- Se emitirán acciones y recomendaciones sobre áreas protegidas
- Por Alejandra Pérez Bernal/Enviada
RedFinancieraMX
TENOSIQUE, Tabasco.- El Tren Maya cuenta con el aval de los ecologistas, ambientalistas y los protectores de la fauna y flora de la selva del Sureste, quienes emitirán acciones y recomendaciones que deberán considerar los jefes del proyecto.
Juan Carlos Romero Gil, coordinador del Área Natural Protegida para la Flora y la Fauna del Cañón del Usumacinta, subraya que la Comisión Nacional de Áreas Protegidas establecerá las acciones y recomendaciones que se deberán considerar en el proyecto.
En entrevista, antes de la ceremonia y ritual que formalmente dio inicio a los trabajos del Tren Maya en los 5 estados del Sureste que cubrirá el proyecto, Romero Gil señaló que toda acción de turismo debe tener un estudio para conocer sus límites, y que esté acorde con lo que sustentan las áreas naturales protegidas.
Biólogo de profesión, conocedor del tema, Romero Gil nos aclara que la Comisión acompañara a los diseñadores de todo el proyecto para que se respeten las normas y los criterios que rigen al cañón del Usumacinta, que será atractivo principal en el proyecto del Tren Maya y que al ser de uso público, deberá contar con estudios sobre las subzonas de uso público y ver su alineación con la política local.
El funcionario de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas señaló que el Tren Maya pasará por Tenosique por una vía férrea ya existente, sin tocar áreas protegidas, pero vinculada con el Usumacinta
Explica que toda obra nueva está sujeta a un dictamen de impacto ambiental para saber los riesgos que implica sobre áreas protegidas, pero aclara que para ello se hace un documento rector que tiene que ver con la restauración y proyección en cada una de las áreas protegidas.
El especialista detalla que dentro de cada ecosistema hay acciones que se deben hacer, no solo para el tendido de un tren, sino pata todo tipo de proyecto.
Asegura que cuando hay un derecho de vía, se integran criterios para incluir a las áreas, y que si el proyecto es nuevo hay que hacer un estudio.
Respecto al Tren Maya, Juan Carlos Romero Gil apunta que hay criterios ya establecidos, en los que predominan la creación de puentes y subterráneos para proteger a la fauna de la región, como el tapir y el jaguar, que requieren de grandes espacios para desplazarse y a los cuales debemos proteger.
Destacó que hay derechos de vía ya existentes y que muchas zonas se han reforestado, precisamente para evitar que el ruido afecte a la fauna de la región.
Admite que el proyecto no está concluido, que se deben hacer más estudios, para que el derecho de vía en selva o bosque no fragmente el hábitat ni genere ruido que altera a la fauna silvestre.
Y agrega: Habrá que hacer puentes para que no sientan que hay un cambio en el área y habrá que cuidar mucho el crecimiento poblacional para que no se provoque un desorden urbano que aumenta el turismo pero afecta al ambiente.
En el proyecto del Tren Maya, explica el biólogo, se analiza el cuidado de las especies y en la obra nueva habrá recomendaciones incluso para las áreas acuáticas.
Si es necesario hacer puentes subterráneos o aéreos y crear corredores biológicos, hasta cuidar el tipo de luz que se incluirá, lo haremos.
Y precisa: Es de un gran significado es que se reconozca a los pueblos originarios y su vinculación con el entorno natural. El proyecto del Tren Maya respetara todas sus tradiciones, porque son parte de la historia.
Y explica. Habrá difusión, apoyo a los grupos étnicos para que no pueden quedar aislados en todo el mundo. Los grupos originarios deben ser reconocidos, vincularlos a la actualidad y que con el proyecto se reitere que respetará el valor cultural de cada uno de los sitios.
Insiste en que hay que confiar en que la obra contará con el estudios de impacto ambiental, en donde se detallen los riesgos, porque a nadie convenga que los haya, y confiar en que los estudios que se hagan evitarán cualquier daño irreversible a la naturaleza.
Aclara que uno de los objetivos del proyecto es promover el turismo de naturaleza, que es la actividad que puede ayudar mucho a conservar el patrimonio natural.
Romero Gil habla de su centro de capacitación, dedicado a promover valores para la conservación del del Río Usumacinta.
Y añade: “Tenemos un centro de capacitación que promueve valores ambientales en la selva de Tenosique; que promueve los valores históricos y precolombinos, siempre en trabajando por un desarrollo diferente
Romero Gil aclara que, además de la capacitación, en el centro se trabaja en aspectos como la protección y restauración de los recursos naturales y en la investigación para poder emitir acciones a todos los usuarios.
Además, hay un centro de producción de miel, cacao y manejo de artesanías, en el cual se da capacitación constante en el tema de la educación ambiental.
El experto en áreas protegidas presume un manantial de Tenosique, donde los mayas se purificaban en el Usumacinta. “Actualmente nos visitan 5 mil personas al año, que llegaban de manera dispersa. Ahora los tenemos ese turismo de forma ordenada, y que entienden que el principal valor que se da es la educación.
Insiste en que el trabajo de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas será establecer acciones y recomendaciones que se deben considerar en el proyecto del Tren.
Finalmente, indica que la Comisión acompañará a los diseñadores para que se respeten normas y criterios, particularmente en el cañón del Usumacinta, donde está prevista un gran atractivo de uso público.