- Gracias a este recorrido se llega hasta las mismísimas entrañas de la Tierra
RedFinancieraMX
Zacatecas es una ciudad que surgió gracias al auge minero y, durante una visita a esta tierra Patrimonio de la Humanidad, es obligado asistir a la mina El Edén, uno de los principales atractivos turísticos del estado.
Gracias a este recorrido, que experimentan unos 200 mil visitantes al año, por la mina que tiene 430 años de antigüedad y estuvo activa durante 380 años, se llega hasta las mismísimas entrañas de la Tierra.
A través del Museo de Piedras y Minerales, escenificaciones, luces, sonidos e información de guías, las personas pueden conocer de cerca la actividad minera desde sus orígenes, su avance y la vida laboral y social de entonces.
Acompañados por un guía y dotados con cascos de protección, la odisea comienza al abordar el trenecito La Esperanza, que tras un recorrido de 540 metros se detiene en el acceso principal, para iniciar la aventura a 320 metros de profundidad.
Fundada en 1546 a las faldas del cerro de La Bufa, la bizarra ciudad de Zacatecas es ejemplo del auge minero, de aquella época de esplendor y riqueza de los españoles, explicó José Manuel Luna Quijano, coordinador de guías de la mina.
Lamentablemente, agregó, también es muestra de la esclavitud y explotación a los que sometieron a los indígenas nativos para extraer el oro y plata que contenían sus abundantes vetas. Con esa aseveración arranca la experiencia.
Caminamos por pasillos angostos abiertos entre duras rocas. Son húmedos, fríos y oscuros. Fueron construidos en 1586, con esfuerzo, sacrificio y sangre de los indígenas, pues sólo 40 años después de fundarse Zacatecas, comenzó la explotación de la mina.
El guía informó que en sus inicios la mina llevó el nombre de San Eligio y es una de las principales y más ricas de la entidad. Debido a ello, en la década de los 30 cambió su nombre a El Edén, en referencia a su esplendor y riqueza.
El recorrido a pie por las entrañas de la Tierra dura aproximadamente una hora y parte de las faldas del cerro de El Grillo, donde está el único acceso turístico a la mina, hoy administrada por una empresa privada.
El horario es de 10:00 a 18:00 horas, de lunes a domingo, y se realiza por el nivel intermedio número cuatro, de los siete que la integran, puesto que las áreas más profundas están inundadas, motivo por el que se dejó de explotar a pesar de que todavía cuenta con gran cantidad de plata.
Durante la caminata se observan diversas y variadas representaciones o escenificaciones del trabajo que los indígenas efectuaban en la actividad minera, ambientación que se logra con baja iluminación y replica de sonidos.
Una escena muestra a los indígenas con su vestimenta original de calzón de manta y guaraches, con cuña, mazo, pico, pala y barreta en mano, golpeando la dura roca para extraer el valioso mineral, porque en ese entonces no existía la dinamita.
La narración del guía anfitrión nos informa que los indígenas comenzaban a laborar en la mina desde los 10 años y tenían una longevidad de apenas 35, ya que las largas jornadas de hasta 16 horas y la falta de seguridad hacían que murieran jóvenes.
Otra representación muestra a Don Rodrigo de Saldívar, dueño de la mina en el siglo XIX, quien al morir la heredó a su esposa Dominga Miranda, quien donó parte del oro extraído a la iglesia, para laminarlo y colocarlo en el Convento de Guadalupe y en la Capilla de Nápoles, ambos edificios existen en la época actual.
En el interior de El Edén hay un altar dedicado al Santo Niño de Atocha, protector de los mineros, cuyo centro religioso se encuentra en la comunidad de Plateros, en el municipio de Fresnillo, a escasos 50 minutos de distancia de la capital, y es el tercer centro religioso más importante de México.
Las leyendas y mitos no pueden faltar en esta experiencia turística. Se cuenta que Roque, un minero ambicioso, quedó petrificado en la roca al intentar robarle a su patrón. O la prohibición que las mujeres tenían de entrar a las minas, bajo la falsa creencia de que se secaba la veta.
La mina brinda otra experiencia de diversión, pues por la noche abre sus puertas la discoteca El Edén Club Night, ubicada en un área dedicada a la molienda. Tiene capacidad para 400 personas y cuenta con equipo computarizado de luz y sonido, uno de los mejores del mundo.
El Edén Club Night en el interior de la mina funciona como bar los jueves y viernes, de las 16:00 a las 21:00 horas, a ella pueden entrar los menores de edad. Los viernes y sábados, es la discoteca, con servicio de las 22:00 a las 03:00 horas, sólo para adultos.
El turista de Guadalajara, José Pérez, entrevistado luego de su visita a El Edén, aseguró que “es una bonita y buena experiencia”, e invitó a visitar este atractivo turístico de Zacatecas.
Por su parte, Noemía Díaz, de Oaxaca, recomendó visitar este centro, porque “pensamos en una mina, pero no nos imaginamos todo lo que podemos ver. Está muy bien el recorrido”, aseguró para definir su experiencia.
Visitar Zacatecas y no entrar a la mina, ya sea al recorrido o la discoteca, “es como no haber venido”, reza un refrán popular que ejemplifica claramente la experiencia de recorrer las entrañas de la tierra para conocer la actividad minera de la época colonial.