El dominio de la izquierda en América Latina

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  • La llegada del Islam, los aliados históricos y el gigante chino
  • (tercera y última parte)
  • Por María Manuela de la Rosa Aguilar

RedFinanciera

Irán ha desarrollado un modelo de influencia muy sutil y casi imperceptible, mediante  tres elementos clave como son las embajadas, la diáspora y los centros culturales. Este modelo  fue identificado por el Fiscal argentino, Alberto Nismán, con motivo de la investigación  del pacto entre  la entonces presidente de la República Argentina Cristina Fernández de Kirchner con Irán, en el contexto de la investigación por los atentados terroristas contra la AMIA perpetrados en Buenos Aires en 1994.

Pero desde el 2005  Irán comenzó a incrementar sustancialmente la cantidad de embajadas en América Latina y sobre todo de su personal diplomático. Esto fue posible gracias a que en la Convención de Viena de 1961 el país no requería autorizaciones del Estado receptor y contaba con una gran  facilidad para maniobrar mediante las inmunidades diplomáticas, que le permitieron  infiltrar a personal de Inteligencia, maniobra que sería descubierta cuando  se supo que uno de los principales acusados de ser el autor intelectual del atentado contra la AMIA, fue el agente de inteligencia Mohsen Rabbani, que estaba  acreditado como agregado cultural, para la que no se necesita la autorización del Estado receptor, por lo que  de esta manera, muchos otros siguen trabajando en las embajadas, amparados por las credenciales diplomáticas, pero dedicados a labores de inteligencia para encontrar vetas de oportunidad en el adoctrinamiento de la población local.

La migración es otro de sus medios, en la Isla Margarita, en Venezuela, se encuentran campamentos de entrenamiento de Hezbolá y habitan  ahí unos 120,000 libaneses chiítas (Casualmente y según reporta Pedro Ferriz de Con, en esta isla  se le está construyendo una mansión al ex presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador).

 

En la Triple Frontera entre Argentina-Paraguay-Brasil, normalmente  utilizada para el tráfico de drogas y lavado de dinero, gracias a que hay tres aeropuertos  donde por mera casualidad hay alrededor de 7,000 libaneses chiítas, cuyas actividades ilícitas generan activos utilizados para financiar actividades terroristas, que cabe mencionar  un 40% de la financiación  de esta actividad se produce fuera de Irán. Y cabe mencionar que la mayoría de libaneses cristianos que vivían en Venezuela, emigraron hacia los EEUU, por lo que sólo quedó una mayoría de libaneses musulmanes chiítas.

 

Una de las acciones más decisivas  para influir de manera más profunda y eficaz es el cada vez más notable envío de clérigos musulmanes iraníes, instructores y maestros que se encargan de adoctrinar nuevos adeptos y construir escuelas y mezquitas, la gran mayoría camufladas como centros de difusión cultural, que además trabajan para influir en las universidades de América Latina, por medio de mecanismos tales como la Asamblea Mundial de Ahlul Bait, una asamblea en la que se reúnen los “líderes culturales” en Teherán anualmente, la Escuela Ahlul Bait donde se forman los futuros líderes o el Instituto Salam, a través de eventos académicos, conferencias, cursos, aparentemente de corte meramente académico, pero en el fondo, con objetivos claros de adoctrinamiento subliminal.

El gobierno iraní también utiliza sus propios medios de comunicación para influir en la opinión pública latinoamericana como la agencia de noticias Ahlul Bait, Hispan TV o Canal Baiatullah y las redes sociales, una herramienta de gran valor estratégico que utiliza en todo el mundo para difundir  sus mensajes con gran eficacia, ya que son medios que permean con mayor facilidad y han tenido éxito en las maniobras de propaganda.

Con todo esto, Irán pretende no sólo ganar una presencia importante en el continente, sino ir apoderándose de los recursos naturales de la región donde  las reservas de uranio son de un altísimo valor estratégico, sobre todo por los recursos de esta materia prima en Argentina, Bolivia, Brasil, México y Venezuela,  fundamental para la producción de armas nucleares.  También por las reservas de litio y torio,  usados en la producción de misiles.  Y existen dos rutas posibles  de salida para dichos minerales procedentes de Brasil, Bolivia y Perú, una por Venezuela y otra por Chile, donde hay un presidente de izquierda como lo es Gabriel Boric, aunque moderado, favorece los intereses de Irán.

Toda la estrategia iraní está encaminada a desestabilizar a los  Estados Unidos y la presencia iraní en la zona de influencia norteamericana, necesariamente hace que Washington desvíe su atención de Medio Oriente, para no descuidar AL, fortaleciendo las dictaduras de Venezuela, Nicaragua y Cuba, que se han perpetuado como dinastías, a la manera de Corea del Norte.

La región latinoamericana es el escenario perfecto para la financiación mediante las actividades ilícitas, pues uno de sus principales medios es el lavado de dinero y se sabe que ya han establecido redes criminales en Venezuela, Colombia y en el triángulo fronterizo entre Argentina, Paraguay y Brasil, obteniendo dinero del narcotráfico y blanquear el obtenido de las organizaciones criminales, ya que por las diversas sanciones internacionales, Irán necesita buscar fuentes alternativas para la obtención de divisas; no es raro por eso que el crimen organizado cada vez se torna más violento y sanguinario para causar terror entre la población, México, por ejemplo es territorio del crimen, que ha  sembrado fosas clandestinas prácticamente en todo el país, lugares  en donde día a día se descubren crímenes cada vez más atroces.

Irán a extendido sus tentáculos en América por muy diversos motivos, pero además para neutralizar y diluir su aislamiento internacional, estableciendo relaciones diplomáticas con más países, sobre todo aliados de sus enemigos naturales, para así, de manera indirecta, tener influencia en el Consejo de seguridad de la ONU, que ya la tiene a través de Rusia, que es miembro permanente, ahora  también con el apoyo de Brasil, que es candidato a miembro permanente.

La creciente influencia de Irán  en América puede llevar al aumento de la presencia de redes criminales todavía más violentas, a que se susciten hechos de terrorismo  y de que la presencia de Hezbolá se haga cada vez más evidente, lo que no sólo pone en riesgo a todo el continente, como ya está sucediendo en África, sino que la influencia del Islam sea tal que imponga gobiernos, escenario con el que se destruiría la misma esencia latinoamericana, su cultura, sociedad e historia, por lo que de no detener esta expansión, no sólo la geopolítica daría un giro inesperado, sino que el continente entero entraría en la peor crisis de la historia y su supervivencia estaría en riesgo. Así que queda a los gobiernos y a sus instituciones armadas vislumbrar este escenario para prevenir  lo que podría pasar con una estrategia que fortalezca la seguridad y defensa de la región en todos los campos del poder.

 

Todo ello, sin descuidar la influencia de Rusia, que tiene aliados históricos en América Latina, ya que es una zona estratégica de primer orden, sobre todo en la lucha por la hegemonía internacional y sería un error que por las diferencias con el país del Norte, los gobiernos latinoamericanos pacten con Oriente, porque quedarían a expensas, ya no del imperialismo, sino de la esclavitud de la tiranía. Y si añadimos el factor China, que ya se ha adueñado de los mercados, sólo ver el centro histórico de la ciudad de México y de muchas ciudades del interior de la República, el comercio dominante es el chino y todos asistimos con gran entusiasmo a comprar baratijas de poca o nula utilidad, llenando los bolsillos de estos extranjeros, pero también vemos como hay una colonización industrial china en auge, ya sea de la industria automotriz, plásticos, telas, aparatos electrónicos y electrodomésticos, celulares y aditamentos, ropa, etc., compitiendo sin tregua con los productores nacionales, a los que poco a poco va desplazando de manera casi imperceptible, ofreciendo productos baratos, aunque de baja calidad.

Con el dominio de Oriente, los países latinoamericanos estarían a la deriva, no como monedas de cambio, sino como carne de cañón, muy redituable por las grandes riquezas naturales que quedarían bajo su control, una vez eliminados sus legítimos dueños. Parece imposible, pero sólo veamos lo que ha sucedido en Medio Oriente y Europa Oriental con la limpieza de sangre y la apropiación de países enteros. La guerra en Ucrania y en Palestina son los ejemplos más recientes. México incluso perdió la mitad de su territorio después de independizarse, aunque por motivos diversos, el riesgo sigue latente, pero ahora, de ser despojados no sólo de nuestro territorio, nuestras riquezas, sino de nuestra identidad, cultura y lo más valioso que es nuestra libertad.