Análisis a Fondo

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  • Los EU siempre ganan y si no, arrebatan
  • Así se han hecho poderosos, de sinvergüenzada en sinvergüenzada
  • Ahora van a controlar la política laboral de México, dizque por el T-MEC
  • Por Francisco Gómez Maza

RedFinancieraMX

Pobre México. Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos. Ya con el hecho de que los gringos les robaron a los mexicanos más de la mitad del territorio, no tendrían por qué confiar en ellos, pero no les queda de otra. Los blancos siempre han considerado a México, con desprecio total, su patio trasero y hace lo que se les antoja con los mexicanos, los han invadido, los reprimen, los explotan, mandan armas para los sicarios de los ejércitos de los cárteles del narcotráfico, que generalmente son franquicias en México de los poderosísimos cárteles, integrados por estadounidenses poderosos, que operan en la importación de toneladas y toneladas de estupefacientes, en una simbiosis con los cárteles “mexicanos” y colombianos.

Esta actitud imperialista de los Estados Unidos ha sido siempre el dolor de cabeza de los mexicanos conscientes. Muchos, ciertamente, se trasterran de sus pueblitos de origen hacia campos algodoneros del imperio, o a factorías de las ciudades o ya de perdida a los negocitos de los chinos en Nueva York o Washington, o cualquier condado, para trabajar de lavaplatos, de barrenderos, de mozos, porque en sus pueblos en México mueren de hambre y matan de hambre a su familia porque el sistema concentrador de la riqueza los aplasta para que mueran de hambre.

A quienes se atreven a ingresar al país, los reprimen, los encarcelan en cárceles infames donde pasan meses antes de deportarlos a México. A los niños migrantes, que viajan solos y con papás, los encarcelan en enormes jaulas, como monos, y los deparan de su familia de modo que quedan al arbitrio de la voluntad de las autoridades estadounidenses. Unos reencuentran a sus padres. Otros se pierden, desde pequeños, en el anonimato.

Frente a este trato ignominioso de los gobiernos estadounidenses, sean Obama o Trump, los mexicanos se amilanan. Entran en pánico. No son capaces de enfrentar con firmeza al que manda en el país vecino, a los multimillonarios de Nueva York o de Virginia, o a los jefes que operan en Chicago o Los Angeles. Silicon Valley queda muy lejos para los cerebros mexicanos.

Es historia que los mexicanos siempre han estado sojuzgados por los gobernantes estadounidenses, y su pueblo lo tolera, lo toleran hasta los mexicanos que ahora son ciudadanos estadounidenses.

Así, y me explico que los gobierno del otro lado del Bravo no cumplan sus compromisos. Los firman para salir del paso, pero son unos sinvergüenzas cuya patria es el dinero y traicionan, como está ocurriendo ahora que México, Canadá y Estados Unidos firmaron otro inoperante acuerdo comercial. Lo firmaron hace unos días en Ciudad de México. Pero no pasó mucho tiempo cuando, el gobierno de Trump anunció una decisión que no venía en el texto del tratado, o si venía, venía en letra chiquita oculta y que solo puede leerse pasando el papel ligeramente sobre la llama de una vela.

Chamaquearon los gringos al señor Seade, todo un experto negociador. Ahora, a las lágrimas de cocodrilo y a renegociar. Los inspectores de EU del comportamiento de la política laboral mexicana son una intromisión en la soberanía de México. Pero es que a los gringos les importa un comino la soberanía de México. Ellos quieren orinarse no solo en la línea fronteriza sino inclusive en ciudad de México, en ombligo político y económico de los mexicanos.

Y ojo: no se van a quedar en los inspectores laborales. Van por más. No hay podido con Venezuela porque este país goza del apoyo de los rusos y los gringos le tienen miedito a los socialistas de mercado. Le tienen miedo a los chinos. Pero sí pudieron con Bolivia, en donde al amparo de una biblia convenenciera, racista, excluyente, votaron al gobierno. Y ahora vienen por México. Y no es que López Obrador sea socialista. No ha dado muestras de ello. Al contrario, ha criticado al neoliberalismo, pero su política migratoria y su política económica son tremendamente neoliberales.

Pero con todo, los marines, tarde que temprano, vendrán por López Obrador para alegría de los enemigos del tabasqueño, ahora en la lona sobre todo por los más reciente acontecimientos, como la encarcelación del “súper policía” Genaro García Luna, parte fundamental de la alianza de la delincuencia gubernamental con los cárteles del narcotráfico.

Así son los estadounidenses. No hay que creerles ni el persigno. Y eso me lo dijo un amigo gringo de Nueva York hace ya años, cuando iba yo a cubrir periodísticamente las reuniones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, en Washington, D. C.

A los barones de Washington hay que tratarlos con palitos, con recelo, porque cuando te abrazan, te entierra la daga por la espalda. Además están convencidos que ellos son los dueños del mundo, Como en Jalisco, siempre ganan, y si no ganan, arrebatan.