- Por José Antonio Aspiros Villagómez
RedFinanciera
Los gobiernos de México y España pasan actualmente por un enfriamiento de sus relaciones diplomáticas porque el rey Felipe VI no se disculpó con los pueblos mesoamericanos avasallados durante la conquista en 1521, como le fue solicitado por el anterior mandatario mexicano.
El desencuentro sigue vigente pues la presidenta actual apoya ese reclamo, por lo que resulta interesante rescatar y compartir para la reflexión y el análisis, lo que escribimos hace 35 años acerca de las buenas relaciones que había entonces entre los dos gobiernos, y que no varió en las tres décadas siguientes.
Lo reproducimos tal como se publicó en el número 254-255 de enero-febrero de 1990, de la revista bimestral En Todamérica, con el título “México y España se reencuentran 500 años después”. Faltaban entonces más de dos años para recordar el medio milenio de la llegada de Cristóbal Colón a tierras posteriormente llamadas americanas.
Esta es la reseña, que encontramos junto con un artículo nuestro también, titulado “Panamá, otra vez víctima del destino manifiesto”, y que trata en buena medida de los acuerdos y acciones para entregar a ese país el canal interoceánico centroamericano por parte de Estados Unidos, y que ahora amenaza con recuperar Donald Trump.
MÉXICO Y ESPAÑA SE REENCUENTRAN
500 AÑOS DESPUÉS
A casi 500 años del descubrimiento de América, encuentro de dos mundos, o como cada quien quiera llamarle, una cosa es evidente: México y España se quieren y se respetan, se ven de frente, la península no se encuentra de espaldas al Nuevo Mundo, el pasado colonial y sus consecuencias sólo son materia de estudio de los historiadores aun cuando subsistan grupos que siguen exaltando la parte indígena y repudiando la española de nuestra nacionalidad.
Al menos esa es la síntesis de las diversas opiniones que intelectuales mexicanos emitieron en ocasión de la reciente visita a México de los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, los primeros monarcas de ese país que en cinco siglos, tres de ellos de colonialismo, cruzaron los mismos caminos que Cristóbal Colón -aunque ahora por aire- para acercarse a su antiguo virreinato, si bien con profundo respeto de la soberanía conquistada por los mexicanos hace más de 170 años.
En el contexto anterior, México se dispone en 1992 el medio milenio del periplo colombino que cambió la historia del mundo, y así quedó de manifiesto durante la reunión que con los reyes españoles sostuvo la Comisión Nacional Conmemorativa del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos, cuyo secretario ejecutivo es el licenciado Víctor Flores Olea.
Presidente también del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), Flores Olea dijo en esa ocasión que se trabaja sobre el principio de una “visión internacional” del acontecimiento, en concordancia con el carácter universal que revistió el viaje de Colón, esto es, propició la irrupción en América de las tradiciones y cultura de europeos, asiáticos, árabes y africanos.
En referencia quizá a las muchas y encontradas opiniones que sobre el quinto centenario del viaje de Colón se han expresado en México, el dirigente del CNCA dijo a los monarcas españoles que la Comisión tiene el propósito de “trascender las polémicas respecto a la Conquista y la Colonia” y salió al paso de cualquier reacción de sus protagonistas con una serie de reconocimientos.
Admitió, por ejemplo, que si bien muchas de las instituciones establecidas en México por los españoles “son parte constitutiva de nuestro ser histórico”, la conmemoración del quinto centenario también reclama “atención al amplio componente indígena de nuestra sociedad”. Y destacó cómo mientras grandes figuras españolas aportaron acciones constructivas -Quiroga, Zumárraga, Mendoza-, otros mostraron el “lado desgarrador” de la Conquista y fueron denunciados por el defensor de los derechos humanos, Bartolomé de las Casas.
Vasco de Quiroga, indicó Flores Olea, transportó a tierras de América los principios filosóficos de la Utopía de Tomás Moro bajo cuya inspiración fundó hospitales-pueblo en Santa Fe y Pátzcuaro; el obispo Juan de Zumárraga promovió el adoctrinamiento de los naturales, y el virrey Antonio de Mendoza actuó bajo el principio de que “el urbanismo es una arquitectura social, una visión del hombre en el mundo”. Los tres -aseguró- constituyeron momentos de inteligencia y libertad y representaron el “sueño humanista de Occidente”.
Pero si bien el funcionario se refirió a la renovación de solidaridades y ejecución de acciones futuras entre México y España, como uno de los principales trabajos de la Comisión Conmemorativa, también señaló que se deben habilitar proyectos orientados al rescate, conservación y difusión del patrimonio arqueológico de México, y al análisis del proceso de desarrollo de los pueblos y culturas de Mesoamérica, ya que ésta contribuye en el México de hoy a ampliar y enriquecer el conocimiento de la condición humana.
A esta reunión con los reyes Juan Carlos y Sofía de España, además de Víctor Flores Olea asistieron otros miembros de la Comisión Nacional Conmemorativa del V Centenario del Encuentro de Dos Mundos, entre ellos los secretarios Manuel Barttlet Díaz, de Educación Pública; Fernando Solana Morales, de Relaciones Exteriores; Pedro Aspe Armella, de Hacienda, y Pedro Joaquín Coldwell, de Turismo.
Diversos intelectuales hicieron comentarios sobre la conmemoración a los diversos medios periodísticos. Ramón Xirau y Octavio Paz coincidieron en que la visita de los reyes españoles a México ayudaría a disipar muchos prejuicios, y el coordinador de Humanidades de la UNAM, Roberto Moreno de los Arcos, destacó que ningún monarca peninsular visitó Nueva España durante los 300 años de virreinato.
Paz recordó que España es, como México, una nación formada por varias culturas: celtas, iberos, romanos, visigodos y musulmanes. Y dio pie para reflexionar acerca de que fue precisamente la síntesis de todas ellas, lo que trajeron descubridores y conquistadores a América y especialmente a México, donde se produjo una mezcla con las expresiones de los principales grupos autóctonos y de ahí surgió la nacionalidad mexicana.
En México se dio el fenómeno, al contrario de otros países al norte y al sur, del mestizaje, personificado inicialmente por Hernán Cortés, la Malinche y el hijo de ambos, Martín. Las culturas mesoamericanas sucumbieron, las etnias sobrevivieron como minorías en su propio suelo; una nueva raza, la mestiza, surgió para dominar finalmente este territorio, y ahora se dispone a recordar y celebrar sus orígenes cinco veces centenarios.
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José Antonio Aspiros Villagómez
Licenciado en Periodismo
Cédula profesional 8116108 SEP