- Fueron inducidos los primeros 13 nombres en una lista que crecerá cada año con al menos 6 glorias más
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Fue una tarde mágica, de fiesta y regocijo, de corazones abiertos, de mensajes que calaron en lo más profundo… Fue la tarde del tenis mexicano ya que el Club France abrió sus puertas para inaugurar oficialmente el Salón de la Fama del Tenis de México y recibir a lo más excelso del deporte blanco en nuestro país. Hombres y mujeres que aportaron su granito de arena para el engrandecimiento de este hermoso deporte.
Cada vez que el periodista Heriberto Murrieta, quien fue el maestro de ceremonias, enumeraba las hazañas de cada una de las glorias inducidas esta tarde al Salón de la Fama, se erizaba la piel, la expectación crecía al límite y se desbordaba en aplausos al llamado de cada una de ellas.
Se llamó así a los primeros inducidos al Salón de la Fama del Tenis Mexicano, nombres que serán enmarcados con letras de oro en el muro de la gloria del Club France.
- Yola Ramírez.
- Equipo mexicano de Copa Davis 1962
- Rafael “Pelón” Osuna
- Raúl Ramírez Lozano
- Rosa María “Pajarita” Reyes Delgado
- Vicente Zarazúa
- Leonardo Lavalle Moreno
- Jorge Lozano Márquez
- Francisco Maciel García
- Armando vega Íñiguez
- Rolando Vega Íñiguez
- Antonio Palafox
- Mario Llamas
Heriberto Murrieta mencionó los principales triunfos de cada uno de los premiados. Hubo diplomas, charolas y dijes para los primeros inducidos al Salón de la Fama del Tenis de México. Algunos como Francisco Maciel, Jorge Lozano y Leonardo Lavalle hicieron uso de la palabra y agradecieron por la distinción tanto a la directiva del Club France como al organizador de este evento, Armando Baraldi.
Dos de las tenistas más apreciadas y reconocidas son, din duda, Yola Ramírez y Rosa María Reyes, quienes como en los viejos tiempos, estuvieron juntas en la mesa y en más de una ocasión se tomaron de las manos como cuando se coronaron en los dobles femeninos de Roland Garros en 1958 o cuando fueron finalistas en el mismo torneo en 1957 y 1959.
Vicente Zarazúa recalcó sus nombres y apuntó: “Son las mejores tenistas mexicanas de todos los tiempos y sus triunfos difícilmente serán igualados”.
Pierre Darmon, extraordinario jugador francés y muy querido en México, esposo de Rosa María Reyes, leyó una breve semblanza de la “Pajarita” Reyes, desde el profundo amor de la tenista a su deporte y su familia y provocó el aplauso cuando mencionó al gran maestro Esteban “Pajarito” Reyes”, padre Rosa María y quien sin duda debe entrar en el futuro a este Salón de la Fama. Darmon habló con gran ternura de cómo conoció a su esposa y al final formaron una familia para perpetuar la herencia tenística.
Alfonso Ochoa, semifinalista de dobles en Roland Garros 1961, y esposo de Yola Ramírez, fue el encargado de recibir varios reconocimientos por los ausentes o sus familiares, entre ellos el de Raúl Ramírez, mientras que Vicente Zarazúa recibió el del capitán-leyenda Francisco “Pancho” Contreras y rogó porque elevaran oraciones por su salud.
María Elena Ruiz, esposa de Mario Llamas, provocó un nudo en la garganta de los asistentes al quebrarse su voz cuando habló de los logros del Maestro “Corazón de León”.
Hubo premio especial para Alejandrina Pinedo y Eduardo Magadán, quienes hace algunas semanas consiguieron llegar a las finales de un Mundial. La primera, en el Súper Seniors 2021 de Palma de Mallorca, España, en categoría de 85 años y mayores y el segundo, en el el Young Seniors World Tennis Championship que se realizó en Umag, Croacia, en categoría de 40 y mayores.
Mención especial también para Jorge Bermejo, decano del periodismo deportivo en México y presidente del Comité para el Salón de la Fama del Cronista Deportivo.
Fue una tarde redonda en el Club France de México, donde al final se sirvió un vino de honor y se hizo recorrido por el Salón de la Fama, no sin que Armando Baraldi prometiera que cada año ingresarán al menos 6 nombres más.