- Por Norma L. Vázquez Alanís
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Con un resumen de su minuciosa investigación sobre ‘La historia y geografía de la vida de Jesús’, el especialista brasileño José Caetano Tavares presentó en conferencia virtual su tesis de ingreso a la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), que con el auspicio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) da cabida a intelectuales y científicos de todo el mundo.
Tavares, quien es doctor en Estudios Eclesiásticos y licenciado en Filosofía, Nutrición y Ciencias Biológicas con especializaciones en Citogenética, Plantas Medicinales y Docencia en Ciencias de la Vida, dijo que de acuerdo con el Libro de la Genealogía de Jesucristo, del evangelista Mateo, Jesús es descendiente de David y de Abraham. Explicó que los judíos eran meticulosos guardadores de registros, de manera primordial en lo concerniente a las genealogías.
Así, Mateo siguió el linaje de José -el padre legal de Jesús- a través de Salomón, en tanto que Lucas trazó el de María -familiar sanguíneo – mediante la línea de Natán; ambos fueron hijos de David y Betsabé, de manera que por ambos linajes Jesús es descendiente del rey de Israel y por lo tanto elegible para ser el Mesías.
Ahora bien, la ciudad de Nazaret está 159 kilómetros al norte de Belén, a donde José viajó con María para el censo impuesto por el imperio romano; ella iba embarazada y dio a luz en el pesebre de una posada; los únicos que visitaron a Jesús en el lugar de su nacimiento fueron los pastores y posteriormente llegaron de Oriente unos magos que buscaban al rey de los judíos.
Porque, comentó el doctor en Estudios Eclesiásticos, los magos no adoraron a Jesús en el pesebre pues llegaron cuando él tenía dos años y estaba en una casa; hay que tomar en cuenta que los animales donde iban eran muy lentos y la distancia muy grande. Después del censo en Belén, María y José regresaron a Nazaret porque la ley judía establecía que el primogénito debía ser circuncidado a los ocho días de nacido.
El ponente subrayó que la única alusión que se conoce de esos personajes, aparece en el Evangelio de Mateo, donde se menciona a unos “magos” de quienes no da nombres, ni dice que fueran reyes y mucho menos que fueran tres. El Evangelio sólo cuenta que unos magos llegados de Oriente fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acababa de nacer.
Tavares precisó que a los 12 años Jesús fue llevado al templo, donde lo interrogaron los sacerdotes y quedaron maravillados; y que ya adulto fue bautizado por Juan el Bautista. También expuso que el trabajo de Jesús en la Tierra fue de tres años y medio, los últimos de su vida. Su misión en el mundo -aseveró- no era hacer prodigios ni milagros ante los mandatarios, sino asegurar el futuro de una vida tranquila.
También refirió que Jesús nació con una diferencia de una década respecto al calendario actual y fue crucificado a la edad de 33 en el año 31 del mismo. Porque, si nos atenemos a los registros históricos -dijo Caetano-, lo más seguro es situar su nacimiento alrededor del año seis a.C., cuando aún estaba vivo Herodes el Grande.
Diversas fuentes históricas aclaran que la fecha incorrectamente considerada como año uno fue establecida en el siglo VI, ya fuera por casualidad o intencionadamente, por un monje bizantino llamado Dionisio el Exiguo, quien diseñó un sistema de datación de los años a fin de separar la era pagana de la cristiana; de manera que estableció el Anno Domini (año del Señor, es decir del nacimiento de Jesús) en sustitución de la ad Urbe condita, o sea “desde la fundación de la ciudad” de Roma.
Ratificó el experto en Teología que Jesús no nació el 25 de diciembre y precisó que, si su año de nacimiento cuenta al menos con algunas referencias, no sucede lo mismo con el día, e indicó que es casi seguro que la fecha para fijar su natalicio fue elegida para facilitar la conversión de los romanos al cristianismo, en virtud de que ni siquiera las fuentes religiosas primarias mencionan ese día.
Estudiosos de la historia de las religiones señalan que la primera referencia al 25 de diciembre data de la época del emperador Constantino, que fue quien legalizó la practica del cristianismo; sólo a partir de entonces estuvo permitida la prédica de esta religión y así surgió la inquietud porque la población pagana se convirtiera. Por tal motivo, una gran parte de la tradición cristiana se elaboró para ser fácilmente interpretada y aceptada por un público de cultura grecorromana.
La fecha ya era convencional cuando Dionisio el Exiguo elaboró su datación y evidentemente se eligió porque era la fiesta del Sol Invicto, una deidad oriental de culto oficial durante el imperio de Aureliano a finales del siglo III; con los emperadores Constantino y Teodosio los esfuerzos de evangelización implicaron la superposición de las celebraciones cristianas a las paganas para propiciar la conversión, apuntan los historiadores de las religiones.
Comentó el doctor Tavares que cada uno de los evangelistas tiene un contenido y forma específica de relatar la vida de Jesús, quien estuvo en la Tierra para dar ejemplo, y en la bienaventuranza Mateo es muy claro al decirnos quienes son los elegidos. También dijo que su trabajo está basado en el Libro de los guardadores de las tradiciones del nacimiento de Jesús, que está escrito en griego.
Finalmente, explicó que el 90 por ciento de la Escrituras no son traducciones, sino interpretaciones, y que los Evangelios apócrifos son seis libros no reconocidos por los rabinos. La Iglesia primitiva unió las Escrituras con lo pagano.
El ingreso presencial del doctor Tavares a la Academia, se llevará a cabo cuando estén dadas las condiciones sanitarias para que pueda viajar a México desde su natal Brasil.