En los últimos 20 años, anorexia y bulimia crecieron 300% en México

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  • Diputadas llaman a emprender una política pública nacional que las prevenga y elimine

RedFinancieraMX

La diputada Ana Laura Bernal Camarena (PT) planteó exhortar a la Secretaría de Salud para que genere una política pública nacional que prevenga y elimine la anorexia y la bulimia en niñas, niños y adolescentes, toda vez que en los últimos 20 años estos desórdenes aumentaron 300 por ciento en México.

En un punto de acuerdo que analizará la Comisión de Salud, precisó que los factores detonantes son la presión social, los medios de comunicación y las redes sociales que muestran a personas extremadamente delgadas como sinónimo de éxito y fama, lo que incide en el comportamiento de adolescentes y jóvenes.

Mencionó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a la anorexia y la bulimia como trastornos mentales y del comportamiento que derivan en procesos depresivos, por falta de autocontrol.

Los focos de alerta son: comer descontroladamente, hacer dietas rigurosas, provocarse vómitos, abuso de laxantes y diuréticos, problemas con la dentadura, depresiones detectables, ir al baño después de comer, menstruaciones irregulares y preocupación exagerada por el peso.

Bernal Camarena destacó que en México hay 22 mil casos anuales de trastornos alimenticios, principalmente en jóvenes de entre 13 y 18 años de edad. Destacan la anorexia nerviosa, la bulimia y comer compulsivamente, que afectan más a las mujeres que a los varones, en proporción de nueve a uno.

Hasta 10 por ciento de las mexicanas tiene algún grado de trastorno en su conducta alimentaria y el uno por ciento tendrá afectaciones severas.

Estas perturbaciones tienen la mayor tasa de mortalidad que cualquier enfermedad mental; se calcula que el 10 por ciento de los jóvenes con anorexia y el 17 por ciento con bulimia han intentado suicidarse.

“Es un problema complejo que requiere de un tratamiento multidisciplinario, de una política pública que responda a esta realidad y considere incorporar una campaña que brinde mayor información a padres y educadores pero, sobre todo, que existan centros de atención y prevención que ofrezcan este servicio a este grave, silencioso y creciente problema”, añadió.

La diputada, integrante de la Comisión de Juventud y Diversidad Sexual, resaltó que las señales inician desde la infancia, cuando la niña o el niño comienza a preocuparse por su físico, su peso y lo manifiesta en el entorno cercano. La falta de comunicación siempre impide su detección.

Puntualizó que estos problemas requieren la atención de instituciones educativas y padres de familia. Además, es necesario que el nutriólogo verifique en menores de edad, el peso, talla, estatura, los grupos de comida y, en su caso, la observación y seguimiento de afectaciones por trastornos alimenticios.

En ese sentido, urgió a generar una estrategia nacional preventiva, que en corto plazo contenga el problema y a largo plazo lo elimine. “La depresión que causa la anorexia y bulimia pone en riesgo a muchas personas, principalmente a los menores, pues tiene costos sociales y económicos fuertes”, agregó.