- Se torna verde la Antártida por el cambio climático
- Por Norma L. Vázquez Alanís
RedFinanciera
A dos semanas de que se celebre el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), la Organización Meteorológica Mundial (OMM), encargada del seguimiento del clima planetario, dio a conocer que existe un 50 por ciento de probabilidades de que en al menos uno de los próximos cinco años la temperatura media anual del orbe supere en 1.5 grados el nivel máximo fijado para evitar las peores consecuencias del cambio climático, que algunos políticos y sectores de la sociedad se niegan a reconocer.
El calentamiento global es inminente, y según un informe publicado en abril por el Servicio Europeo de Cambio Climático, del programa Copernicus de la Unión Europea, los últimos siete años han sido los más cálidos desde que hay registros; además, en 2021 la temperatura media global de la superficie del mar (TSM) fue la sexta o séptima más cálida desde 1850.
Al respecto, el doctor en meteorología Petteri Taalas (finlandés), secretario general de la OMM, declaró que mientras no cesen las emisiones de gases de efecto invernadero, las temperaturas seguirán incrementándose, los océanos calentándose y volviéndose más ácidos, el hielo marino y los glaciares derritiéndose y el nivel del mar subiendo; y alertó que la situación es peor en el Ártico, donde se estima que la anomalía de la temperatura sea más del triple que en el resto de la Tierra.
Y en el polo opuesto las condiciones no son mejores, ya que la intensificación de la temperatura en el cono sur propicia que la Antártida pierda su blancura en cada vez más amplias zonas, lo cual trae consecuencias significativas tanto para el ecosistema del lugar, como para todo el globo.
Científicos de la Universidad de Cambridge y del British Antartic Survey (Prospección Antártica Británica, una institución nacional del Reino Unido dedicada a la investigación del continente helado), señalan que este muestra áreas teñidas de verde debido al crecimiento de la vegetación en el suelo, en virtud de que el calor facilita la expansión de distintas especies, en particular de algas microscópicas. La elevación de la temperatura en las aguas hace posible que plantas y animales característicos de otras regiones menos frías migren hacia la Antártida.
El doctor Matthew Davey, especialista en fisiología de algas y ecología, quien dirigió el estudio ‘Antártica verde’ de las mencionadas instituciones, midió la presencia de algas en la nieve antártica y descubrió que cuando el agua se mantiene congelada no permite a las células de las algas alimentarse y desarrollarse, mientras que si se derrite y se mezcla con la tierra, resulta ideal para que estos organismos adquieran los nutrientes necesarios para florecer.
Los especialistas combinaron datos de satélite y observaciones sobre el terreno realizadas durante dos veranos en la Antártida (de noviembre a febrero en el hemisferio sur), cuando la temperatura media está justo por encima de los cero grados centígrados, y constataron que la distribución de las algas verdes de la nieve también está “fuertemente influenciada por las aves y mamíferos marinos, cuyos excrementos actúan como un fertilizante natural altamente nutritivo que acelera su crecimiento”. En este sentido, precisaron que más del 60 por ciento de las algas está a menos de cinco kilómetros de una colonia de pingüinos, así como cerca de lugares de anidación de aves o desembarco de focas.
El equipo de científicos