- ¿Victoria en Banco de México?
- Por Alejandro Rodríguez Cortés *
- @AlexRdgz
RedFinancieraMX
Victoria Rodríguez Ceja tiene muchos mas méritos que ser mujer, elemento que destacó en primerísimo lugar el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando anunció que sería su propuesta para encabezar el Banco de México. Sin embargo, ni su condición de género ni sus indudables credenciales son suficientes para pensar que sea la mejor opción para el instituto central, crucial para enfrentar los retos por venir en nuestro país.
México ha pausado su rebote económico, enfrenta un fenómeno global de alta inflación y no genera suficiente confianza y certidumbre para la inversión, condición indispensable para el crecimiento. Por si fuera poco, la aparición súbita de la nueva variante del Covid llamada Ómicron puede cambiar radicalmente las expectativas globales para el próximo año.
Ese escenario retador requeriría que el banco central mexicano hiciera valer su solidez y gran prestigio internacional con el que destaca y es reconocido en el mundo. Por eso las dudas en torno a una mujer que ha destacado en posiciones de alta responsabilidad pública en cuanto a política fiscal y de gasto, pero no en materia monetaria o de estabilidad del sistema financiero.
Rodríguez Ceja es reconocida como una funcionaria seria, discreta y trabajadora, pero su experiencia nada tiene que ver con la responsabilidad de preservar el poder adquisitivo de la moneda mexicana y de ser garante del delicado equilibrio que requiere el circulante de dinero y la interacción entre los diversos participantes en el complejo mundo de los sistemas de pago.
Las críticas a la nominación de la subsecretaria de Egresos -la dueña de la chequera del gobierno federal- no se dan pues porque sea mujer o porque no cuente con respaldo académico, mismo que acredita con estudios en el Tec de Monterrey y en el Colegio de México, donde coincidió con dos secretarios de Hacienda del gobierno lopezobradorista, Carlos Urzúa y Arturo Herrera, éste último propuesto originalmente hace ya varios meses para ocupar la gubernatura de Banxico. La preocupación es si puede ejercer adecuadamente su nueva y delicada función y si ésta la desarrollará con la independencia que el puesto reclama.
Los mercados ya habían descontado las dudas que podría haber sobre Herrera, y vieron con buenos ojos que el presidente de la República se anticipara a anunciar su propuesta para brindar señales de certidumbre.
Sea cual sea la razón del cambio de parecer del mandatario, éste no gustó a los quisquillosos analistas de México y del mundo, pero menos la posibilidad de que lo que haga sea mandar a una incondicional a manejar la política monetaria y apoderarse así de una institución constitucionalmente autónoma indispensable en los contrapesos necesarios en materia económica. Sería desastroso que nuevamente un presidente tenga en sus manos al mismo tiempo las decisiones fiscales y monetarias, o que pretenda que el instituto central determine su camino basado en las conveniencias políticas de Palacio Nacional y no de la racionalidad técnica.
Por lo demás, si la discusión fuera exclusivamente de género, como AMLO pareció sugerir cuando subrayó que era importante que por primera vez el Banco de México fuera encabezado por una mujer, no tengo duda de que hay muchas otras opciones femeninas más calificadas para el cargo. En primera instancia me vienen a la mente los nombres de Lorenza Martínez, por cierto recién nombrada directora general de un banco comercial, Alejandrina Salcedo, ex economista en jefe de la Secretaría de Hacienda y actual funcionaria del banco central, o la actual subgobernadora Irene Espinosa Cantellano.
En fin, veremos si Victoria Rodríguez nos calla la boca. Así lo espero yo, aunque francamente lo dudo. Y debo insistir que por ningún motivo esto sea porque es mujer, ni mucho menos. Se trata de preservar la integridad y la autonomía del Banco de México, garante de nuestro devenir económico con todo y los errores que prevalecen del otro lado.
*Periodista, comunicador y publirrelacionista