Consultoría empresarial

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  • Mundo post Covid-19
  • Por Julio César Briseño Cruz

RedFinancieraMX

El mundo laboral no será el mismo después de la pandemia. Existen patrones que se erosionaron y nuevos modelos que se arraigarán en la nueva realidad. Los desafíos que ahora enfrentamos son cinco:

  1. Asimetría: Vivimos ya una gran disparidad de riqueza y erosión de la clase media. Esto presupone la revalidación de productos de bajo costo, focalización publicitaria y de mercadotecnia.

No necesariamente es el boom de marcas genéricas, sino de múltiples cambios como porciones más pequeñas, empaques reciclados, reducción de servicios post venta, menos valores asociados, ventajas competitivas claras y otros cambios que presuponen lograr más con menos. Si una enseñanza primordial se obtuvo de la pandemia fue un consumo más racional. Las marcas Premium dejan de monopolizar productos y servicios aspiracionales porque ahora muchas categorías  las privilegian marcas y presentaciones low cost.

Al mismo tiempo, tanto la mercadotecnia como la publicidad se focalizan. Llegó el fin del gran dispendio. Bienvenida la racionalización de recursos en la comunicación con los públicos.

  • Irrupción tecnológica.: Cambios tecnológicos abruptos y sus efectos destructivos. Con el vertiginoso arribo de las tecnologías de la información, tendemos a deshumanizar los procesos y reducir a la mínima expresión las interacciones con los clientes. Es verdad que muchos procesos al automatizarse podrán enriquecer las experiencias de compra, pero se corre el riesgo de asumir que una máquina logrará sustituir las competencias esencialmente humanas. Conviene entonces equilibrar eficacia y reducción de costes con la riqueza en la experiencia de compras. La digitalización no implica el cese de acciones humanas en la empresa, sino en reducir acciones repetitivas y sin valor para el cliente. Este enfoque es e que debe adoptarse para no bajar los brazos ante la TI .
  • Adultos mayores. Crece la base de la pirámide poblacional: Presiones demográficas a medida que aumenta la vida media de los seres humanos y la tasa de natalidad cae, estamos ante un envejecimiento poblacional que nos hará replantear prioridades de mercado y políticas públicas. Es necesario que empresas y marcas no se detengan sólo en cómo vender a una base poblacional que muchas veces carece de ingresos estables y dignos de subsistencia. Se deberán generar más y mejores propuestas en los bienes y productos que se ofrecen a las generaciones de mayores de 60 años.
  • Populismo: Creciente populismo y rechazo del statu quo, con nacionalismo asociado y fractura global. Las sociedades tienden a polarizarse y a validar mensajes simplistas, engañosos  e incluso mágicos. Se desestima la crítica y se combate a quienes disientes de las políticas populistas. Los gobernantes dejan de ser servidores públicos para aparecer como seres mesiánicos o predestinados a cambiar las condiciones penosas de un “pueblo” conformado de acuerdo a sus intereses.
  • Disminución generalizada en la confianza: Disminución de la confianza en las instituciones prevalecientes que hacen que nuestros sistemas funcionen. Se muestra un gran desgaste y anquilosamientos en instituciones milenarias como la iglesia, los partidos políticos, el gobierno e incluso la familia. Es importante entonces renovar conceptos y permitirles acciones más cercanas con sus públicos. Reinventar estas instituciones es uno de los grandes desafíos de nuestra era.

¿Para qué plantear esta mirada al futuro? Porque sólo en la medida que reconozcamos y determinemos como los cambios trascendentales pueden actuar en nuestro favor, lograremos respuestas y rutas de acción desde la perspectiva empresarial.