Definirán bancos centrales del mundo acciones contra la inflación

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  • Reiteran su alerta de graves riesgos como la estanflación
  • Atentos los mercados a las expectativas sobre el ciclo de alzas en las tasas de interés

RedFinanciera

Jerome Powell, Presidente de la FED; Christine Lagarde, Presidente del BCE; Andrew Bailey, Gobernador del Banco de Inglaterra; y Agustin Carstens, Director General del Banco de Pagos Internacionales participan esta mañana en la reunión del Banco Central Europeo (BCE), desde donde reiteraron su alerta de estanflación y su llamado a los bancos centrales a actuar rápidamente para no permitir a la inflación enraizarse en las economías.

En Sintra, Portugal, las cabezas de los bancos centrales más importantes del mundo hablarán de inflación y política monetaria.

Los mercados estarán atentos a comentarios que permitan definir mejor sus expectativas con respecto al ciclo de alzas en las tasas de interés en economías avanzadas.

El foro de discusiones sucede en un momento complicado para los bancos centrales, que deben combatir un problema de inflación a nivel global mediante incrementos a tasas de interés que durante poco más de una década permanecieron en niveles extraordinariamente bajos.

Los datos más recientes de inflación en el mundo han sido mixtos: en España, la inflación general registró un nuevo récord (10% anual) y la inflación subyacente se colocó en su nivel más alto desde 1993, superando todos los estimados y señalando que el alza de precios aún no ha alcanzado un pico; en Alemania, la inflación logró moderarse tras acciones directas del gobierno para reducir precios en el transporte público y aliviar la carga fiscal en la compra de combustibles.

Los datos sugieren que la inflación para todo el bloque europeo podría seguir en tendencia de alza durante junio y varios miembros del BCE han comenzado a respaldar incrementos más agresivos (50pb) a las tasas de interés en julio.

En Estados Unidos, Loretta Mester, Presidente de la FED de Cleveland, hizo un llamado a los bancos centrales a no ser complacientes en el combate a la inflación y recomendó actuar con contundencia para detener las presiones inflacionarias y evitar el desanclaje de expectativas de inflación a largo plazo. Mester citó estudios de la FED para argumentar que los costos son más altos para los bancos centrales y la economía cuando no se hace suficiente para mantener la estabilidad de precios y las expectativas de inflación ancladas; incluso si el problema de inflación se desprende de un shock de oferta en el que la política monetaria es menos efectiva.

Si las condiciones permanecen como hasta ahora, Mester aseguró que respaldará un incremento de 75pb en la reunión de julio en la Reserva Federal de Estados Unidos

Ayer el índice de confianza del consumidor de The Conference Board cayó a 98.7 puntos, con un mínimo de 66.4 puntos para las expectativas a futuro en el corto plazo, niveles no vistos desde 2013. Esto provocó otra caída de las bolsas ayer, que se ve reflejada en Europa hoy.

Los precios del petróleo vuelven a tener presiones de alza, ante diagnósticos de que Europa no podrá almacenar suficiente gas para hacer frente a la interrupción del suministro desde Rusia. Igualmente, en Libia no se ha podido retomar la exportación de petróleo, mientras que el diálogo en Ecuador ha vuelto a ser interrumpido. El precio del WTI ronda los 113.5 dólares por barril.

El riesgo de fragmentación de Europa

El BCE está listo para subir las tasas de interés, pero enfrenta riesgos mucho mayores que los que encara la Fed. Uno de los más grandes es la “fragmentación”.

Al aumentar las tasas de interés para combatir la inflación del 8.1%, se corre el riesgo de desencadenar inestabilidad financiera, impulsada por la tensión de la tasa de interés y la moneda única de la UE frente a las distintas situaciones de los países.

Los costos de financiamiento del gobierno, representados por los rendimientos de los bonos a 10 años, se han disparado, lo que obligó al BCE a acelerar los planes de “antifragmentación”. Esto podría ayudar a reducir el riesgo de una explosión de rendimiento como la que se vio hace 10 años, y daría espacio al BCE para subir las tasas de interés, respaldar al EUR y aliviar las valoraciones de las acciones de la eurozona (EZU) en apuros.

Para analistas financieros de Intecamb Banco y de eToro, las diferentes realidades se ven en la división entre las llamadas economías “centrales” del norte, como Alemania y Francia, en comparación con las economías “periféricas” del sur, como Italia y España.

La más grande de la eurozona, Alemania, tiene una deuda pública/PIB del 70%, un desempleo del 5% y un PIB per cápita de 50 mil dólares. La tercera economía más grande, Italia, tiene una deuda del 150%/PIB, un desempleo del 8.4% y un PIB per cápita 30% inferior. Estos riesgos diferentes impulsan la sensibilidad a tasas más altas.

La renta variable italiana se ha llevado la peor parte de los crecientes temores de fragmentación y ha caído bruscamente. Esto es a pesar de que ya se encuentra entre las más baratas de Europa, con un múltiplo menor a 9 veces las utilidades previstas, desde la empresa de servicios públicos Enel (ENEL.MI) hasta la petrolera ENI (ENI.MI) y el banco Intesa (ISP.MI).

Pero las economías no son bolsas de valores. La renta variable alemana (EWG) se ha comportado tan mal como la de Italia este año, dada su gran exposición en el extranjero y a Rusia/Ucrania.

En tanto, el mercado “periférico” de España (ESP35) es uno de los mejores a nivel mundial, beneficiándose de la reapertura de la economía turística y la exposición a América Latina.