- Por Norma L. Vázquez Alanís
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Con el propósito de destacar la importancia de la labor femenina en todos los ámbitos, el Centro de Estudios sobre la Mujer de la Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG), patrocinada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), convocó a la conferencia virtual “Mujeres Nobeles” para dar a conocer el trabajo de algunas de las que han recibido un Premio Nobel en cualquier disciplina.
Al respecto la presidenta de la ANHG, maestra Elizabeth Rembis Rubio, apuntó que son muy pocas las mujeres que han recibido el galardón, sólo 56 por más de 860 hombres, y muchas veces han tenido que compartirlo con un varón.
La disertación congregó vía Zoom a Carlos Martínez Plata, educador deportivo, escritor y poeta; Claudia Sterling, abogada con maestría en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Barcelona y columnista del diario digital Pulzo de Colombia; Alejandro Mejía Muñiz, encargado del Archivo de la Capilla Alfonsina, y Emma Julieta Barreiro, licenciada en Letras Inglesas y doctora en Letras por la UNAM, así como traductora independiente del inglés, francés y el alemán al español. Cada uno de ellos habló acerca de alguna de las que han sido merecedoras de tan importante galardón.
Después de Martínez Plata, quien habló de la poeta chilena Gabriela Mistral y Claudia Sterling, que se refirió a la obra de la escritora estadounidense Toni Morrison, correspondió el turno a la doctora Emma Julieta Barreiro, quien con el título “Memoria de la fuga y transformación en la poesía de Nelly Sachs”, hizo un recorrido por la vida de esta escritora alemana de origen judío, que sufrió persecución y destierro por razones de racismo.
En 1966 obtuvo el Premio Nobel de Literatura “por su destacada escritura lírica y dramática, que interpreta el destino de Israel con fuerza conmovedora”, consideró la Academia Sueca.
De Berlín hubo de trasladarse exiliada a Estocolmo, Suecia, como consecuencia de ser judía, la salida de la Alemania nazi en 1940 le fue posible gracias a los buenos oficios de la escritora sueca Selma Lagerlöf, con quien Sachs mantenía un importante vinculo epistolar y le había dedicado su primera obra, Leyendas y relatos (antología de diálogos idílicos y narraciones de gran lirismo expresionista), que había publicado en 1921 gracias al padrinazgo intelectual de Stefan Zweig, explicó la ponente.
Sachs, quien recibió educación en su domicilio debido a su estado de salud, pero que más tarde asistió a una escuela superior de niñas, fue fundamentalmente autora de poemas, y prosa, en una primera etapa de corte romántico y luego relacionados con el destino de los judíos y el genocidio nazi; también trabajó con la cábala y el espiritismo. En 1957 fue nombrada miembro de la Academia Alemana de las Letras.
La escritora alemana aprendió el sueco y poco a poco comenzó a dedicarse a la traducción de la obra de autores alemanes, a partir de 1954 inició una abundante correspondencia con el poeta rumano de origen judío y habla alemana Paul Celan, que duró hasta finales de 1969, que significó un intercambio muy rico para ambos porque sus cartas iban acompañadas en ocasiones de las primeras versiones de algunos de sus poemas.
Barreiro consideró que la obra de Sachs aborda el cambo a través de la liberación de la poesía, además de que hay en ella una visión de fuga y consternación por lo que sembró en su mente la persecución de los judíos en Alemania y su exilio en Suecia; esta voz del holocausto fue de reconciliación y se unió a la de Celan.
Por último, tomó la palabra Alejandro Mejía Muñiz quien centró su charla en la figura de Esther Duflo, Premio Nobel de Economía en 2019 “por su enfoque experimental para aliviar la pobreza global”, según argumentó la Real Academia de las Ciencias Sueca; es la segunda mujer que recibe el Nobel de Economía y la ganadora más joven de la historia.
La economista, quien fue asesora del entonces presidente de Estados Unidos Barack Obama, obtuvo el galardón junto a otros dos investigadores, su esposo, el hindú Abhijit Banerjee y el estadounidense Michael Kremer, pero ya en 2015 había conseguido el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales por su contribución decisiva a la economía del desarrollo y al estudio de las políticas contra la pobreza.
Mejía Muñiz expuso que Duflo busca teorías de soluciones más concretas para combatir la pobreza, para lo cual impulsa la utilización de ensayos aleatorios que sirven para determinar qué modelo económico aplicar en cada caso de pobreza. La especialista pasó tiempo en el campo para realizar investigaciones sobre la pobreza.
En 2003, junto con Banerjee fundó el Poverty Action Lab, un centro de estudios global que busca asegurar que las políticas públicas creadas para combatir la pobreza se sustenten en evidencia científica, Duflo explica que a veces las soluciones más simples son las que logran hacer mayores cambios.
Para la economista y sus colaboradores la teoría no se queda en los libros, sino que está pensada para salir a la realidad y confrontarse a los desafíos del mundo que pretende transformar; si las políticas públicas de lucha contra la pobreza no logran sus objetivos, es porque parten de una comprensión inadecuada del problema.
Señaló el conferenciante que, a juicio de Duflo, los economistas recelosos están dejando en manos de los ideólogos la educación y la economía; asegura también que las mujeres están relegadas en esta disciplina y por ello se desaprovecha su incalculable potencial en las ciencias económicas.
Al cerrar la interesante disertación, la coordinadora del Centro de Estudios sobre la Mujer de la ANHG, Beatriz Saavedra Gastélum, señaló que cuando uno se adentra en la vida de estas mujeres se da cuenta de su valor frente a la adversidad.