- Multiplicación de las juntas, extensión de los horarios de trabajo y mayor carga doméstica, genera impacto negativo
RedFinancieraMX
El estrés y agotamiento físico y mental sufridos por un periodo largo de tiempo han incrementado durante la actual pandemia por el Covid-19 en las personas que forman parte de la fuerza laboral y podrían convertirse en una nueva pandemia que tendrán que enfrentar la mayoría de las empresas del mundo, señalaron Yvette Mucharraz y Jorge Llaguno, profesores de Dirección de Personal y Factor Humano, respectivamente, de IPADE Business School.
En el webinar virtual “Burnout, la próxima pandemia”, ambos académicos coincidieron en que aunque muchas empresas mexicanas están implementando acciones para ayudar a sus empleados a abordar temas como la incertidumbre, preocupaciones financieras y de salud, entre otras afectaciones detonadas por la pandemia, la mayoría de las organizaciones aún no están abordando las implicaciones del burnout, con el efecto que esto tiene en la productividad de las personas y de los negocios aún en el largo plazo.
“El burnout está directamente relacionado con la productividad y en este contexto se está viendo que muchos empleados, especialmente quienes tienen hijos o cuidan de otros, se pueden tener dificultades para alcanzar las expectativas de desempeño previas a la pandemia, que ahora pueden ser poco realistas, o esforzarse por mantener un ritmo insostenible, lo cual impacta directamente en su calidad de vida y, por ende, en la productividad de la empresa”, mencionó Jorge Llaguno.
Yvette Mucharraz y Cano, quien también dirige el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección del IPADE, indicó que en el ámbito laboral las mujeres tienen 1.5 veces más probabilidades que los hombres de padecer burnout debido a que, además de las responsabilidades que desempeñan en el ámbito corporativo, se han sumado las cargas de trabajo domésticas para las que la situación económica ha representado un decremento en el apoyo para realizarlo, la escuela a distancia – ahora por dar inicio en formato híbrido- y al combinar el cuidado de otras personas, las lleva a pensar en reducir su rol, optar por el empleo informal o incluso renunciar, y casi tres de cada cuatro citan el agotamiento como la razón principal.
“En la investigación Trabajo Decente en México, elaborada por el CIMAD, 18.8% de mujeres y 33.4% de hombres reportaron jornadas laborales excesivas. Adicionalmente, cifras de la OCDE indican que México es el primer país del mundo en el número de horas trabajadas. Finalmente, de acuerdo con el CONEVAL, el número de horas reportadas de trabajo no remunerado para las mujeres en México (en 2018) fue de 49.8 horas semanales dedicadas al hogar y al cuidado de otros”, detalló Mucharraz.
De acuerdo con una encuesta abierta de FlexJobs en agosto de 2020, 75% de la gente reportó sentirse agotada física y mentalmente (burnout) y 40% lo atribuyó específicamente al Covid. En cuanto al rol de los directores de empresa, explicaron los especialistas, esta situación demanda un tipo de liderazgo que considere el bienestar y la salud de los colaboradores como prioridad. La comprensión y apoyo de los líderes, mencionaron, será determinante para contrarrestar los efectos negativos del burnout en el equipo de trabajo,
En cuanto al impacto del burnout en las diversas generaciones de la fuerza laboral, indicaron que el mayor impacto está siendo para los más jóvenes, pues 59% de los Millennials y 58% de la Gen Z ha reportado agotamiento físico y mental, de acuerdo con un estudio reciente de Indeed en Estados Unidos.
Asimismo, ambos profesores vislumbran desafíos creados por la crisis de COVID-19 en materia de gestión del talento humano, ya que diversas estadísticas dan cuenta de que la minoría de empresas han considerado ajustar las expectativas de desempeño del negocio o de los empleados. Entre las acciones que podrían implementar las empresas para prevenir que el burnout se convierta en un problema generalizado, recomendaron:
Proporcionar herramientas y recursos para ayudar a los empleados a trabajar de forma remota en este periodo.
Ampliar los servicios relacionados con la salud mental, los programas de asesoramiento y la capacitación en temas de salud.
Involucrar hombres y mujeres que representen a los grupos más afectados en la toma de decisiones sobre los esquemas de trabajo.
Ajustar las expectativas de desempeño o de productividad durante el tiempo que perdure el contexto pandémico para que sean más realistas, tomando en consideración las condiciones en las que ahora se labora.