- Proceso y el periodismo en blanco y negro
- Presupuesto comprometido, reto para AMLO
- Televisoras, Mercados, NAICM, Agua, Sanciones
- Por Roberto Fuentes Vivar
RedFinancieraMX
La revista Proceso publicó esta semana una portada que se convirtió inmediatamente en lo que ahora llaman “trend topic” y se castellaniza como “tendencia” en las redes sociales.
Concretamente difunde una foto del presidente electo Andrés Manuel López Obrador desdibujado, en colores tenues y hasta casi fuera de foco, pero con algunos retoques. La cabeza dice: “AMLO se aísla. El fantasma del fracaso”.
Cuando algunos lectores (perdón quizá no lectores sino opinadores) subieron a Facebook y Twitter la portada, comenzaron las primeras reacciones. Desde “Proceso ya se vendió” o “Proceso está dando bandazos”, por parte de los seguidores de López Obrador; hasta “Ya ven, ya fracasó y aún no toma posesión” por parte de los detractores del presidente electo.
Retomo algunas frases de la columna que escribió Federico Arreola, calificando a la portada como “Golpe bajo”:
“Eso no es periodístico ni se justifica en función de lo que puede leerse en sus páginas interiores. Esa es una chingadera, una inmoralidad: mierda y solo mierda porque lastima a un político honesto y eficaz como ningún otro. No es tampoco la prensa de la época de Madero: lo de Proceso es simple y sencillamente una infantil puntada de reporteros y editores que quieren sentirse bien chidos y huevudos. Prensa poco fifí con vocación gamberra. Ni hablar, peores cosas veremos en el periodo de construcción de la cuarta transformación de México, que tantos enemigos tiene en la derecha y en la izquierda”, dice Arreola. Su texto fue aplaudido por cientos de twitteros.
Por el lado contrario, personajes que han externado su oposición a AMLO, como León Krauze, Fernando Belauzarán o Jorge Berry manifestaron su apoyo a la portada de la revista semanal que durante años ha marcado la agenda política de México.
Personalmente (aclaro que no puedo sr objetivo ni imparcial por mi simpatía por Proceso, debida la cercanía que tuve con los maestros Julio Scherer y Vicente Leñero en la fundación de la revista y por las diversas ocasiones en que colaboré, eventual y extraoficialmente, con ella) expongo mi humilde opinión al respecto.
En primer lugar, creo que, a vuela pluma, sí pudo haber sido desafortunado ligar esa cabeza de portada a la entrevista al jurista Diego Valadés que aparece en las páginas interiores. Sin embargo, considero que con ese encabezado y el texto subsecuente se retoma el famoso aforismo de Marshall Mc Luhan en el sentido de que “el medio es el mensaje”.
Por eso, estimo que la revista envía varios mensajes, a los políticos, a los empresarios, a sus seguidores y a la sociedad en general.
En segundo lugar, también aclaro que, como ciudadano, me he decantado a favor de Andrés Manuel López Obrador (desde hace 18 años), a quien he manifestado mi apoyo en diversas circunstancias, incluso en su decisión de cancelar el aeropuerto. Sin embargo, como periodista consideró mi deber mantener (como interlocutor entre el poder y la sociedad) un espíritu crítico tanto ahora como en el futuro.
Bajo estas dos premisas, me atrevo a analizar los mensajes que no se consciente o inconscientemente Proceso envío a la opinión pública esta semana.
1.- El periodismo debe deslindarse de todos los poderes. En este sentido Proceso envía un mensaje muy claro, a poco menos de un mes de que asuma el poder Andrés Manuel López Obrador: seguirá siendo un medio crítico, incluso a pesar de la cercanía del hijo de su fundador con el presidente electo. Desde julio, la revista había dado varias muestras de independencia al criticar algunas acciones de AMLO, como lo expuse en mi columna del 18 de julio (https://almomento.mx/diario-ejecutivo-con-amlo-cambiara-el-periodismo/), en la que mencionaba que la publicación había dado cátedra de periodismo. Este es el mensaje más fácil de entender y que ha sido asumido por los detractores del presidente electo y también por algunos simpatizantes.
2.-El periodismo no puede ser en blanco y negro. Creo que otro de los mensajes que envía Proceso, en un momento en que la polarización en la sociedad (sobre todo luego de la decisión de cancelar el aeropuerto en Texcoco) crece diariamente, es que el periodismo –como lo ven muchos de los periodistas que diariamente arremeten, casi por consigna, contra López Obrador- no puede seguir siendo en blanco y negro, sino que, como en todas las cosas de la vida, siempre hay tonalidades. Considero que esa es precisamente una de las asignaturas pendientes que existen en el periodismo nacional. Ni todo es blanco ni todo es negro. En el futuro, en aras de un cambio político y estructural que se avecina, el periodismo debe entender los matices. Creo que los colores desdibujados de la portada envían un mensaje en esa dirección.
3.- El periodismo no puede ser dogmático ni partidista. Lamentablemente mucho del periodismo que se hace en México es dogmático y partidista, a pesar de que sí existen mejores condiciones para la libertad de expresión que las que había hace 42 años cuando se fundó Proceso. Parte de este dogmatismo se puede observar diariamente de manera cotidiana cuando vemos que existen nuevos intocables, como la iniciativa privada en su conjunto, que se ha convertido, para muchos medios, en la única voz de la sociedad civil. Parte del mensaje de la entrevista a Diego Valadés tiene que ver precisamente con esta especie de axioma.
4.- El periodismo no debe estar con nadie ni contra nadie. Uno de hechos que más ha dañado y polarizado a la sociedad, es el apotegma que aparece en el Evangelio según San Lucas: “El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama”. Por las características católicas del pueblo mexicano esta sentencia está tan arraigada que ahora algunos ciudadanos culpan a López Obrador de causar la polarización, cuando desde hace varios años la población está dividida. Considero que en su más reciente edición Proceso envía ese mensaje: no estoy con nadie ni contra nadie.
5.-El periodismo no sólo son imágenes. La nueva cultura se ha impregnado en la sociedad mexicana tiene una fuerte influencia en los llamados “memes”, es decir las imágenes con poco texto que se difunden en las redes sociales. Creo que, en este caso, muchos mexicanos utilizaron la portada de Proceso como si fuera un “meme”, sin importar la información de fondo. El mensaje en este sentido es que México debe ser un país en el que la sociedad deje de ver (o ler, como diría el exsecretario de Educación Pública) solo los encabezados, sino que debe leer los textos antes de formarse una opinión. Incluso hay que analizar el texto y el contexto antes de opinar.
6.- ¿Puede el periodismo ser provocador? Si la cabeza de la portada hubiera sido (como personalmente creo que debería haber sido): “Diego Valadés: AMLO se aísla”, seguramente no hubiera ocasionado tanto revuelo. Sin embargo (y probablemente me equivoque) la decisión de los editores de Proceso fue eliminar el nombre del declarante para provocar. En este sentido creo que, dados los cambios que se avecinan y la nueva responsabilidad que adquirirá el periodismo en la llamada Cuarta Transformación, provocar puede ser una nueva faceta del periodismo, que ya ha sido utilizada en varias ocasiones por los medios más afines al poder actual. Creo que precisamente el mensaje en este sentido es que el periodismo debe provocar para generar un cambio.
7.- El compromiso del periodismo. El periodismo independiente carece de compromisos. El único, debe ser con el lector y en el caso de Proceso sus lectores son personas que están acostumbradas a leer y analizar, por lo que fácilmente pueden darse cuenta de que en su contenido en ningún momento se ataca a AMLO, pero tampoco se le alaba, sino que por el contrario se vierten una serie de opiniones de un jurista que lanza una voz de alerta sobre muchas de las cosas que deberán suceder para que precisamente el nuevo gobierno no se convierta en un fracaso. El mensaje de la revista es muy claro: el periodismo independiente no tiene compromiso.
Hasta aquí mis humildes comentarios sobre un tema que, este domingo, dominó las redes sociales. Creo que las opiniones iniciales, de uno y otro bando, pecan de superficialidad y demuestran que no están convencidos de que en México ya se inició un cambio y que el periodismo también debe cambiar. Dice el filósofo del metro: México va a ser un país desarrollado, cuando haya lectores a secas y no solo lectores de cabezas.
Presupuesto ¿de entre 5.4 y 5.6 mmdp?
Uno de los grandes retos para Andrés Manuel López Obrador y Carlos Urzúa, su propuesto secretario de Hacienda, es cómo lograr obtener más recursos financieros para poder cumplir los compromisos de campaña.
Hasta el momento los datos que se han dado a conocer del paquete económico para el año entrante, el primero del nuevo gobierno, es que habrá un superávit primario de 0.8 por ciento del Producto Interno Bruto.
Pero el gran dato que permanece oculto, es a cuánto va a ascender el Presupuesto de Egresos de la Federación, pues de ese monto depende en buena medida lo que podrá hacer el próximo presidente de la República, quien ha señalado que destinará 327 mil millones de pesos para sus siete proyectos prioritarios.
Lo más probable es que, con base en las tendencias y en la evolución del gasto público en años recientes, el presupuesto de egresos para 2019 oscile entre 5.5 y 5.6 billones de pesos, sobre todo si se toma en cuenta que una cifra así no ocasionaría problemas ni desconfianza entre los dueños del dinero que, aunque ya no serán la única voz escuchada por el Poder Ejecutivo, sí tienen todavía poder para influir en los mercados.
Lo más grave del asunto es que alrededor del 70 por ciento del presupuesto para el año entrante se encuentra ya comprometido por la deuda heredada (725 mil millones de pesos), la nómina y los servicios personales (1.2 billones de pesos), el pago de pensiones (930 mil millones de pesos) y las partidas para los estados más de 700 mil millones de pesos).
Según el próximo secretario de Hacienda, en el paquete económico que será entregado a los legisladores antes del 15 de diciembre próximo se “detallarán los recursos para atender todos los compromisos contraídos (incluyendo los se generen por la cancelación del aeropuerto en Texcoco)”.
En lo que se refiere a la obtención de recursos para cumplir los compromisos, solo se han señalado algunos ahorros, como los que han previsto en el plan de austeridad y las leyes ya aprobadas (como la de salarios máximos y la de las pensiones a expresidentes). Incluso el gobierno de transición ha señalado que habrá un ahorro hasta de 50 por ciento en concesiones al eliminarse los sobreprecios.
El dinero ahorrado por estos conceptos no será mucho, por lo que el reto de AMLO y de Urzúa (en su mancuerna con Gerardo Esquivel), es obtener más recursos y aquí vale la pena preguntar si para 2019 se despejará una incógnita: ¿lograrán que las grandes empresas (y las fantasmas) paguen lo que les corresponde?
Si lo logran definitivamente sí habrá fondos suficientes para los compromisos de campaña. Pero seguramente se abrirán nuevos frentes de confrontación.
Tianguis
Regresando al tema de los medios, como cada seis años es común que al término de un periodo presidencial se tomen decisiones de última hora. Así sucedió ahora cuando el pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones (Ifetel) renovó concesiones de radiodifusión pertenecientes a Televisa, TV Azteca, Grupo Multimedios y varios grupos de radio, para el uso y aprovechamiento del espectro radioeléctrico. Si bien el Ifetel es un órgano autónomo que regula las telecomunicaciones, la medida fue considerada por muchos como un regalo de Enrique Peña Nieto a los actuales concesionarios. Ahora los tres grandes grupos mediáticos y otros pequeños tendrán que pagar cerca de 10 mil millones de pesos, en conjunto. En total en su sesión de la semana pasada el instituto el IFT revisó y aprobó la renovación de alrededor de 500 concesiones de radio y televisión, que se suman a otras 730 renovadas en julio… Este lunes será especialmente interesante en los mercados, porque se verá si continúan las amenazas contra el presidente electo por parte de los señores del poder económico. Es previsible que no será un día como el lunes anterior cuando los especuladores quisieron dar un manotazo sobre la mesa para exponer que ellos mandan todavía en el país. En los días subsecuentes las presiones se diluyeron y ahora habrá que esperar al primer día hábil de la semana para saber cómo están las cosas. ¿Seguirán los mercados jugando a crear incertidumbre o definitivamente esperarán hasta que se acerque el día de la toma de posesión?… Otra de las grandes incógnitas a despejar este lunes es si finalmente ya los hogares comenzarán a recibir agua, tras la suspensión del servicio durante cinco días para reparar el sistema Cutzamala. Las versiones han sido muy contradictorias. Un día las autoridades dicen que sí desde el lunes llegará el agua a las casas. Pero otras aseguran que, por las propias condiciones del sistema, los hogares tardarán hasta el miércoles para ver regularizado el servicio de suministro de agua. Ya veremos… A partir de este fin de semana –desde el viernes- los opositores a Andrés Manuel López Obrador y a su decisión de cancelar el aeropuerto de Texcoco tienen nuevos líderes. Se trata de Iván Ruiz y Saúl Arroyo, dos jóvenes que crearon en Facebook un movimiento para realizar una marcha el próximo domingo en el Ángel de la Independencia a favor del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) que está en proceso de obras. Se convirtieron inmediatamente en trend topic e inmediatamente se colocaron como personajes a seguir. Lo que vale la pena destacar es el apoyo que los medios les han dado. ¿Por qué no apoyaron así otras manifestaciones? ¿Será por motivos de afinidad política o porque por el megapuente no había información para llenar espacios?… Interesante la decisión de informó la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) de analizar a nueve instituciones financieras para conocer su transparencia y la calidad de información en materia de créditos personales y de nómina a través de cajeros automáticos. Las peores instituciones (sancionadas con 4.5 millones de pesos) fueron Inbursa y Banca Afirme.
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