Alerta por Amazonía tras eliminar Bolsonaro Ministerio de Medio Ambiente

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  • Una señal de que la preservación ecológica y la lucha contra el cambio climático dejarán de ser una prioridad

RedFinancieraMX

Al cumplir su promesa de campaña, el presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, fusionará el Ministerio de Medio Ambiente con el de Agricultura en su Ejecutivo, una señal de que la preservación ecológica y la lucha contra el cambio climático dejarán de ser una prioridad en un momento crucial para el planeta.

El futuro ministro de Economía y “hombre fuerte” de Bolsonaro, Paulo Guedes, anunció que desde el 1 de enero la cartera de Medio Ambiente, que gestiona los equipos de combate a la deforestación y destrucción natural, será fusionada con la de Agricultura, dominada por intereses del sector agroindustrial.

Bolsonaro, quien llegó a decir en campaña que sacaría a Brasil del Acuerdo de París, ya dejó en claro que la preservación de las tierras indígenas y reservas naturales de la Amazonía no serán temas centrales de su Ejecutivo, a pesar de la importancia de la mayor selva tropical del planeta para luchar contra el cambio climático.

El anuncio provocó rechazo inmediato por parte de organizaciones ecologistas e incluso del actual ministro de Medio Ambiente, Edson Duarte, que recibió con “sorpresa y preocupación” la decisión.

“Brasil es el país más diverso del mundo, tiene la mayor selva tropical y el 12 por ciento del agua dulce del planeta, y tiene todas las condiciones para estar al frente del giro global, más sólido cada día, rumbo a una economía sostenible”, indicó en una nota el ministro.

Duarte advirtió, además, que un aumento de la deforestación y las emisiones podrían ser contraproducentes para los intereses comerciales del sector agroalimentario brasileño, el tercer mayor del planeta con el 7.0 por ciento del total de las ventas mundiales.

“La economía nacional sufriría, especialmente el agronegocio, ante una posible represalia comercial por parte de los países importadores”, indicó el ministro.

Incluso la presidente del conservador Frente Parlamentario de Agropecuaria (FPA), la diputada Tereza Cristina, que representa el lobby agroindustrial que aboga por reducir drásticamente las normativas ambientales para potenciar la producción de alimentos como soya o carne, expresó dudas sobre la decisión.

“No estoy ni a favor ni en contra, porque no sé los detalles. Pero admito que lo veo con preocupación”, dijo hoy.

Las organizaciones ecologistas, que llevan semanas advirtiendo de los efectos del gobierno de Bolsonaro para el ambiente, reaccionaron con fuerza.

“El ‘bolsonarismo’ va, de esta forma, mostrando su rostro: un régimen ideológico de truculencia y saqueo a los recursos naturales que se curva a las fuerzas más atrasadas del sector productivo para minar la competitividad del agronegocio brasileño”, criticó el Observatorio del Clima, organización que monitorea los compromisos ambientales del país.

Las promesas de Bolsonaro ya comienzan, de hecho, a tener sus impactos en la mayor selva tropical del planeta.

Dos patrullas ambientales de órganos federales que luchan contra la deforestación fueron atacadas en los últimos días mientras llevaban a cabo operaciones de control en diversas zonas de la Amazonía.

Asimismo, datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, en sus siglas en portugués) muestran que la deforestación en la Amazonía aumentó un 36 por ciento entre junio y septiembre, período de precampaña y campaña electoral, respecto a 2017.

En esos cuatro meses, dos mil 414 kilómetros cuadrados de selva fueron arrasados, según el INPE.

Aunque no ha habido cambio en la legislación, los anuncios de Bolsonaro indican que podría dar rienda suelta a la deforestación para estimular la economía, lo que impulsa la actividad de madereros ilegales, productores de ganado que se apropian de tierras públicas y especuladores.

Abierta masivamente a la exploración de recursos naturales y a la expansión de la agricultura y la ganadería desde la década de 1960, la Amazonía brasileña perdió cerca del 18 por ciento de su selva originaria en cuatro décadas, lo que generó numerosas transformaciones en la región.

Ecologistas y científicos advierten que si continúa la destrucción, la Amazonía podría estar cercana a un punto de no retorno en el que la selva iría transformándose paulatinamente en una sabana, según expertos.

Con cerca de una quinta parte de todos los recursos de agua dulce superficial de la Tierra y una extensión de selva cercana a dos tercios del territorio continental de Estados Unidos, la Amazonía es considerada fundamental para el planeta y la lucha contra el cambio climático, así como para generar el ciclo de lluvias en América del Sur.