Análisis a Fondo

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  • Podrían no tener tiempo de arrepentirse
  • No lo hagan ya por los demás, sino por ustedes
  • Enciérrense en casa; un virus los espera afuera
  • Por Francisco Gómez Maza

RedFinancieraMX

Hasta ayer lunes 30 de marzo se contabilizaban, a las 08.00 horas, 770 mil 653 personas contagiadas por el nuevo coronavirus y 36 mil 946 muertes, en el mundo, de acuerdo con el mapa elaborado por la Universidad Johns Hopkins Center for Systems Science and Engineering (CSSE), publicado en el home de www.analisisafondo.com

No me gustan en lo más mínimo las profecías, los pronósticos. El futuro es un escenario que aún no aparece en mi panorama. No creo en él. Está en el terreno de las especulaciones y de la tómbola de la lotería nacional. Y menos me gustan los pronósticos tremendistas que, en las condiciones actuales de pandemia, muchos inventan. Los grandes medios, inmersos en la compra venta, son los primeros pronosticadores, sin base alguna.

Este lunes un importante diario mexicano, que presume profesionalismo y seriedad, publicó en su página digital que “esperan” un millón de contagiados a mediados de esta semana. “Esperan”. Quiénes esperan. El periódico no lo dice, lo cual me indica que es un invento del redactor sólo para vender la nota a su coordinador de redacción, al corrector de estilo si es que aún tiene) y al director y dueño de la empresa, así como crear incertidumbre y miedo en el lector.

Generalmente, la inmensa mayoría de los lectores no averiguan. Toman como verdadero todo lo que leen sin importarles quién lo informó. No conocen las leyes escritas y no escritas del periodismo. Y muchos “periodistas”, menos. Y eso ha estado ocurriendo desde que estalló la epidemia en China.

Así que, amigo, amiga, no se crea todo lo que lee en los periódicos, en la televisión, en la radio, y menos en las “redes sociales”. Mucha mentira. O como ahora le llaman los inventores de ese lenguaje que le da caché a la terminología de la tecnología, fake news, cuyas definiciones destacan el concepto de intencionalidad, unido a la idea de falsedad.

Tome, amiga, amigo, lectores, con calma, con serenidad, cualquier nota periodística que no lleve fuente de información. La nota puede ser verdadera, o puede ser falsa. Y su deber es sopesarla, averiguarla, compararla. En la actualidad hay a la mano instrumentos para verificar con precisión si una información es verdadera o falsa.

Por ejemplo, tocante al pronóstico del millón de contagios a mediados de esta semana, o sea para este miércoles, ya encima, los tendrían que haber calculado expertos y con márgenes de errores. La verdad es a simple vista, es imposible que alguien pueda predecir el futuro.
Claro. En la televisión y la radio y la prensa rosa se dan charlatanes y charlatanas que profetizan lo que le va a pasar a usted, si se comporta de determinada manera.

Pero independientemente de estas amables advertencias. Hay que ser serios. Los datos de Johns Hopkins están en concordancia con los de la OMS, que es el superorganismo mundial de la ONU, que norma el cuidado de la salud en este planeta vapuleado por los humanos.

Esos datos, incluidos en el primer párrafo de esta nota analítica (que seguro cambiaron hacia arriba a esta hora del día o de la noche, o la madrugada del martes), deberían ser otra alerta más para que, quienes aún no han tomado en serio las sugerencias de observar sana distancia y mantenerse encerrados en casa, lo hagan. Pero ya.

Ya no por los demás, amigos que andan todavía bailando la manzanilla en los parques, en los centros comerciales, en los bares, en los cafés, en las giras presidenciales, ¡en las playas! Háganlo por ustedes mismos.

Se los juro: podrían no tener oportunidad de arrepentirse…