Análisis a Fondo

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  • No me gusta la militarización
  • Los mexicanos, a merced de un fascista
  • ¿Será México una estrella más de EU?
  • Por Francisco Gómez Maza

RedFinancieraMX

Me causa desazón que el gobierno de Andrés López Obrador si haya comprometido con el perverso presidente Trump a militarizar Chiapas. Los chiapanecos estamos hartos de soldados, sobre todo desde el 94, cuando los indios mayenses se “levantaron en armas”, simbólicamente, para reclamar los derechos que la federación, racista y excluyente, les ha negado siempre, hasta este momento.

Este escribidor fue a cubrir el conflicto desde el primero de enero de 1994, cuando entró en vigencia el torpe Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, que sólo permitió la globalización de la pobreza. Los indios de mi tierra continuaron en las mismas, arrojados a los montes porque los caxlanes se apoderaron desde hace mucho tiempo de sus tierras en las planicies. Y los soldados siempre han sido símbolos, y no sólo símbolos, de represión particularmente en contra de los pobres de los pobres.

Así que no me gustó que el gobierno de López Obrador haya prometido el uso de la Guardia Nacional para parar la entrada de gente de Centroamérica por la Frontera Sur, donde Chiapanecos y Guatemaltecos hemos ido y venido sin papeles, pues somos los mismos; como dice el poeta Enoch Cansino Casahonda, Chiapas y Guatemala son dos plumas de una misma ala; tenemos los mismos símbolos: los hermosísimos Jaguar y Quetzal, dos hermosos y poéticos escudos chiapaneco-guatemaltecos. No concebimos que nuestra frontera esté copada por soldados, sean o no de la llamada Guardia Nacional, conformada por soldados de las fuerzas armadas, de la marina y de la policía federal.

Obviamente que el gobierno de López Obrador ve un triunfo en la negociación con los representantes del presidente Trump, especializado en burlarse de todos los países del mundo y más de sus principales socios, como lo es México. Sin embargo, no estamos seguros de nada porque el magnate que está al frente de la Casa Blanca no cumple nunca su palabra. No acabando de anunciar que llegó a un acuerdo con México para no imponerle aranceles comerciales “indefinidamente”, cuando en la víspera volvió a las amenazas a México en imponer aranceles si el congreso mexicano no aprueba el acuerdo migratorio. Y el mismo Ebrard revela que el acuerdo sólo es por 45 días y será evaluado en julio.

O sea que ahora estamos jodidos. No sólo somos el patio trasero de Estados Unidos, sino que en la práctica somos una colonia a la que Washington le instruye, le ordena lo que tiene que hacer. Ya ni Puerto Rico, que es un Estado Libre Asociado. El discurso pronunciado por el presidente López Obrador no me gustó nada. O sea que estamos a merced de los caprichos de un fascista como Donald Trump.

Hacia adentro, lamentablemente, tenemos que seguir soportando los reportes, minuciosamente investigados y documentados, de la corrupción en Pemex, y las autoridades fiscales no hacen nada. Ya deberíamos de ver, por lo menos a un pez gordo en proceso penal por la corrupción más espantosa que hayamos vivido en la historia de México. Ya ni la corrupción de aquellos facinerosos que vinieron de Europa y ayudaron a los grupos originarios a desembarazarse de los imperialistas aztecas. De donde nació una nación históricamente mancillada por políticos, dictadores, revolucionarios, presidente corruptos, ladrones.

Ahora resulta que fue descubierto otro fraude en Pemex, con la marca Adkon, como lo informa el amigo Noé Cruz Serrano, un gran experto en asuntos energéticos, particularmente petroleros, desde que coincidimos hace años en El Financiero, el verdadero.

La investigación surgió a partir de que la unidad de Servicios Periciales de la firma consultora Cal y Mayor realizó un análisis de grafoscopía y documentoscopía del convenio de disolución de la asociación entre Impulsora Jalisciense y Pemex Refinación, en la que se detectó que la firma de uno de los principales interesados en la disolución de la sociedad, Salvador Martínez Garza, “no proceden al puño y letra” del mismo personaje. Son el producto, añade el documento, “de una falsificación por el método de la simulación, en la que su actor, es una persona sana, y efectivamente no presenta una cuadriplejia con incoordinación de los miembros superiores, como es la que cursa el señor Salvador José Martínez Garza”.

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