- Será difícil mantener la sustentabilidad fiscal, porque los ingresos públicos serían menores a lo programado
- Por Gerardo Flores Ledesma
RedFinanciera
Los empresarios del país subrayaron que mientras el bajo crecimiento del PIB persista, la sostenibilidad del programa económico oficial se podría cuestionar y traerá consecuencias importantes en materia de estabilidad macroeconómica.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) advirtió que será difícil mantener la sustentabilidad fiscal ya que los ingresos públicos podrían ser menores a lo programado.
En su más reciente análisis, el organismo empresarial apunta que en esta situación, el mantenimiento de la salud fiscal obligaría a mayores ajustes a un gasto público que ya empieza a tener correcciones a la baja, lo que probablemente puede generar recortes a la inversión fija, dada la determinación del gobierno de llevar a cabo los programas sociales.
E aclara que el debilitamiento de la economía pueda responder a la falta de recursos para inversión fija en infraestructura y que el entorno de debilidad no sorprende dado el creciente ambiente de incertidumbre.
Indica el CEESP que la mayoría de especialistas e instituciones relevantes prevén un debilitamiento de la actividad económica mayor a lo que oficialmente se anticipa, lo que se puede corroborar con la evolución de los indicadores económicos oficiales que muestra deterioro y por las expectativas de los especialistas y su percepción del entorno económico.
Sostiene el organismo de la iniciativa privada que “normalmente, en el primer año de cada sexenio se registra una disminución en el ritmo de crecimiento de la economía, que podría atribuirse al periodo de aprendizaje del nuevo gobierno”, pero eso no ha ocurrido esta vez ya que las últimas cifras económicas no reflejan ningún efecto positivo en la actividad económica.
Se apunta que parte del debilitamiento de la economía se debe a una mayor proporción del gasto público que se ha canalizado al gasto corriente para cubrir los crecientes programas asistenciales que se anuncian, en lugar de destinar más recursos a la inversión fija en infraestructura que es requerida para estimular la inversión privada, el crecimiento económico y el empleo.
El INEGI informó que durante el primer trimestre del año el PIB creció 0.2%, lo que significó una mejora respecto a la caída de 0.6% que tuvo el trimestre previo y que incluso superó el pronóstico de especialistas del sector privado que anticipaban una disminución de 0.2%. Así, la comparación anual el PIB creció 0.6% que, si bien es ligeramente mayor a la del trimestre previo, es la segunda más baja desde el mismo periodo del 2021.
Y añade: “Este comportamiento de debilidad no sorprende dado el creciente entorno de incertidumbre frente a temas internos como la debilidad del estado de derecho, la próxima elección de integrantes del poder judicial, la corrupción, la impunidad, la inseguridad y los problemas de regulación, a lo que se suma la creciente preocupación por los efectos adversos de la política arancelaria de los Estados Unidos”.
Explica el CEESP que casi todos los especialistas prevén un debilitamiento de la actividad económica mayor a lo que oficialmente se anticipa.
“Mientras el pronóstico oficial para 2025, presentado en el documento de Pre-criterios 2026, se ubica en un rango de entre 1.5%- 2.3%, la estimación del Banco de México lo ubica en 0.6%, en tanto que la expectativa más reciente de los especialistas del sector privado prevé un avance de solo 0.1%. El Fondo Monetario Internacional anticipa una caída de 0.3%”, indica el CEESP.
Y concluye: “El comportamiento del PIB para el primer trimestre del año siembra más dudas en cuanto a la posibilidad de lograr los objetivos deseados de crecimiento económico. El reto de revertir la tendencia es urgente, aunque poco probable, al menos en el corto plazo”.