan a un lado”.

¡Sopas!

 

Por cierto…

¿Don Ismael “El Mayo” Zambada como cualquier mexicano?

¿Y por qué hasta hoy, doctora con A? ¿Por qué si fue secuestrado el 25 de julio del año pasado, 2024? ¿Por qué entonces, en lugar de exigir un informe a la CIA, la DEA y el FBI de cómo pepenaron a “El Mayo” se abstuvo de elevar defensa de oficio de un mexicano sustraído de territorio nacional ilegalmente?

¿Por qué hasta hoy?

Y he aquí que, en dos mañaneras ha mostrado la contrariedad que le provoca tener que abordar el tema de Don Ismael.

Sí, se ha vuelto normal que la doctora se descomponga frente a preguntas que se salen del control de su coordinador de asesores. Se irrita.

Hace el papelazo y evita responsabilizar a su maestro y guía de tantas tranzas que piano piano flotan en la charca del llamado séptimo año del gobierno del Duce López Obrador.

¿Por qué no admitir que la gestión de Andrés Manuel fue de cínica corrupción y evidentes vínculos con el crimen organizado?

¿Por qué soslayar el tendido de la alfombra por la cual transitó el nepotismo insultante que hoy, ella, pretende desaparecer con una reforma cosmética cuando en su equipo y su partido Morena brilla ese mal que se teje con apellidos harto conocidos?

En la picaresca mexicana reza la máxima de que los dueños del poder son ladrones, no pendejos.

Y sí, aunque fue evidente la incongruencia de su forma de vivir, de vestir y disfrutar del poder, él como sus antecesores no firmó documento alguno que lo responsabilice de haberse enriquecido ilícitamente merced al abuso del poder, al tráfico de influencias y mediante prestanombres, que sería el caso con sus hijos. Pero…

Ahí tiene usted, por ejemplo, que, libre de presiones, el auditor Superior de la Federación, David Colmenares Páramo, ante los integrantes de la Comisión de Vigilancia de la ASF en la Cámara de Diputados, que en el penúltimo año del gobierno de López Obrador se detectó un desfalco mayor a los 51 mil millones de pesos.

Sin contar los 15 mil millones de Segalmex. Otra farsa en la que Nacho Ovalle resultó un escolapio engañado por perversos maleantes de cuello blanco, según acreditó su amigo Andrés Manuel.

También, usted sin duda lo observó en aquella escena cuando saludó a la mamá de El Chapo y atendió su solicitud de ayuda. Y fue normal la camaradería con la que lo trató el abogado del capo, sí de Joaquín Guzmán Loera que hoy purga condena de cadena perpetua en una prisión de Estados Unidos.

–¿Es parte de la protección que se brinda por parte de México frente a una situación así de un mexicano en el extranjero, por ejemplo? —preguntó un colega a la doctora Sheinbaum en la saga de la carta de El Mayo dirigida al Cónsul de México en Nueva York, pero dedicada a ella.

–Todos tienen derecho a apoyo consular siempre e incluso, cuando —nosotros no tenemos pena de muerte; además, no creemos en ello—, cuando hay un mexicano, mexicana que tiene —estoy poniendo el ejemplo, no es el caso ahora—, pero para cualquier mexicano o mexicana se le da apoyo consular, en el caso de que esté sometido a un juicio en donde la resolución que pide un juez es pena de muerte. Pero como cualquier mexicano o mexicana, en el marco de la ley y en el marco de la Constitución – admitió la Princesa Caramelo.

–Gracias, Presidenta. Y, por último, nada más saber unas precisiones sobre este tema de este abogado, de abogado Juan Pablo Penilla (abogado de El Mayo cuyas relaciones con las ligas mayores de Morena fueron documentadas el pasado fin de semana) –planteó un reportero.

–Como lo dije: Nosotros no establecemos relaciones de contubernio con nadie, con nadie. Y si la Fiscalía investiga, que investigue, hasta cualquier persona. Nosotros nunca estamos por encima de la ley con nadie –atendió la presidenta con a.

El cierre sustancial lo dio el colega Víctor Bárcenas, reportero de Radio Educación. Lea usted.

–En el asunto de “El Mayo” Zambada, ¿existiera algún tipo de disyuntiva respecto de que, si se queda allá y no es extraditado a México, el temor de que pueda vincular algún tipo de relación de la clase política en algunos niveles de gobierno con el narcotráfico y que estas informaciones afecten la imagen del Gobierno Federal? —preguntó Víctor.

— Nosotros no tenemos temor de nada eso porque no establecemos relaciones de contubernio con nadie. Y que se actúe en el marco de la ley y la Constitución.

Todos aquellos que están diciendo “es que está cediendo ante amenazas y está…”; no. Es la ley y la Constitución lo que tiene que marcar en este y en todo, y las convicciones de que debe cumplirse (…) –zanjó la Princesa Caramelo.

Pero ¿quién le abrió la puerta al abogado Juan Pablo Penilla y por qué no se actuó, desde julio del año pasado en la defensa de un mexicano cualquiera que fue secuestrado en territorio nacional y entregado a las autoridades en Estados Unidos para procesarlo por un abanico de delitos que presuntamente cometió como capo del crimen organizado en medio siglo?

Y apenas inicia la tragicomedia. ¿Quién dijo miedo, Drakko? Digo.

[email protected]   www.entresemana.mx   @sanchezlimon1