- 6 de junio: voto contra el totalitarismo
- Por Francisco Rodríguez
RedFinancieraMX
Cada vez está más claro: lo que está en juego el próximo domingo es la perpetuación del modelo presidencialista totalitario, agotado hasta la extremaunción, y un Legislativo de coalición con responsabilidades compartidas por las fuerzas políticas integradas a un frente amplio opositor al estado de cosas prevaleciente.
Por eso causa grima la serie inducida de asesinatos, pero también de patadas bajo la mesa, esquinazos adelantados, zancadillas rancheras, pendencieros amarres de navajas, canibalismos políticos, descalificaciones inoportunas, que algunos protagonistas del zafarrancho que viene se adjudican como si fueran victorias para sus banderas o sus coletos.
Los que abogan por llegar solos, sin ayuda más que la de sus promotores identificados con las fuerzas conservadoras del sistema, pretenden la continuación de la tragedia mexicana: un presidencialismo personalizado, dotado de facultades metaconstitucionales, ilimitadas, opinión monocorde sobre la solución de cualquier problema o disputa.
Abuso de facultades, prerrogativas, inmunidades, atribuciones
Ya se le llegó a calificar como el país de un solo hombre. El presidencialismo unipersonal no sólo demostró que abdicó de sus facultades ejecutivas para depositarlas en organismos autónomos que sirvieron como cajón de sastre de todas las ineficiencias, nóminas de corruptos, trampas para todos los enjuagues, sin consecuencias jurídicas para el Ejecutivo claudicante.
No sólo demostró una incapacidad supina para que todas las decisiones de un país hambriento y miserable en grado extremo dependieran de los caprichos y ocurrencias de una claque de descastados que sólo con empinar la cerviz ante el supremo poderoso y desalmado lograban cualquier propósito.
El abuso de las facultades, prerrogativas, inmunidades, atribuciones, gobiernitos por decreto administrativo, sujeción de los otros poderes a los tres niveles federales y locales, acabó con cualquier vestigio de posibilidad para el ejercicio sano del mando, al estilo viejo del sistema. Un aparato que jamás fue sometido a ningún arbitrio, a ningún juicio, ni civil, ni constitucional, ni político.
El “caudillo” dio la estocada final al presidencialismo unipersonal
El presidencialismo unipersonal a la vieja usanza mexicana llenó de oprobio al país, en el interior y en el extranjero. No puede ni debe ser garantía de juridicidad, de convivencia, de orden, de respeto ni de futuro. Por si fuera poco, el “caudillo” le dio la estocada final. Ya no es solución ni de lo urgente, ni de lo importante.
Los que abogan por un nuevo sistema de ejercicio del poder que se asiente sobre los consensos de las fuerzas políticas opositoras al régimen prevaleciente han tratado por todos los medios, muchas veces sacrificando apetitos o ilusiones personales, de llegar a acuerdos de consuno novedosos y esperanzadores para la población mexicana.
Han declarado en todos los tonos y casi a una sola voz que su objetivo político es la defensa de la soberanía nacional, el castigo a la corrupción, el destierro de la impunidad, el ejercicio transparente de los presupuestos, la responsabilidad compartida en la solución de los grandes problemas nacionales, el decoro de la patria.
Partidos y gente de carne y hueso confrontan al presidencialismo
Una coalición opositora que subsume en una plataforma de compromisos expuestos ante la población desde antes del inicio de cualquier campaña política, así como la exposición clara de quiénes, procedentes de cada ideología, formarán el Legislativo y/o los gobiernos estatales en caso de triunfo. No es menor el compromiso que se han echado a cuestas. Es una oferta política de primer nivel.
Y es justo reconocer que por primera vez en la historia del México independiente se presenta una oferta política de este jaez. Por primera vez, un conjunto de partidos políticos y ciudadanos de carne y hueso se enfrentan al presidencialismo unipersonal monocorde y salvaje. Hacen frente al pensamiento único del Tlatoani, que tantas vergüenzas nos ha generado.
No hay más que dos sopas el próximo 6 de junio: continuar aletargando la agonía del presidencialismo monocorde, o dejar el Legislativo en manos de un frente amplio opositor, con transparencia y responsabilidades compartidas.
¿Usted qué haría?, pregunta quien promueve desde las sombras de Palacio Nacional, con la Banda Presidencial estrujada, el fracaso de cualquier esperanza.
Índice Flamígero: Revelador conteo del INE: Del 5 de abril, un día después del arranque de la campaña federal, al 26 de mayo, durante 459 minutos, el Presidente de la República no respetó la ley. De 36 conferencias matutinas, el Presidente Andrés Manuel López Obrador violó la Constitución en 29 de ellas, al difundir propaganda gubernamental y buscar influir en las preferencias electorales. Por ello, el Instituto Nacional Electoral (INE) nuevamente le ordenó al mandatario frenar su actitud en los nueve días que quedan del proceso electoral. “Se ordena al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se abstenga de continuar realizando actos que implican la difusión de propaganda gubernamental en periodo prohibido, así como la probable transgresión de los principios de imparcialidad y neutralidad contenidos en los artículos 41 y 134 constitucional, con el objeto de resguardar el principio de equidad en el proceso electoral en curso”, indica el acuerdo aprobado por la Comisión de Quejas.