El Museo del Dulce transporta al público a conocer el ate

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  • Los asistentes podrán conocer el proceso de elaboración de este dulce en sus sabores tradicionales

RedFinancieraMX

Un viaje al pasado, que inició en 1840 como una tienda de dulces, frente a la Catedral de Morelia bajo el nombre de “El Paraíso”, y que hoy en día conserva su tradición cultural al ofrecer dulcería, pastelería y chocolatería, cuenta con el Museo del Dulce De La Calle Real, fundado en 1999.

Ángeles León, guía de turistas en el Museo del Dulce, quien como todo el personal luce un vestido de época, totalmente hermoso y bien detallado, mencionó en entrevista con Notimex, que la dulcería se creó en 1840, que fue la primera tienda, fundada por Marcial Martínez.

Con su vestido de gala, largo y su sombrero de tela que cubre parte de su cabeza, que era como se vestían en la época del porfiriato, la guía platicó, que la dulcería comenzó con todos los dulces típicos de Morelia, después se agregaron otros, ya sean nuevos o de otros estados del país.

Como una introducción al tema del ate, la guía, abundó que este dulce se puede hacer y presentar en cubo, laminilla o rollo, que son tres tipos de presentaciones.

Ángeles León relató que la tienda ofrece desde entonces los dulces típicos sobre el ate en sus sabores tradicionales que son el membrillo, guayaba, tejocote y perón, pero en 1999 se trasladaron a la Calle de Francisco I. Madero, Centro Histórico, de esta ciudad.

“La dulcería empezó como una tienda normal, nunca se imaginaron que iban a llegar a tanta demanda, pero debido al sabor de sus ates, han ganado premios internacionales en ferias de dulce como en Brasil en 1889 y en Francia en 1990, creció más la demanda”, precisó León.

Al trasladarse a su nueva sede, una edificación colonial, que destaca por su arquitectura, a través de sus paredes, salones y techos, así como su patio angosto, pero largo que se usaba en aquellos años, se instaló al fondo El Museo del Dulce De La Calle Real.

Durante el recorrido por el espacio museístico, la guía llevó al equipo como a un túnel del tiempo, que lo primero que uno se encuentra son tres grandes carruajes de época, que imponen por el gran tamaño, para pasar como a un espacio de descanso en donde hay objetos de gran procesamiento.

El visitante se encuentra a su paso con una maquinaria en tamaño real como selladoras, compresores, cazos batidores, bombo, servidora y corchadora, donde se cortaba el ate y se empaquetaba, algunas datan de 1960.

El Museo del Dulce está conformado por varias salas, una es la galería que exhibe más de 130 fotografías de la antigua Morelia, que fueron donadas por el maestro José Antonio Romo Carrera, en que retrata el paso del tiempo, sobre todo en edificaciones emblemáticas de esta ciudad.

Otra es una sala de cine que recrea aquellos años 40, y donde se proyecta un video sobre la historia del dulce desde tiempos prehispánicos, hasta cómo llega después en la Conquista, y una breve semblanza de la dulcería.

También está la sala que exhibe tres grandes maquetas, en donde se cuenta la historia del dulce, desde cómo llegó a México, hasta cómo llegó a ser industrializado.

La primera maqueta se trata del ex convento de Santa Rosa de Lima o el Conservatorio de las Rosas, como la gente lo conoce, y se les explica a los visitantes de cómo llegó el dulce a la Nueva España.

La Segunda maqueta es donde se les explica a los visitantes cómo pasa a ser creado el ate de manera artesanal hasta llegar a ser industrializado, y la tercera es una factoría de 1940, que es una de las primeras de la industria del ate en Morelia.

Otra sala que conforma El Museo del Dulce es la Cocina Colonial en donde se les enseña a preparar el ate de manera artesanal para que lo puedan realizar en sus casas.

“La cocina está lo más cercana a lo que es una del siglo XVIII, que tenían las antiguas casonas en que destacaban cacerolas, cucharas y platos, algunos de estos colgados en las paredes o en el techo”, expresó la guía.

Una cocina en la que no podía faltar la barra circular, donde la guía Ángeles León, se coloca para explicarle a los visitantes nacionales e internacionales cómo se prepara el ate, que es llevado a los moldes y después de moverlo se pasa a otro recipiente para que el público pueda llevarse una probadita, en un vasito.

La dulcería y el Museo del Dulce están abiertos todo el año, de lunes a viernes de 11:00 a 19:00 horas, y fines de semanas 10:00 a 20:00 horas.