- Un líder empático es capaz de comprender las necesidades y preocupaciones de su equipo
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La empatía, esa capacidad humana tan poderosa y fundamental para nuestras relaciones interpersonales y para el mundo en general. Pero, ¿qué es exactamente la empatía? En pocas palabras, “se trata de la habilidad para entender y compartir los sentimientos de otra persona. Es ponerse en los zapatos del otro, sentir lo que siente, comprender sus emociones y perspectivas. La empatía es la base de la conexión humana y es fundamental para construir relaciones saludables y funcionales en todos los ámbitos de nuestra vida”, comenta Nora Taboada, fundadora de AFE Liderazgo Consciente y autora de Felicidad Activa.
Una persona empática se distingue por varias características. En primer lugar, tienen una gran capacidad para escuchar activamente. No se trata sólo de oír lo que dice la otra persona, sino de prestar atención genuina, de intentar comprender lo que esa persona está expresando emocionalmente. Además, las personas empáticas suelen ser compasivas y comprensivas. No juzgan rápidamente, sino que intentan entender el punto de vista del otro y ofrecer su apoyo de manera sincera.
Nora Taboada, coach de liderazgo y desarrollo ejecutivo, destaca la importancia de la empatía en el ámbito del liderazgo. Según ella, un líder empático es capaz de comprender las necesidades y preocupaciones de su equipo, lo que conduce a una mayor cohesión, confianza y eficacia en el trabajo conjunto. Taboada señala que la empatía no solo beneficia las relaciones interpersonales, sino que también mejora el rendimiento y la productividad en el entorno laboral.
¿Cómo se puede desarrollar la empatía? Aunque algunas personas pueden tener una predisposición natural hacia esta habilidad, la empatía también puede cultivarse y fortalecerse a lo largo del tiempo. Aquí hay algunas estrategias que nos comparte la experta, que pueden ayudarte a desarrollar tu empatía:
Para aprender a desarrollar la empatía debes conocer sus tres aspectos fundamentales:
o Cognitivo (cabeza/pensamiento): Tiene que ver con entender las cosas que les afectan a las personas desde su perspectiva única.
o Afectivo (corazón/emociones): Tiene que ver con preocuparte por la otra persona e identificar en ellos emociones similares a las tuyas.
o Conductual (hacer/acciones): Tiene que ver con escuchar activamente y entender más acerca de las reacciones, sentimientos y experiencias de los demás.
Practicar la escucha activa: Como mencionamos anteriormente, la escucha activa es fundamental para la empatía. Dedica tiempo y atención a realmente escuchar lo que la otra persona está diciendo, sin interrumpir ni juzgar.
Ponerse en el lugar del otro: Intenta imaginarte cómo se sentiría la otra persona en su situación. ¿Qué emociones estaría experimentando? ¿Cuáles serían sus preocupaciones y necesidades?
Practicar el autoconocimiento: Conocerte a ti mismo y tus propias emociones te ayudará a entender mejor las emociones de los demás. La empatía comienza desde dentro.
Tomarse el tiempo para reflexionar: Después de interactuar con alguien, tómate un momento para reflexionar sobre la experiencia. ¿Cómo te sentiste durante la conversación? ¿Qué crees que estaba sintiendo la otra persona?
Aprender sobre diferentes perspectivas: Exponerte a diferentes culturas, experiencias y puntos de vista te ayudará a ampliar tu comprensión del mundo y a ser más empático hacia las personas que son diferentes a ti.
Además de estas estrategias individuales, también es importante fomentar una cultura de empatía en nuestras comunidades y sociedades. Esto incluye promover la educación emocional en las escuelas, fomentar la inclusión y la diversidad en todos los ámbitos y abogar por políticas y acciones que tengan en cuenta las necesidades y experiencias de todos los grupos de personas.
“Podemos desarrollar y fortalecer nuestra capacidad empática, lo que no sólo mejora nuestras relaciones interpersonales, sino que también contribuye a crear un mundo más compasivo y solidario para todos”, concluyó Taboada.