Astrónomos confirman colisión de enanas blancas y estrellas marrones

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  • Evento no explicado hace 350 años cuando fue presenciado por primera vez en la Tierra

RedFinancieraMX

Un equipo internacional de astrónomos identificó una colisión entre una enana blanca y una enana marrón, evento astronómico no explicado hace 350 años cuando fue presenciado por primera vez en la Tierra por científicos franceses y polacos.

Se pensaba que era la formación de una nueva estrella o Nova, y durante mucho tiempo se le identificó como Nova Vulpeculae 1670; más tarde se conoció como CK Vulpeculae.

Ahora, para “observar y analizar los escombros” de la explosión el equipo internacional utilizó el telescopio Atacama Large Millimeter/submilimeter Array (ALMA) en Chile, y su nodo ALMA Regional Center UK (Reino Unido ARC Node) en Jodrell Bank, en la Universidad de Manchester.

Al estudiar este evento astronómico que toma la forma de anillos duales de polvo y gas, que se asemejan a un reloj de arena, la reciente investigación concluye que una enana marrón, una llamada estrella fallida sin la masa para sostener la fusión nuclear, se fusionó con una enana blanca.

Albert Zijlstra, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Manchester, explicó que las colisiones estelares son los eventos más violentos del Universo.

Se presta mayor atención a las colisiones entre las estrellas de neutrones, entre dos enanas blancas, que pueden dar una supernova, y las colisiones planeta-estrella. Pero es inusual saber qué tipo de estrellas chocaron.

Adam Avison, también de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad Manchester, es uno de los astrónomos de apoyo en el ARC del Reino Unido en Jodrell Bank. Trabajó en estrecha colaboración con el equipo internacional, para analizar los datos, informó la universidad en un comunicado.

Las observaciones de ALMA permitieron ver los detalles, tanto del ‘reloj de arena’ como del disco central.

Esta formación de reloj de arena se activó cuando la estrella enana marrón fue “destrozada” y “tirada” sobre la superficie de una estrella enana blanca, lo que llevó a la erupción de 1670 y al reloj de arena que vemos hoy.