- Venganza, rencor, odio, sino de Andrés
- Hoy aplica oficialmente su célebre frase “Al Diablo sus instituciones”
- Por Luis Repper Jaramillo
RedFinancieraMX
El 6 de septiembre de 2006, una vez que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (organismo autónomo) diera su fallo definitivo sobre la elección presidencial del 2 de julio, en la que los actores principales fueron Felipe Calderón (PAN), Andrés Manuel López Obrador, (PRD, PT, Convergencia), Roberto Madrazo Pintado (PRI), avalando el triunfo del michoacano, por sólo 0.56%, sobre el tabasqueño, los demonios y fantasmas, que sólo existen en las pocas neuronas de Andrés, se soltaron y estalló su odio, rencor, inquina, encono contra el Instituto Federal Electoral, al que culpó y sigue achacando sus fracasos anteriores (2006, 2012). El juicio contra los expresidentes Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña. La posposición de la Consulta de Revocación de Mandato y ahora por el INE exige más recursos para organizar el mamotreto de votación.
Esa tarde del 6 de septiembre, El Peje convocó a sus chairos a un mitin en el Zócalo del DF, para lloriquear (una vez más) su derrota. Ante la idolatría, sumisión, larvismo, vasallaje, servilismo de los acarreados, el mesías soltó un discurso infame, lleno de epítetos grotescos, agresiones, groserías, bajezas, contra el IFE, el TEPJF –principalmente- y contra el Estado y sus dependencias, Presidencia de la República (FOX/PAN), Gobernación, PGR, FEPADE, televisoras, medios de comunicación, periodistas y políticos.
Entrado en gastos y ante las expresiones de júbilo de sus súbditos, el fracasado candidato soltó la frase que con el tiempo viene haciendo realidad “al Diablo con sus instituciones”
Desde entonces, a la fecha, López Obrador tomó “ojeriza”, rencor, odio al INE y a toda autoridad electoral, que 16 años después (2022) sigue increpando, insultando, denostando, al grado de amenazar –en 2021- que desaparecería al Instituto porque responde a los intereses neoliberales, conservadores, a la mafia del poder, pues el árbitro electoral rechaza sus perversas intenciones de “adueñarse” del último bastión de la democracia en México.
Desde el año pasado emprendió una campaña infame, vil, cobarde contra el Consejero Presidente, Lorenzo Córdova Vianello, Ciro Murayama y 4 miembros más del Consejo General del INE, utilizando para tal fin a la vergonzante Fiscalía General de la República (FGR) y su inútil, sumiso y corrupto Fiscal, florero mayor, Alejandro Gertz Manero, que de manera torpe, irracional, irresponsable levantó acusaciones sin sustento, ni pruebas, que resultó en rotundo fracaso, lo que, socialmente -eximió- de los cargos sembrados a los “presuntos” culpables.
Pero el Coordinador General de México (porque no gobierna, menos sabe cómo hacerlo), insiste en “liquidar” al organismo. Al frustrado intento de someterlos a responsabilidad penal, se fue por lo “legaloide” –para él legal- En el Presupuesto de Egresos 2022, redujo la partida al INE en 4 mil 913 millones de pesos, sin tomar en cuenta que este año habrá elecciones para renovar gubernatura, congresos locales y alcaldías en: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas.
Además, la Consulta de Revocación de Mandato (abril 2022). El gobierno de la Transformación de 4ª, pichacatea, escatima, “cuenta chiles”, para asignar recursos y sacar adelante el compromiso, pero malgasta, tira a la basura, despilfarra dinero en sus obras faraónicas Tren Maya, Central Avionera Santa Lucía, Refinería Dos Bocas, caprichos estúpidos de Andrés Manuel López Obrador.
Esta actitud revanchista de acosar, bullear, presionar al INE es un acto de frustración ante la imposibilidad de someter a sus intereses personales, de grupo, de facción totalitaria como lo han hecho sus gurús, ídolos, senseis Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Daniel Ortega, Evo Morales, Fidel y Raúl Castro, dictadores, genocidas, asesinos, exterminadores, acometiendo contra los órganos electorales en su país. Interviniéndolos, desapareciéndolos, imponiendo funcionarios “ad hoc”, incluso, metiendo a la cárcel a los candidatos opositores (caso reciente en Nicaragua) para, casualmente, Daniel Ortega, “ganar la elección” presidencial.
Por eso el interés y ataques de toda índole del Peje contra la institución electoral y sus funcionarios.
Al señor López no le importa la responsabilidad e imparcialidad conque debe actuar un Jefe del Ejecutivo. Este esquizofrénico no guarda las formas, protocolo y dignidad oficial, pues como no puede legalmente contra los funcionarios electorales –que no son enemigos- sino respetuosos de la ley y la ética democrática, asume actitud totalitaria y en colusión con las larvas de su gabinete, los secretarios de la Función Pública, de Hacienda y de Gobernación, le “buscó truenos al chicharrón” y perversamente obligó a reducir el presupuesto anual del Instituto, y arremetió con rabia. Dispuso la realización de un “Ejercicio de Austeridad” contra el INE, al que quitó beneficios obtenidos desde el pasado, para hacerles “sentir su poder” y obligarlos a realizar la Consulta de Revocación de Mandato, sin facilitar el presupuesto necesario, bajo el peregrino argumento de “el PEF está muy comprometido y no hay margen para una ampliación”.
No sólo eso, sino que el sustento lopezobradorista –para hacer sentir su poder- es “no hay precedente de ampliación presupuestal a organismos autónomos como el INE. La prioridad, es garantizar los programas electoreros… perdón… sociales y del sector salud” ¡¡Ajá!! al que se le han muerto 301 mil 190 personas por COVID y 4 millones 214 mil 253 –hasta ahora- casos de contagio confirmados, sin control del virus.
Se suma a estas nefatas estadísticas, de la Transformación de 4ª, la muerte de más de 1800 niños con cáncer a quienes el gobierno de López Obrador suspendió (por austeridad republicana) el suministro de medicamentos oncológicos pediátricos, las quimioterapias, la atención especializada a pequeños en tratamiento. Para López no hay dinero a esta prioridad.
Ese es el compromiso NO CUMPLIDO y protestado al asumir el cargo el 1 de diciembre de 2018. Pero para sus obras soberbias y vanidosas todo el recurso necesario. El enorme poder, dinero y control del país a las fuerzas armadas, depositado en las sucias manos del General Secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, a quien implícita e ilegalmente, le da facultades de Vicepresidente, figura no existente en la Constitución de la República.
Al militar, que por Ley sólo debe cumplir funciones de garante de la soberanía, integridad, salvaguarda del territorio nacional, todas las consideraciones y el dinero. Al promotor, impulsor, defensor de la democracia en un país de Derechos, a través de la urna y el voto, INE, todo el rigor de la ley, la denostación, los improperios y la escatimación de dinero, por impedir que el inquilino de Palacio Nacional se salga con la suya.
Es tal el rencor, odio, indignación de Andrés Manuel contra Lorenzo Córdova (como lo demostró con su Ejercicio de Austeridad contra el INE) que, en 2015 en un mitin de campaña, en época no electoral y por tanto de no campaña, en el Estado de Guerrero, rumiando sus derrotas de 2006 y 2012, calificó el titular del INE, como racista y clasista. “Piensa y actúa con recato e hipocresía. Es conservador y reaccionario”.
Feliz por el veneno escupido en la plaza pública. Más tardó en llegar a su cuarto de hotel, que soltar a sus demonios en redes sociales (hablo de 2015), escribió “Lorenzo Córdova es un académico carente de convicciones, un técnico del conocimiento electoral; comentarista de radio, encumbrado sin el mérito de la congruencia y la honestidad”
Lamentó que Lorenzo, “junto con otros intelectuales independientes, de la llamada sociedad civil, avaló el fraude de 2006; se hizo de la vista gorda en 2012, para luego llegar a la Presidencia del INE mediante negociación con los partidos de la mafia del poder y previa entrevista en lo oscurito con Enrique Peña Nieto”. Todo lo anterior, como siempre, sin presentar pruebas o testimonios, sólo con lo que emergió de su boca viperina.
En ese mismo texto virtual, el señor López calificó a Córdova como “niño mimado, descolorido, acomodaticio. Piensa y actúa con recato e hipocresía. Es conservador y reaccionario”.
Esa amargura tan profunda y arraigada de Andrés (quizá por lo sucedido en su niñez, a la ¿“muerte accidental”? de su hermano José Ramón), lo hace actuar con las vísceras y no con la razón (entiendo, pues le quedan pocas neuronas) Siempre busca culpables de sus fracasos y frustraciones. Ya enfrentó (mediáticamente) a empresarios, periodistas, industriales, abogados, doctores, enfermeras, líderes mundiales, organismos internacionales, asociaciones civiles, instancias de ayuda y protección, al mismo Papa Francisco; expresidentes de México, medios de comunicación, columnistas, comentaristas, en pocas palabras, hace enemigo a quien disienten de sus ideas, opiniones y acciones.
Hoy, es el turno de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Mañana será otro, porque siempre tiende cortinas de humo, para esconder la realidad del país.
Andrés Manuel López Obrador está enfermo, tiene problemas mentales de conducta, de personalidad. Cohabita y comparte su negra vida con demonios y fantasmas. Un sujeto así no debe ser ¿presidente? de México. Nos vemos en la Revocación de Mandato, Andrés.
*Miembro de los Grupos Editoriales Digitales elinfluente.mx, endirecto.mx, lagacetametropolitana.com.mx, algrano.mx, entresemana.mx, metropolihoy.com