A la baja, las expectativas económicas de México

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  • Crecen las señales de incertidumbre y desconfianza
  • Por Gerardo Flores Ledesma

RedFinanciera

A pesar de buenas cifras en algunas variables, la economía de México presenta aumento en las señales de incertidumbre y desconfianza debido a la caída en las expectativas que se ajustan a la baja.

Aunque el proceso de relocalización mantiene a México como un país atractivo para invertir, como se infiere de la información sobre los anuncios Públicos de Inversión, hay cautela en los portafolios de dinero porque son simplemente buenas nuevas, pero no asignación real de capital, hasta ahora.

Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), un ambiente permanente de negocios sin incentivos, solo contribuirá a un pobre ritmo de crecimiento y bienestar.

INCERTIDUMBRE EN AUMENTO

El sector privado del país subraya que la incertidumbre y desconfianza sobre la economía van en aumento frente al debilitamiento que muestra la evolución de los principales indicadores económicos, un posible estancamiento de la economía de los Estados Unidos, pero en especial por la creciente preocupación de las consecuencias que puede tener la aprobación del Plan C.

Las expectativas siguen a la baja. Ahora fue la Cepal quien corrigió su pronóstico de crecimiento para México al ubicarlo en 1.9% para este año, seis décimas por debajo de su estimación previa.

Para el CEESP la preocupación crece cuando la perspectiva de menor dinamismo económico se extiende al siguiente año, para el cual este organismo anticipa un crecimiento de solo 1.4%.

La visión de los especialistas que participan en la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado que elabora el Banco de México es muy similar, ya que anticipan crecimientos de 1.8% para este año y de 1.6% para el siguiente.

La Secretaría de Economía dio a conocer los anuncios Públicos de Inversión, y resaltó que del 1 de enero al 31 de julio se identificaron 166 anuncios de inversión por parte del sector privado, lo que significa una expectativa de inversión de 48 mil 035 millones de dólares, que se espera ingresen al país en los próximos dos o tres años.

Diversas opiniones consideran esto como una buena señal. Sin embargo, es prudente tomar con cautela esta información, toda vez que son simplemente anuncios y no una asignación real de capital, hasta ahora.

Se debe tener en cuenta que, de manera acumulada desde el 1 de enero del 2023 al 31 de julio del presente año, los anuncios de inversión suman 544 con una expectativa de inversión de 158 mil 779 millones de dólares.

En su más reciente análisis económico, el CEESP apunta que “aunque no hay un seguimiento de las promesas de inversión y su asignación efectiva, es evidente que esta no ha sido la suficiente para estimular un mayor ritmo de crecimiento y empleo”.

Lo preocupante del caso es que tampoco se prevé una asignación real importante de esta inversión en los próximos años, lo cual se intuye de las reducidas expectativas de crecimiento que se tienen y que se siguen corrigiendo a la baja. Los pronósticos de crecimiento para 2025 ya se ubican por debajo del 2%.

Y agrega: “La materialización de estas promesas de inversión depende, en buena medida, de los incentivos que ofrezca el país. Ya hemos señalado que, además de que la relocalización ha puesto a México potencialmente en el lugar más favorable del mundo, se requiere de una economía que funcione eficientemente”.

LO URGENTE

Para el sector privado es necesario contar con una infraestructura moderna, una política de energía eficiente que garantice el abasto, un ambiente de regulación económica apropiado, pero en especial un estado de derecho que de seguridad plena a la inversión. Un ambiente de reglas claras es fundamental para atraer el capital.

Aclara que es evidente que la desaparición de órganos autónomos independientes para trasferir sus funciones a secretarías de Estado, como lo pretende el gobierno, simplemente generará malas prácticas y mayor incertidumbre.

El país requiere de un mayor ritmo de crecimiento de manera sostenida con el objetivo de mejorar el bienestar de la población. Ese debe ser el compromiso puntual del siguiente gobierno.

Explica que “de continuar una política que no otorga incentivos, las empresas y las familias seguirán limitadas a las oportunidades que ofrece una economía debilitada basada en decisiones discrecionales a favor del estado”.

El CEESP detalla que “la permanencia de un ambiente de negocios sin incentivos como consecuencia de falta de transparencia, una regulación ineficiente, débil estado de derecho sólo contribuirá a que el país mantenga un pobre ritmo de crecimiento y los niveles de bienestar se mantengan deprimidos, con niveles de seguridad social limitados, baja calidad en salud y educación”.

Y concluye: “Desaprovechar las oportunidades del país, limitando la inversión con políticas poco o nada amigables a la inversión podría costar a la nación 2 puntos adicionales de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB)”.