- Actualmente hay más de mil millones de personas que sufren de algún trastorno psicológico y se prevé que para 2030 este tipo de padecimientos sean la principal causa de discapacidad a nivel mundial
RedFinanciera
Es necesario cuidar la salud mental de los colaboradores en las empresas, pues los trastornos psicológicos como la depresión y ansiedad ya costaban a la economía mundial
cerca de 1 billón de dólares 1 por pérdida de productividad previo a la pandemia por Covid-19.
Sin embargo, en el primer año de la emergencia sanitaria estos padecimientos crecieron 25%, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por ello la prevención es el actual reto de los gobiernos y las organizaciones, explicó Cuéntame, startup que impulsa la salud mental de los colaboradores en Latinoamérica.
En el contexto del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, y que este año tiene el lema: “Que la salud mental de todos sea una prioridad mundial”, la cofundadora y CEO de Cuéntame, Regina Athié, señala la importancia de implementar acciones, sobre todo preventivas al respecto: “Es vital mejorar el bienestar mental de los colaboradores en las empresas, pues cada dólar invertido en tratamientos para la depresión y ansiedad rinde hasta 400% 2 , es decir, tiene un impacto de 4 dólares en la mejora de la salud y la capacidad laboral”.
La prevención es la clave en un panorama en el que existen más de mil millones de personas en el mundo con un trastorno psicológico, mientras que solo 2% del presupuesto de los países para el sector salud se destina a tratar el bienestar mental de las personas, arrojan datos de la OMS. Y no solo eso, se prevé que para el 2030 la salud mental sea la principal causa de discapacidad en el mundo.
El reto de las organizaciones
Estadísticas de la plataforma Cuéntame exponen que 70% de los colaboradores tienen estrés elevado todos los días, lo que les puede traer además consecuencias de enfermedades físicas como la diabetes o padecimientos cardiovasculares. De hecho, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cerca de dos millones de personas mueren cada año por causas relacionadas a su actividad laboral y un tercio
de los trastornos ocupacionales se debe a las largas jornadas de trabajo, de acuerdo con el documento “The Good Work Framework” del Foro Económico Mundial (FMI).
Procurar e impulsar la salud mental en las organizaciones es uno de los grandes retos, por ello, Cuéntame comparte tres acciones clave, que se identificaron a partir de la interactividad de 9 mil usuarios activos en su plataforma, para que cualquier organización las use para crear estrategias de bienestar mental sostenibles y escalables.
1. Personalización. “Cada cabeza es un mundo”: Es relevante destacar que la percepción de la salud mental es diferente dependiendo el contexto generacional y la relevancia cultural, además, las recomendaciones para mejorar el bienestar del colaborador deben ir alineadas a sus gustos y necesidades.
Por ello, se deben emplear rutas de bienestar personalizadas enfocadas en el manejo del estrés que le permitan al colaborador recibir atención personalizada de expertos en terapia psicológica, pues las estrategias para el personal administrativo, líderes y perfiles masivos no son las mismas que se implementan con un individuo que labora en un punto de venta de manera presencial o un operario en una fábrica.
2. Comunidad. “Somos parte de un todo”: Las personas quieren sentirse escuchadas y contar con un espacio para compartir testimonios y entender que no están solos, es decir, buscan tener un sentimiento de pertenencia al crear comunidad.
Empatizar, compartir puntos de vista, debatir, aprender, acompañar y brindar una escucha es algo que valoran y necesitan a la hora de trabajar en su bienestar.
Por ello se deben crear círculos de bienestar, que son espacios seguros, reducidos de escucha y de contención profesional, y una comunidad que tiene como objetivo acercar a las personas, de forma amigable, a través de temas con los que se identifiquen, por ejemplo: working moms, vida fitness o alimentación, para proporcionarles un espacio con herramientas concretas, como: seguimiento individualizado, foros de debate, actividades reflexivas, espacios para testimonios, entre otros.
3. Medición de efectividad y ROI. “Lo que no se mide no se puede mejorar”: La medición efectiva de una estrategia de salud mental organizacional debe estar compuesta de: Medición de efectividad del tratamiento, que pueda vincularse a índices de reducción de depresión, niveles de ansiedad, percepción de control sobre el trabajo, calidad de relaciones interpersonales, calidad de sueño, etc.
Retorno de inversión, que se identifica con la rotación voluntaria de talento clave y alto desempeño por localidad, el sentido de pertenencia y el propósito en el lugar de trabajo, y la productividad y motivación, a partir de los niveles de estrés y burnout.
Accesibilidad a una solución de salud mental, midiendo el alcance mediante datos demográficos como localidad, área, edad y género, pero cuidando la confidencialidad de los colaboradores.