Acento

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  • ¿Tú le crees a Marko? Yo a Trump tampoco
  • Por Salvador Flores Llamas

RedFinancieraMX

Hoy discutirán sus propuestas para dirigir a Acción Nacional los dos candidatos a su Presidencia: Manuel Gómez Morín y Marko Cortés. El primero, independiente, pretende salvar al partido del rejuego de intereses en que lo convirtieron Anaya y socios, que no quieren soltarlo  y tienen a Marko Cortés de abanderado.

La Comisión Nacional de Elecciones desechó la oportunidad de ser imparcial, como debería, pues  se contaminó de los vicios de la política nacional, en la que el PRI fue non y lo desbancó Morena.

Eso de amenazar al candidato independiente con anularle su candidatura, no habla bien de Cecilia Romero, su presidenta, de la que se esperaba un papel decoroso por su larga trayectoria de panista, hasta presidió el CEN.

Pero, como decía don José María Morelos cuando andaba de arriero por Tierra Caliente: “con estas recuas hay que trabajar”.

Es claro que el Código de Ética que propone Marko introducir al PAN es pura faramalla; primero porque el PAN ya lo tiene, y segundo porque –según indicó- sería para que los panistas no se calumnien entre sí; pero él sí se valió de un gacetillero para calumniar a Manuel con cargos que éste ya precisó que no existen.

Que no salga con que “en la guerra y el amor todo se vale”, ¿entonces, dónde está la ética que predica?

Lo que pasa es que Marko y amigos no esperaban que pegara la candidatura de Gómez Morín, por su apellido, su esfuerzo y las simpatías que ha despertado, porque los panistas en mayoría quieren sacudirse la sombra de Anaya quien, no contento con haber llevado al caos al partido, aún desea seguir mangoneándolo.

Héctor Larios, pareja de Marko en su planilla, no tiene por qué conminar a Manuel a no insultar. Gómez Morín tuvo razón al llamar a Anaya “Muchacho insensato”, por el mal que hizo al partido y aún quiere prolongarlo por los siglos de los siglos.

A Marko, como jefe nacional, lo veríamos de rodillas ante el Peje, porque ellos conciben al PAN como escalón para negociar en favor suyo, no para sacar lo mejor posible para el país, y menos harían que el PAN recuperara su papel de oposición eficaz ante el autoritarismo pejista, cuyas muestras estamos viendo.

Son dignos émulos de Trump, quien para ganar mayoría en su congreso el 6 de noviembre, armó la caravana de centroamericanos que viene por Chiapas rumbo a Estados Unidos.

Está formada no sólo por hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses, salvadoreños, también por maras salvatruchas y criminales, conducidos por quienes los pastorean muy bien rumbo a su destino. Donald podrá culpar a los demócratas, que siempre abogan por los indocumentados.

Quiso Trump que México parara la caravana; pero la decisión y consigna de sus conductores no lo permitieron, por más que a Peña Nieto le temblaron las piernitas y López Obrador se alcanzó la puntada de ofrecerles visas y trabajo en el Tren Maya y en la siembra de miles de árboles frutales y maderables en el sur del país, como si aquí no hubiera crisis de empleo.

El instrumento principal de la Casa Blanca para montar la caravana es el periodista y agitador hondureño Bartolo Fuentes, que fue diputado por el partido Libertad y Refundación, que llevó a la presidencia a Manuel Zelaya, quien fue depuesto porque quiso uncir a su país a los tiranuelos que Hugo Chávez patrocinó en Centro y Sudamérica: Daniel Ortega, Evo Morales, Rafael Correa, Néstor Kitchner y Cristina Fernández de Kitchner.

Que Trump mande a la Guardia Nacional y al Ejército a sellar su frontera para que no ingrese la caravana; lo malo es que los gobiernos mexicanos entreguistas pueden estar comprometidos a darle cobijo en nuestro país.

Nota importante para López Obrador y colaboradores: en diversos rumbos de la ciudad, sobre todo en colonias de buena posición económica, ha aparecido gente que, so pretexto de hacer una encuesta para Amlo se mete a los domicilios a robar.

llamascallao@hotmail.com

@chavafloresll