Colores vibrantes, formas geométricas, fuentes y espacios con luz, la obra de Ricardo Legorreta

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  • Este 7 de mayo el arquitecto cumpliría 90 años

RedFinancieraMX

Reconocido en el mundo por la creación de un estilo arquitectónico identificado por el extraordinario manejo del color, la proporción y la escala monumental, al que incorporó obras de prestigiados artistas, como Rufino Tamayo, Mathias Goeritz, Alexander Calder, lsamu Noguchi, Rodolfo Morales, Juan Soriano, José Luis Covarrubias y Vicente Rojo, entre otros, Ricardo Legorreta Vilchis (7 de mayo de 1931) es recordado en el marco por el 90 aniversario de su natalicio.

La Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) evocan a Ricardo Legorreta, artífice del plan maestro para la construcción del Centro Nacional de las Artes (Cenart), quien además sostuvo una idea central en torno de su especialidad: “La arquitectura es para hacer feliz a la gente, es crear un entorno en donde puedan ser felices”.

El concepto básico para el Cenart fue crear una espina que comunicara todas las escuelas, para esto se asignó un terreno a diferentes arquitectos, con algunas restricciones de densidad, límites de altura y remetimientos. Cada arquitecto tuvo completa libertad en cuanto a expresión arquitectónica, materiales o colores.

El Cenart incluye las escuelas nacionales de Danza, Teatro, Música, Centro de Capacitación Cinematográfica, Escultura, pintura y grabado; teatro para 500 personas, torre administrativa con oficinas para investigadores, biblioteca, centro multimedia, cines y tiendas relacionadas con las artes.

Egresado de la Escuela Nacional de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1952, Legorreta entendía la arquitectura como una actividad de servicio social: “Cada vez que me encargan un proyecto me dedico a pensar y, más que pensar, me pongo a soñar qué me gustaría hacer para resolver el problema”.

Su labor profesional se inició en 1948 en el despacho del arquitecto José Villagrán, en el cual colaboró como dibujante, para eventualmente convertirse en jefe de Proyectos y en 1955 en socio. En 1964 fundó Legorreta Arquitectos junto con Noé Castro y Carlos Vargas.

Sobresalió interpretando el estilo arquitectónico de los edificios de origen mexicano: colores vibrantes, formas geométricas, fuentes, espacios llenos de luz y patios íntimos son sello de su estilo.

Tuvo una carrera de más de 50 años y diseñó más de 100 proyectos en un rango que va de museos y hoteles a edificios de oficinas y fábricas, campus universitarios, espacios urbanos, así como residencias privadas en México y el extranjero. Fue un artista y un diseñador en sintonía con el medio ambiente y nunca olvidó los proyectos de edificios para la gente que los utiliza.

En su trabajo figuran influencias del periodo colonial en México y del mundo islámico (los patios). También muestra la influencia de la arquitectura monumental de Louis Kahn, basada en el espacio y la luz.

El Hotel Camino Real de la Ciudad de México, el cual cuenta con murales de Rufino Tamayo y una escultura de Alexander Calder, es quizá la obra por excelencia del arquitecto Legorreta; la más reciente es la Torre BBVA Bancomer, realizada en colaboración con el despacho londinense Rogers Stirk Harbour + Partners.

Entre sus obras más representativas están la Fábrica Automex, ubicada en Toluca; el edificio de Celanese Mexicana en avenida Revolución de la Ciudad de México, realizado en colaboración con Roberto Jean.

Ricardo Legorreta Vilchis dedicó parte de su trayectoria a la docencia, recibió importantes galardones tanto en el ámbito nacional como internacional. Entre ellos, el Premio Nacional de Artes (1991), Premio Arquitectura Religiosa AIA, Washington D.C. (1994), por la construcción de la Catedral Metropolitana de Managua en Nicaragua.

En 1999 recibió la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) y en 2000 se convirtió en el primer latinoamericano en recibir la Medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectos (AIA), por su trabajo que ha tenido una influencia perdurable en la historia y en la práctica de la arquitectura. En 2011, recibió el Premium Imperiale otorgado por la Asociación de Arte de Japón.