Codeme avala la ilegalidad y falta de transparencia en el tenis mexicano

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  • Olvidó la misión, valores y estatutos que la rigen; es hoy un “elefante blanco” en vías de extinción
  • Por Mauro Flores Ledesma

RedFinancieraMX

El tongo que se gestó en el auditorio “José García Cervantes” de la Codeme (Confederación Deportiva Mexicana) donde el destituido presidente de la FMT (Federación Mexicana de Tenis), José Antonio Flores Fernández, ilegalmente le pasó la estafeta de un poder que ya no tenía, a su “delfín”, Carlos González, no solo deja al descubierto la falta de ética de un grupúsculo que quiere sentar reales en el seno del máximo organismo del deporte blanco, sino también de la propia Codeme, quien bajo la gestión de Amado Aguilar no sólo no ha logrado revertir su imagen, sino ahora cobija asambleas plagadas de irregularidades, olvidándose de los valores que enarbola: Compromiso, responsabilidad, transparencia, confiabilidad, eficiencia, tenacidad.

La Codeme avaló una asamblea convocada en lo “oscurito” por Flores Fernández, la cual fue publicada sin avisarle a nadie, donde el ahora expresidente buscó llevar dicha reunión a Campeche confiado en que los votos le favorecían, sin embargo al cierre del ciclo para pagar sus metas de afiliación y entrega de listas, que fue el 31 de diciembre del 2019, se dio cuenta que las cuentas no cuadraban a su favor e intentó un maquillaje de cifras, que entonces evidenció la coordinadora administrativa y de afiliaciones de la FMT.

Flores no avisó a nadie y su planilla fue la única inscrita para contender en las elecciones que planeó a modo para la asamblea en Campeche el 24 de enero. Sus acciones colmaron la paciencia de muchos presidentes de asociaciones del país, que comenzaron a pedir una Asamblea Extraordinaria para destituirlo y fueron escuchados. El 23 de enero se realizó la asamblea en la Ciudad de México, donde hubo 16 asociaciones, 14 de 21 con derecho a voto, y se destituyó a Flores Fernández. Pero, oh sorpresa, el expresidente llevó a cabo su propia asamblea al día siguiente y con la presencia de no más de 10 asociaciones, de las cuales cuatro o cinco son las únicas que podrían votar, clamó una “relección unánime”. La diferencia de participación en ambas reuniones fue evidenciada por medios de comunicación.  Sí, la de Campeche fue avalada presencialmente por la Codeme.

Llegó otra Asamblea, la del 20 de mayo en Monterrey. Ahí estuvieron 17 asociaciones, 15 de ellas con derecho a voto y, entre otras cosas, se ratificó la destitución de José Antonio Flores a partir del 23 de enero y se echó abajo la convocatoria que publicó el 19 de mayo para una asamblea de elecciones el 19 de junio. Flores informó a la comunidad tenística que ya no se presentaría en ninguna planilla. Muchos tenistas se alegraron, no obstante que ya no podría hacerlo porque fue destituido, sin embargo solo fue una argucia para reunir a sus escasos “aliados” y dejar en el poder a alguien a modo. La ilegal asamblea se realizó este viernes 19 de junio con la presencia de, dicen 13 asociaciones, de las cuales únicamente cinco tenían derecho a votar: Chihuahua, Michoacán, Estado de México, Jalisco y Guanajuato. Sí, la junta fue avalada presencialmente por la Codeme.

El próximo 3 de julio se realizará en Monterrey, una legal Asamblea Ordinaria de elecciones, convocada por 21 asociaciones, de las cuales más del 76 por ciento tienen derecho a voto. La diferencia será evidente y reflejará una vez más que la mayoría no acepta la decisión de Flores y repudia que no acate su mandato.

La actuación de la Codeme es triste y lamentable, avaló a una minoría con grave falta de transparencia y una evidente ilegalidad pues la asamblea ya no debía realizarse al convocarla quien ya fue destituido. Además, en esta reciente reunión se presentó un vicepresidente de la ATEM (Asociación de Tenis del Estado de México) argumentando que era portador de una carta poder de la Asociación de Tenis de Baja California autorizándolo a representarla, lo cual resulta una grave violación al artículo 28 del capítulo IV, de las asambleas, que en su inciso II sobre las personas que se ostenten con carácter de Delegados a las Asambleas, en ausencia del presidente, señala que será: “El vicepresidente o secretario, con carta de acreditación dirigida a la FMT, firmada por el Presidente y Secretario de la Asociación”. Sí, fue supervisada por el secretario de la Codeme, Alfredo Velázquez, a quien parece se le olvidó la misión del organismo: “Encauzar la organización y desarrollo del deporte a nivel nacional, mediante la vigilancia de una correcta aplicación y actualización de los estatutos que regulan la vida interna de cada uno de los miembros del deporte federado. Todo ello bajo el estricto apego al marco jurídico normativo vigente y con la consigna de facilitar la transparencia dentro de cada uno de los procesos empleados”.

Más allá del apócrifo consejo directivo encabezado por Carlos González (JAL) como presidente; Enrique Núñez (PUE) como primer vicepresidente; Luis Manzo (SLP), como segundo vicepresidente; José Luis Pérez (GTO) como vicepresidente de Relaciones Internacionales; Ramón Estrada (GRO) como secretario; Guido Steden (sin asociación) como tesorero y Luis Enrique Flores Fernández (ATEM) como representante jurídico, llamó la atención la elección de los vicepresidente de sección, pues al no contar con más presidentes de asociación que Erick Pérez (DGO) y Emilio Salas (MICH), quienes se repartieron la Sección 2 Norte y Sección 3 Bajío, también se colocó a Aldryn Aguirre, exvicepresidente en la Sección Norte y quien hoy ostentará ese apócrifo cargo pero en la Sección 1 Pacífico, así que no queremos ser malpensados sobre por donde salió la carta poder de BC, asociación que prácticamente está desaparecida y que la propia página de la FMT señala con la consigna “En proceso de normatividad”.

Es conocido que Flores no salió bien librado de sus compromisos en la serie Copa Davis del 2018 en Tijuana, ante Puerto Rico, debido a que no jugó un solo match ninguno de los hijos predilectos de esa ciudad, Tigre Hank y Lucas Gómez. Así que tampoco se entiende que Aldryn Aguirre siga en este camino.

Además de los anteriores, se colocó a Christian Feldman, papá de tenista poblana, en la Sección 4 Centro y a Eduardo Leovigildo Sánchez y José Julio Muñoz en la 5 Sur y 5 Occidente, respectivamente. Por más que preguntamos nadie nos pudo informar sobre los antecedentes de estos dos últimos. Reconocemos esa falta de información. Lo único cierto es que no nos imaginamos a un presidente de asociación acatando disposiciones de un padre de familia, o de alguien por el que no votó. Las cosas como son.

En fin, el tongo que se montó en la Codeme solo sorprende a quienes no conocen la realidad del tenis mexicano, pero este organismo no es uno de ellos y se convirtió este fin de semana en el hazmerreír de todas las instituciones deportivas del país.

Le recordamos a la Codeme que sus estatutos, en su capítulo II, inciso VII, señalan entre sus obligaciones: “Vigilar y garantizar que antes, durante y después de realizados los procesos internos de elección de los miembros de los Órganos Directivos de sus asociados, se cumplan las disposiciones estatutarias y legales aplicables y se respeten los principios de TRANSPARENCIA, EQUIDAD E IGUALDAD DE OPORTUNIDADES”. No lo hizo.

Desde el año 2013 la Codeme quedó fuera del SINADE (Sistema Nacional del Deporte) y perdió toda la autoridad que tuvo antaño. Se recuerda el gran poder que ejerció en todas las federaciones a lo largo de la historia, incluso con la imposición de presidentes. No se olvida en 1988 la patética intervención de Pascual Ortiz Rubio en el tenis que obligó la salida de Leandro Garza.

La Codeme fue una institución de potestad, hoy es apenas un grisáceo elefante blanco en vías de extinción, sobrevive con la ilusión de que algún día le regresan el poder, pero con acciones como con las que ha cobijado recientemente a su “representante jurídico”, solo le podemos augurar el olvido eterno en el ambiente deportivo.