- ¿Cambio de régimen político?
- Por Gregorio Ortega Molina
RedFinancieraMX
El presidente Andrés Manuel López Obrador logró hacerse con el Congreso, con 20 congresos locales y, es obvio, el Ejecutivo, pero lo más importante, la voluntad popular. ¿Puede ésta convertirse en correa de transmisión del poder, para restaurar el esplendor y la fuerza de la Presidencia de la República?
Algunos o muchos traen cruzados los cables. Temí ser yo, por lo que recurrí al Diccionario de política que debemos a Norberto Bobbio y Nicola Matteucci, donde la entrada a régimen político indica: “(Es) el conjunto de las instituciones que regulan la lucha por el poder y el ejercicio del poder y de los valores que animan la vida de tales instituciones”.
¿Estamos ante un cambio de régimen, o éste continúa con sustitución electoral de un gobierno por otro?
Volvamos al Diccionario: “Las instituciones por un lado constituyen la estructura organizativa del poder político, que selecciona a la clase dirigente y asigna a los diversos individuos comprometidos en la lucha política su papel. Por otro lado las instituciones son normas y procedimientos que garantizan la repetición constante de determinados comportamientos…”.
Si revisamos la historia de las instituciones políticas que dan sustento al Estado, podrá constatarse que el andamiaje jurídico y administrativo de México permanece fiel a lo que se construyó para alentar el triunfo de la Revolución, cuya historia cívica cesó con el advenimiento del neoliberalismo como compromiso ideológico, económico y político. Modificaron el proyecto, quizá parte del marco legal, pero nunca el institucional. El régimen permanece.
De ahí la distorsión en el desarrollo de México. Transitar de uno a otro modelo requería de un cambio de régimen que no se dio, o fueron incapaces de instrumentar.
Ahora el presidente constitucional aspira a la restauración del modelo presidencialista, y le pregunta obligada es ¿se puede? Carlos Salinas de Gortari dedicó 12 años a la desestructuración de la Presidencia de la República y del andamiaje que le daba sustento y consolidaba su poder: el PRI con sus sectores y los activos del Estado. Para un éxito completo debió transitar hacia al presidencialismo parlamentario y, así, efectuar un cambio de régimen.
Hoy el modelo político que determina la vida institucional de México es un híbrido. El presidente Andrés Manuel López Obrador logró hacerse con el Congreso, con 20 congresos locales y, es obvio, el Ejecutivo, pero lo más importante, la voluntad popular. ¿Puede ésta convertirse en correa de transmisión del poder, para restaurar el esplendor y la fuerza de la Presidencia de la República? A ello dedicarán gran empeño.
Lo que presenciamos no es un cambio de régimen, sino el intento de consolidación del régimen de siempre, sólo que sin los instrumentos de poder necesarios. Pienso que la opción de la reforma del Estado y fundar la IV República era la adecuada… era. Insisten en Luis XVIII.
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