Insisten alcoholeros en que IEPS con base al grado de la bebida ayuda a simplificación fiscal

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  • México debería aplicar el esquema ad quantum, porque se fiscalizaría a 900 contribuyentes y no a 800 mil
  • Además, propiciaría mayor eficiencia recaudatoria en IVA e ISR, calcula Euromonitor

RedFinanciera

Expertos fiscales señalan que con el objetivo de simplificar y modernizar el esquema tributario del IEPS a las bebidas alcohólicas, en México se debería adoptar el esquema ad quantum que se basa gravar el grado de alcohol de cada producto o bebida, en lugar del modelo actual ad valorem, que grava el valor de las bebidas.

Con esta medida, tanto el fisco como la industria en su conjunto se beneficiarían de la simplificación, como lo han se ha hecho en varios países.

Se explica que la modificación no tiene fines recaudatorios, sino que es una recomposición del impuesto.

Sin embargo, la simplificación representaría una gran oportunidad de cerrar espacios a la evasión y elusión fiscales, y sólo por esta reforma, Euromonitor calcula que podrían recaudarse 8.5 mil millones de pesos adicionales a los 60.6 mil millones de pesos que se estiman recaudar para 2022 y con medidas de fiscalización sería mayor.

Además, se añade, propiciaría mayor eficiencia recaudatoria en IVA e ISR.

Se afirma que en lugar de fiscalizar a aproximadamente 800 mil contribuyentes, el SAT se enfocaría en tan solo 900 contribuyentes, de los cuales, menos de 20 generan más del 70% de la recaudación del IEPS.

Además, simplificaría la fiscalización mediante el etiquetado del producto y no su factura (eliminando el problema de subvaluación de facturas).

También se reduciría considerablemente la carga administrativa del contribuyente porque sólo se gravaría a los productores en la primera enajenación o a la importación.

Se indica por parte de los expertos que no se afecta a los consumidores que tienen menor capacidad económica, derivado de la composición en la participación del mercado y, por el contrario, se protege su salud.

La cerveza

La cerveza representa el 93.5% del volumen en el mercado y con la propuesta no variaría su precio o tendría una variación mínima (dependiendo la cuota que se decidiera establecer entre el rango que se propone).

Del restante 6.5% compuesto por los vinos de mesa, bebidas refrescantes y bebidas alcohólicas destiladas, los aguardientes únicamente representan el 0.97% del volumen comercializado.

Es decir, menos del 1% de los productos que consumen se verían afectados.

Protección a la salud

Al ser la base del impuesto los grados de alcohol y no el precio, las bebidas de muy mala calidad que tienen alto contenido alcohólico tendrían una mayor carga fiscal y se desincentivaría su consumo.

Con ello, se generaría un ahorro para las finanzas públicas por concepto de gasto en salud (de acuerdo con un estudio de Ernst & Young, en el IMSS, el gasto puede ascender a 63 mil millones de pesos para atención temprana de cirrosis).

Los efectos para la industria

Se explica que con un rango de cuota entre $1.021 y $1.170 por grado de alcohol, el esquema permite, con la primera, no afectar la participación en la recaudación que aporta la cerveza y compensarla con el incremento
recaudatorio que se estima se dé con el cambio de esquema más la eficiencia recaudatoria o, con la segunda, mantener el nivel de recaudación estimada para 2022 y no se disminuiría el volumen de la industria ni distorsionaría la participación de mercado por categoría, además de acelerar su producción.

Además, se asegura que si bien la cerveza incrementaría su participación en la recaudación con una cuota de $1.170, su precio se incrementaría marginalmente. Además, los destilados de muy mala calidad que dañan la salud y que compiten contra la cerveza incrementarían su valor, por lo que la cerveza ganaría participación de mercado y reduciría significativamente sus costos administrativos por la simplificación a lo largo de su cadena de comercialización.

Finalmente, se informó que es importante señalar que con una cuota por arriba de $1.170 por grado de alcohol, se ve afectada la participación de la mayoría de las categorías de bebidas con contenido alcohólico y cerveza, tanto en el valor como en el volumen de producción, generado un efecto recaudatorio negativo al incentivar el mercado ilegal por el efecto en la carga fiscal y los precios.