Una Semana Santa más sin Notre Dame

0
58
  • Textos en libertad
  • José Antonio Aspiros Villagómez

RedFinanciera

         Hemos dedicado esta semana de Cuaresma a la lectura de temas diversos, entre ellos dos relacionados con Francia a unos días de que tenga lugar -el 24 de abril- la segunda vuelta electoral entre el presidente Emmanuel Macron, quien busca la reelección, y su adversaria por segunda vez, la conservadora Marine Le Pen.

         Nuestras lecturas fueron más allá de la coyuntura política en ese país, y se detuvieron en dos efemérides: el día 15 se cumplirán tres años del incendio de la catedral de Notre Dame (Nuestra Señora), y, el 5 de mayo, 201 años de la muerte del emperador Napoleón Bonaparte, quien se coronó precisamente en ese templo parisino en 1804.

         El Lunes Santo de 2019, un descomunal incendio impidió las celebraciones de la Semana Mayor en esa iglesia parisina. El fuego destruyó la aguja, el tejado, las vigas y algunas bóvedas de piedra. Tres años después, el icónico templo ya está a salvo del derrumbe, pero sigue cerrado al público y está protegido por toldos ligeros y andamios dentro y fuera, mientras se trabaja en la restauración.

         Al menos, eso es lo que se aprecia en las excepcionales fotografías de Tomás van Houtryve, posiblemente tomadas en diciembre pasado, que publicó en febrero de este año la revista National Geographic junto con un amplio y detallado reportaje (35 páginas) de Robert Kunzig, que incluye visitas al lugar y entrevistas con los responsables de las obras, y que tradujo al español Marco Antonio Vargas Solís.

         Ese texto refiere que, al cabo de los más de dos años que tardó el retiro de la madera quemada y los escombros, así como el apuntalamiento, comenzó la restauración con la limpieza de las superficies llenas de polvo y residuos tóxicos del techo de plomo que se derrumbó. Empero, la policía de París aún no daba a conocer las causas del siniestro y un corto circuito continuaba como “el principal sospechoso” de la tragedia.

         Cuando eso ocurrió, el presidente Macron se comprometió a rehabilitar Notre Dame en un plazo de cinco años, pero los expertos estiman que la reconstrucción total podría durar una o más décadas. Por lo pronto, el 18 de septiembre de 2021 fue anunciado oficialmente que “los trabajos de protección y consolidación de la catedral (…) han concluido según el calendario previsto”.

         La fecha prometida por el gobernante francés para reabrir al culto la catedral, es el 16 de abril de 2024 en que se celebrará la “resurrección” de Notre Dame, y muy a tiempo para los Juegos Olímpicos que tendrán su sede en París del 26 de julio al 11 de agosto de ese año.

         Para comprender mejor la importancia y los delicados trabajos de rescate y rehabilitación del lugar donde Nuestra Señora de París, la muy leída  novela de Víctor Hugo, situó al jorobado Cuasimodo, National Geographic publicó también varias infografías a doble plana de Fernando G. Baptista que muestran detalles de la catedral en los siglos XII y XIV, los trabajos posteriores al incendio, las líneas de tiempo relacionadas con su construcción (1163-1350) y su restauración (2019-2024) y todos los pormenores de esta última.

         Phillippe Villeneuve, uno de los 35 arquitectos jefes de monumentos históricos de Francia, ha dirigido los trabajos de restauración de Notre Dame desde 2013 “y con tremenda urgencia” desde 2019, y en más de un sentido debe su misión actual a su predecesor Eugene-Emmanuel Viollet-le-Duc, quien tardó 20 años en rehabilitar el templo, que había sido destrozado e incendiado por una turba el 14 de febrero de 1831 (como ocurrió también durante la Revolución Francesa).

         Para cumplir con su encomienda, Villeneuve ha rechazado toda propuesta -incluso del propio Macron- de aprovechar la coyuntura para “hacer algo arquitectónicamente nuevo”, y está decidido a dejar a Notre Dame como se encontraba antes del incendio, y tal vez por eso el grupo Carpinteros Sin Fronteras ha trabajado con herramientas medievales en las nuevas celosías del tejado. El gobierno autorizó para ello la tala de dos mil árboles. Es decir, el propósito del restaurador en jefe es reponer la catedral que dejó Viollet-le-Duc en el siglo XIX, no obstante que éste sí alteró y rehízo partes del templo original cuando lo salvó tras los ataques del populacho.

“La restauración de la emblemática catedral de París honrará sus raíces medievales y al arquitecto, alguna vez vilipendiado, que salvó la iglesia en el siglo XIX”, dice el sumario del reportaje de Kunzig.

         De manera paralela a las labores actuales de rescate, se han hecho excavaciones arqueológicas y en marzo pasado fue dado a conocer el hallazgo de un sarcófago de plomo con restos en buen estado de algún personaje importante, además de fragmentos del coro que tuvo la catedral entre los siglos XIII y XVIII.

         Todos los trabajos se vieron interrumpidos por un tiempo a causa de la pandemia contra la que todavía luchamos, pero que no impidió en 2020 celebrar el Viernes Santo dentro de una Notre Dame herida por el fuego del año anterior. En esas condiciones tuvo lugar la ceremonia, con la sola participación del arzobispo Michel Aupetit, tres clérigos, un violinista y dos artistas -hombre y mujer- que leyeron los evangelios y ella entonó el Ave María de Schubert.

         Se ha salvado Notre Dame. Por un radicalismo estético los franceses pretendieron su demolición en el siglo XIX, como también quisieron después acabar con la Torre Eiffel, pero el impacto de la novela de Víctor Hugo creó consciencia sobre su valor histórico y surgió un clamor popular para que esa catedral fuera rescatada del abandono en que se encontraba. Como sucedió.