Carece México de un fondo documental especializado en esclavos africanos

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  • Por Norma L. Vázquez Alanís

RedFinanciera

El primer contacto de Nueva España con el continente africano fue por medio del comercio de esclavos que venían de las costas centrales de África en el siglo XVI, lo que constituyó un vínculo inicial desafortunado, demostrado en una charla el doctor en Historia por El Colegio de Michoacán, Rafael Castañeda García.

El tema con que el especialista participó en el ciclo de conferencias ‘Tercera Raíz: afrodescendientes en México’, convocado por el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM) de la Fundación Carlos Slim, fue ‘Esclavos y libres de origen africano en algunas ciudades y villas novohispanas’ que, dijo, es interesante pues hay esclavos que están muy desdibujados en la documentación y valdría la pena historiarlos.

Castañeda García mencionó ciertas obras de contexto sobre el tema, como el trabajo pionero de Gonzalo Aguirre Beltrán La población negra de México (1946), y en el género literario La negra Angustias (1944) de Francisco Rojas González, que le valió el Premio Nacional de Literatura; estas dos disciplinas estaban ya abordando el tema de los afrodescendientes en esa década de los años 40.

En los siglos XVI y XVII se representaba a los negros en el teatro como descarados, supersticiosos, alegres y deslenguados porque no hablaban bien el español, estereotipos que continuaron hasta los años 60 del siglo XX, cuando seguían reproduciéndose estas expresiones negativas sobre la población afrodescendiente; México no está exento de estas manifestaciones discriminatorias, hizo notar el conferenciante.

Los rasgos de la presencia africana están en varias regiones del país. En Veracruz, son el municipio de Yanga, la laguna de Mandinga, la ranchería de Mozomboa y la ex hacienda de Almolonga, donde hay casi 50 nombres con referencia a algún lugar de África; en Zacatecas está la localidad de Sauceda de Mulatos, zona minera en el municipio de Ojo Caliente; en Oaxaca los pueblos de Mandinga y Santa María Cimarronas; en Guanajuato está aún la ex hacienda de Cañada de Negros, que sirvió de refugio a los negros cimarrones al finalizar el siglo XVI.

Sin embargo, decenas o centenares de afrodescendientes no tienen referentes a los cuales aspirar, no existen en la Historia, como lo señaló en una entrevista el fotógrafo y maestro mascarero originario de Cuajinicuilapa, Guerrero, Hugo Arellanes.

La presencia africana en América

La historiografía ha consensuado de manera oficial que la cifra de africanos que llegaron a Nueva España hasta mediados del siglo XVII (1650), cuando el tráfico continuo de esclavos se detuvo, fue de 150 mil personas cuyo arribo al virreinato fue consecuencia de las grandes epidemias como la viruela en el siglo XVI, que habían mermado a la población indígena y los empresarios mineros demandaron mano de obra esclavizada procedente del continente africano para suplir a los naturales.

 

Además, la unión de las coronas española y portuguesa (1580-1640) propició la trata de esclavos, porque Portugal colonizó e incorporó al mundo occidental las costas centrales del continente africano y aprovechó este mercado para vender o traficar con esos seres humanos en el resto de la América española. De esta forma, personas esclavizadas llegaron a América desde el Golfo de Guinea y las regiones de Senegal, Luanda y Angola.

Los principales puertos receptores de esclavos para Nueva España fueron dos: Veracruz, que era el sitio oficial por donde se llevaba a cabo el registro de esta gente, y Campeche, que sirvió más como un puerto clandestino de piratería a donde llegó mano de obra forzada. También a través de esa parte de la península de Yucatán arribaron varios esclavos procedentes de Jamaica o de Curazao, es decir del Caribe, islas que eran un mundo de etnias y lenguas africanas pues ahí coincidieron el imperio británico, luego el español y más tarde el francés con Haití.

El Caribe era una región muy importante, por ser la primera parada desde donde se distribuían todos los kilómetros de esclavos. La Florida, La Habana y la región de Campeche, Yucatán y San Juan de Ulúa, fueron muy importantes para el tráfico de personas.

Otro puerto destacado era Cartagena de Indias, en Colombia, pero también llegaron esclavos de Sevilla y Portugal a los que la historiografía ha catalogado como afroibéricos porque no procedían del continente africano, sino que llegaban ya con la lengua española, con catolicismo aprendido y la mayoría arribaban a Nueva España no como esclavos, sino como libres desde el siglo XV.

En el caso de Brasil, Salvador de Bahía era uno de los puertos principales, junto con Río de Janeiro, a donde los esclavos llegaban desde el Golfo de Guinea.

En el siglo XVII la ciudad de México también fue un centro de distribución de la mano de obra esclavizada; Al respecto, los historiadores Mayra Córdova, Pablo Miguel Sierra y Javier Delgadillo han demostrado que vendían esclavos a los lugares cercanos, a las villas e incluso a los sectores rurales como haciendas o ranchos.

Dificultad para el estudio de los esclavos

Si en Colombia existe un fondo en el Archivo General de la Nación que se denomina “Negros y esclavos”, y para investigar sobre el tema se puede buscar en ese apartado, y en Venezuela está el fondo “Civiles y esclavos” donde se encuentran datos sin problema, en México no hay un ramo documental exclusivo para localizarlos, se les debe ubicar en una problemática específica para poder investigar. Hay que buscar en el rubro de corporaciones: cofradías, milicias y gremios, o en acciones individuales que están en Inquisición y Archivos judiciales.

La nueva historiografía señala que Nueva España se caracterizó por una esclavitud más urbana que rural, aunque sí estaban en los puertos marítimos como estibadores, y también en ranchos, haciendas, ingenios azucareros, en las plantaciones de maíz y trigo, o en los caminos donde había arrieros, pero dijo el especialista que hay un déficit en el estudio de la esclavitud rural porque los historiadores se han enfocado más hacia las ciudades, dada la accesibilidad a las fuentes.

 

Los hogares de los nobles de la élite tenían bastantes esclavos, lo cual se sabe por sus testamentos y por los datos del Archivo de Notarías; en los testamentos muchas veces los amos los dejamos en libertad por el afecto y los vínculos construidos durante toda la vida, y en algunos casos les dejamos también dinero para sobrevivir; tampoco se sabe si realmente continuaron en libertad o si ya siendo libres se quedaron sirviendo en la casa como parte del personal doméstico. Hubo casos de re-esclavización porque la familia no aceptó el testamento en que se les liberaba. En los conventos se presentó una forma de esclavitud que podría llamarse doméstica.

Esclavitud, historia de violencia y fugas.

A juicio del doctor Castañeda García, la esclavitud es igualmente una historia de la violencia, un testimonio del cuerpo castigado, lo cual era hasta cierto punto normal entonces, pues ese tipo de castigos estaba avalado jurídicamente, aunque los esclavos activaron su derecho como sujetos jurídicos para evidenciar un castigo excesivo en su cuerpo ya veces lograban que la autoridad obligara al propietario a venderlo por haberlo castigado con demasiada furia.

Respecto al tema de las fugas de esclavos, dijo que la doctora en Historia Moderna y Contemporánea por el Instituto Mora, Cynthia García Martínez, documentó varios casos sucedidos en la capital novohispana y otros centros urbanos para finales del siglo XVIII, el primero de ellos en 1784, unos meses después de que la Gazeta de México comenzara una circular; en ese medio se publicaban los informes de fugas.

Una de las fuentes fundamentales del investigador para hacer una historia de la esclavitud en el siglo XVIII en las ciudades, es el libro Diario de sucesos de México del alabardero , de José Gómez (1776-1798), editado por la UNAM, en el cual se informa de los esclavizados que había en la capital novohispana en la segunda mitad del siglo XVII.

Por último, el doctor Castañeda García recordó la importancia de incorporar a los relatos de las Historias Generales el tema de la descendencia afro en Nueva España, ya que la esclavitud es una situación jurídica a la que fueron algunas millas de personas de origen africano y también indígenas en estas tierras.