- Su consumo protege contra infecciones graves o enfermedades crónicas
RedFinancieraMX
Con los más altos estándares de calidad y bioseguridad establecidos a nivel internacional, el Banco de Leche Humana del Instituto Nacional de Perinatología (INPer) “Isidro Espinosa de los Reyes”, procesa anualmente cerca de mil 500 litros de este alimento proveniente de donadoras para alimentar a bebés prematuros que se encuentran en hospitales.
Este banco es modelo para implementar otros similares en nuestro país. Fue establecido con base en los lineamientos del Laboratorio tipo 2 del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Por ser un instituto especializado en la atención de embarazos de alto riesgo en el país, el INPer registra también el número más alto de nacimientos prematuros, que es de 28 a 30 por ciento; tres veces más que la media nacional. A nivel mundial, el promedio de nacimientos anticipados es de cinco a diez por ciento, y en México es de ocho a 10 por ciento.
Este centro especializado inició actividades hace 11 años, procesando alrededor de 20 litros por mes. Actualmente pasteurizan entre 100 y 150 litros, informó la coordinadora del Banco de Leche del INPer, Silvia Romero Maldonado.
En este año participan cerca de 350 donadoras altruistas: 90 por ciento son externas; es decir, madres que tienen excedente de leche y lo donan, y 10 por ciento son mamás de bebés que nacieron en el instituto.
La alimentación con leche materna donada se suministra a personas recién nacidas prematuras hospitalizadas debido a bajo peso o alguna enfermedad, o porque sus madres tienen alguna condición médica como preeclampsia severa, hipertensión, cáncer y diabetes, entre otras, que les impide amamantar.
Entrevistada con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Donación de Leche Humana 2021, que este año lleva el lema: La pandemia trajo cambios, tu donación trae esperanza, dijo que al inicio de la emergencia sanitaria se redujo ligeramente la recolección, debido a los ajustes técnicos para garantizar la seguridad de las donadoras, pero se fue normalizando y en junio pasado se recolectaron hasta 180 litros.
Explicó que la lactancia solo está contraindicada cuando las madres enfrentan un cuadro grave de COVID-19 y requieren intubación. “La leche obtenida de madres recuperadas de COVID-19 tienen niveles significativos de inmunoglobulina A (IgA específica) que hay en la sangre para el SARS-CoV-2”.
Romero Maldonado destacó que la leche materna protege contra infecciones graves o enfermedades crónicas, disminuye el riesgo de padecer alergias y mejora el neurodesarrollo del recién nacido.
La alimentación exclusiva con leche materna previene enfermedades como la diabetes tipo 1 y 2, y reduce la posibilidad de desarrollar la enfermedad en personas con riesgo por herencia.
Este banco opera las 24 horas de los 365 días del año. Cuenta con cinco congeladores y un refrigerador donde se almacena la leche homóloga –que es la que produce la propia mamá para su hija o hijo-, la cual tiene prioridad en el proceso de pasteurización. Cuenta con lactario, área de higienización y de recepción.
La coordinadora del banco explicó los controles de supervisión que tienen para mantener los estándares de calidad y seguridad: físico, bioquímico y de cultivos, antes de liberar el producto y pasar a congelación.
Sobre las candidatas a donación altruista, indicó que deben ser sanas clínicamente, no haberse realizado tatuajes en los últimos seis meses, no tener hepatitis tipo B o C activa, sífilis ni consumir alcohol ni drogas.
Tampoco pueden participar las mujeres que están en quimioterapia, que viven con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), están en tratamiento radioactivo o toman algún medicamento que contraindique la lactancia.
Las interesadas pueden comunicarse a los teléfonos 5520 9900, extensiones 423 y 195 de lunes a viernes de 8:00 a 15:00h.
Finalmente, señaló que la donación sólo se recibe hasta el primer año de lactancia, debido a que después de ese periodo las características de la leche se modifican: pierden proteínas, ácidos grasos y vitaminas que requieren las y los neonatos prematuros para su desarrollo. Sin embargo, las mamás pueden seguir lactando a sus hijas e hijos.