- Kamala Harris y Donald Trump presentan enfoques distintos que podrían redefinir el futuro de las relaciones bilaterales entre ambos países
RedFinanciera
Estamos a pocas semanas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos que se llevarán a cabo el 5 de noviembre. Posiblemente sea uno de los eventos que mayor incertidumbre genere para México, porque ambos candidatos Kamala Harris y Donald Trump, presentan enfoques distintos que podrían redefinir el futuro de las relaciones bilaterales entre ambos países.
En la medida que Estados Unidos busca reducir su dependencia de China, y México se ha convertido en su principal socio comercial, resulta importante delinear la política industrial entre ambos países.
Es una realidad que los problemas para ambos candidatos son los mismos, tales como migración, relaciones comerciales, seguridad y narcotráfico, por mencionar algunos. Sin embargo, la forma de abordarlos será muy diferente entre uno y otro; mientras que el candidato republicano trae aparejado consigo una narrativa sumamente proteccionista y en su agenda incluye la imposición de aranceles, su temperamento es posiblemente una de las mayores amenazas, pues puede tener una posición confrontativa con México.
En el caso de la candidata de los demócratas se espera un panorama ligeramente más benigno pero no dejará fuera de su agenda la problemática nacional. En ese tenor, es posible anticipar La revisión del T-MEC en 2026 será el punto toral. Entre los temas a tratar, se incluyen: la revisión de las reglas de origen, especialmente en el sector automotriz, donde Estados Unidos podría presionar por una interpretación más estricta.
Políticas energéticas, la controversia sobre el maíz transgénico y el cumplimiento de México en esta materia. Por otro lado, la reforma al poder judicial, y la posible desaparición de órganos autónomos podría generar ciertas fricciones pues podrían acabar en paneles de arbitraje, ante el incumplimiento de ciertas cláusulas.
En materia comercial, el aumento de las importaciones provenientes de China en México, y la sugerencia de que podría ser el puente para darle la vuelta a la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a productos chinos, podría ser un punto adicional de fricción, pues México debe evitar a toda costa convertirse en el puente entre China y Estados Unidos.
Si bien México ha impuesto ciertos aranceles a las importaciones chinas, la narrativa en torno al papel de China en México podría volverse un tema central durante la revisión del T-MEC. En este sentido, el secretario de economía anunció recientemente un programa para sustituir las importaciones Chinas en México, y poder coordinar políticas con Estados Unidos para mantenerse como su aliado comercial. Un tema adicional es la migración, pues se ha convertido en una preocupación de carácter nacional.
El panorama fiscal y las propuestas en EU
Dentro de las propuestas principales de Donald Trump y Kamala Harris, resaltan las posibles modificaciones fiscales, es decir de recaudación tributaria o de gasto. Para este análisis, resaltamos cuales son las principales, de acuerdo con el modelo fiscal de la Universidad de Pensilvania.volatilidad en el tipo de cambio, pues es la variable que primero se ajusta frente a un panorama incierto.
La relación bilateral
Desde el año pasado México se convirtió en el principal socio comercial de Estados Unidos. De acuerdo con cifras del mes de agosto del 2024, México tiene una participación del 16% del total del comercio estadounidense. El intercambio de mercancías entre ambas naciones sumó 559.8 mil millones de dólares entre enero y agosto de 2024, lo que representó un crecimiento de 5.2% respecto al mismo período del año anterior. En términos de exportaciones, México registró un nuevo récord en las de mercancías hacia Estados Unidos, alcanzando los 334.7 mil millones de dólares, lo que representó un incremento del 5.8% con respecto al mismo periodo del año pasado.
Sin embargo el déficit comercial puede ser un punto de dolor, y podría impulsar políticas proteccionistas por parte de Estados Unidos. Esto podría poner en tela de juicio la relocalización de cadenas productivas y deteriorar las expectativas en sectores clave como el automotriz.
Una victoria de Donald Trump podría generar incertidumbre y la posibilidad de nuevos aranceles, debilitando el peso mexicano y complicando la relación comercial. En ese tenor, teóricamente un arancel se traduce en un movimiento del tipo de cambio en una magnitud similar, sin embargo como todos sabemos el peso mexicano también se mueve por otras variables por lo que es incierto su impacto final.
Adicionalmente, no podemos descartar que se amenacen con mayores aranceles a ciertas industrias de querer migrar sus operaciones hacia México. Por otro lado, la incertidumbre podría generar una pausa en las inversiones anunciadas en México en los últimos años. La agenda proteccionista de Donald Trump podría frenar la relocalización de cadenas productivas y resultar en una renegociación del TMEC tirante y amenazante.
Una victoria de Kamala Harris podría dibujar un panorama ligeramente más benigno, sin embargo es posible anticipar la imposición de ciertos aranceles de manera muy direccional. Consideramos que en primera instancia, Harris pudiera mantener las alianzas estratégicas con México. En general, las expectativas de una victoria de Kamala Harris serían de una mayor colaboración, empero es posible anticipar que los puntos clave bajo la presidencia de Harris podrían abordar desafíos como las normas laborales.
Bajo las propuestas de la candidata demócrata, la Universidad de Pensilvania estima que se dejarán de recaudar cerca de 1.4 trillones de dólares por concepto de los créditos fiscales e impuestos y demás propuestas en el periodo 2025 a 2029, mientras que bajo Trump estiman una menor recaudación de impuestos por cerca de 1.9 trillones durante su mandato.
En ambos candidatos se asume que se extienden los recortes a los impuestos personales de Trump de 2017. Posiblemente donde radica uno de los principales puntos está en los impuestos corporativos, debido a que Kamala propone incrementos en la tasa de 21% actualmente a 28%, mientras que Trump analiza un nuevo recorte hacia 15%. Sin
lugar a dudas, esto puede ser un factor de preocupación nuevamente para la competitividad de los flujos de IED para nuestro país, en un escenario donde Trump gane la elección.
Al sumar los déficits, bajo Trump es posible anticipar que el déficit acumulado para su mandato será de 2 trillones de dólares adicionales a cualquier escenario base actual y para Kamala de 907 billones, es decir poco menos de la mitad Utilizando estos estimados, junto con las trayectorias estimadas de la oficina de presupuesto del congreso (CBO por sus siglas en inglés) nos permite realizar una estimación para anticipar las trayectorias del 2025 a 2029 acorde a las diferentes propuestas. En nuestros cálculos el déficit con Trump llegaría a niveles de 8% y con Kamala se mantendría en los actuales niveles de 7%. En ambos casos son déficits muy elevados.
En el escenario donde Donald Trump gana, y considerando que quisiera llevar a cabo un nuevo recorte de impuestos como lo plantea en su campaña, podría implicar una pérdida de competitividad para nuestro país, más aun en un entorno de captación de flujos de IED y de nearshoring. Además, seguramente el atractivo del país también se verá mermado con amenazas de nuevos aranceles, lo que podría implicar que ciertos proyectos decidan no ubicarse en México.
Recientemente, Donald Trump amenazó con imponer un arancel a los vehículos eléctricos enviados desde México con una tasa de 200% y al productor de tractores John Deere con una tasa igual si decide instalar una planta en México.
Adicionalmente, Tesla decidió posponer la GigaFactory que había anunciado en Nuevo León con motivo de la incertidumbre arancelaria. Implicaciones para los mercados Un mayor déficit fiscal podría impactar en los rendimientos en el bono del tesoro, en especial la parte larga de la curva, por lo que no podemos descartar que pese a los recortes que la Reserva Federal planea llevar a cabo hacia adelante, las tasas largas permanezcan elevadas.
Adicionalmente, bajo el mandato de Trump la lucha contra la inflación podría obstaculizarse, pues la imposición de aranceles podría tener un efecto puntual, ya que generalmente estos incrementos se trasladan directamente al consumidor. Adicionalmente, vale la pena señalar que bajo un escenario donde Trump salga victorioso, podríamos ver la continuación del mercado alcista en Estados Unidos, dándole en el corto plazo la posibilidad de alcanzar nuevos máximos históricos.
La extensión de recortes de la tasa impositiva a los corporativos que vence en el 2025, podría ayudar a detonar mayor apetito por activos considerados de riesgo ante la expectativa de mayores utilidades en el futuro. Para el dólar la reacción esperada sería de fortalecimiento, a pesar de que sería contrario a lo que desea el candidato republicano en aras de mantener la competitividad de los productos americanos.
La paridad cambiaria
Para nuestra moneda, la victoria del candidato republicano podría tener un efecto inmediato en mayores episodios de volatilidad, dado su perfil, es posible anticipar un tipo de cambio más depreciado y por encima de su nivel de equilibrio. Además cualquier amenaza en torno a la cancelación del TMEC tendría un efecto más puntual pues implicaría un cambio dramático en la relación comercial y bilateral. No obstante lo anterior y a pesar de que nuestro escenario central es que nuestra moneda absorba todos los choques, consideramos que para Trump las amenazas son solo una herramienta en aras de conseguir mejores y mayores beneficios para Estados Unidos, por lo que se reduce a “pirotecnia” mas no un cambio estructural en la relación entre ambos países.
Caso contrario en el caso de que Kamala Harris ganara, podríamos anticipar que el incremento en impuestos corporativos, podría ser benéfico para nuestro país en términos de captación de IED en México. Para el mercado de capitales en Estados Unidos, podríamos esperar una toma de utilidades ante valuaciones que lucen adelantadas y la expectativa del regreso hacia impuestos corporativos más elevados.
En cuanto a la paridad pesos por dólar, podría mantenerse relativamente estable durante algunos meses, derivado de una expectativa más favorable de cara a las negociaciones entre México y Estados Unidos. La retórica arancelaria puede ser similar a la actual, sin un deterioro mayor al actual. La revisión del TMEC se enfocará a la agenda demócrata en torno a las cuestiones laborales, sumado a las disputas que se encuentran actualmente abiertas, mientras que no descartamos un mayor proteccionismo aunque las negociaciones
podrían ser menos atropelladas. En general, podríamos anticipar un panorama más benigno.
La noche del 5 de noviembre
Derivado de las encuestas, es muy difícil anticipar con relativo grado de certeza quien será el vencedor de la elección. No obstante de acuerdo con los últimos datos de las encuestas y apuestas, pareciera que Donald Trump ha tomado cierto momentum. Es posible señalar que el 5 de noviembre no tendremos claridad en el ganador, y aunque en el escenario central no consideramos una disputa entre los candidatos, al ser una elección muy cerrada, será clave observar los resultados de cada uno de los estados bisagra que son los que definirán al ganador, especialmente en Pensilvania y Michigan, y no necesariamente los conoceremos la noche del 5 de noviembre. Así que es posible anticipar cierta volatilidad en los mercados.
Aunado al candidato que resulte vencedor es importante señalar que será muy importante ver cómo quedará la conformación de las cámaras, se anticipa, aunque con una estimación igual de incierta, que la cámara de representantes la ganará por una pequeña mayoría los republicanos.