- Nada fácil
- Por Carlos Ramos Padilla*
RedFinancieraMX
Allá en Estados Unidos las piezas se están acomodando luego del ataque al Capitolio.
Trump logró unificar a la gran mayoría de los políticos, demócratas y republicanos, a repudiar su conducta, a darle la espalda y a fortalecer el ánimo de unidad entre ellos para defender a su democracia y a su estructura de gobierno.
Pero aquí, error tras error. Biden no va a ser complaciente con el gobierno mexicano, con AMLO y como coletazo con México.
Los mensajes, cotidianos, constantes, de parte de la 4aT son incongruentes y agresivos.
Aquí el presidente insulta y descalifica persistentemente a los conservadores, a los fifís, pero va a la Casa Blanca a adular a un ultraconservador, radical, narcisista, racista y extremista como Trump.
Aquí fustiga al empresariado, allá se humilló ante uno de los empresarios más poderosos del planeta.
Haber apoyado electoralmente a Trump, permitir que Ebrard operara el voto latino y mexicano a favor del republicano, el no entrevistarse con Biden y omitir estrechar la mano a migrantes mexicanos aun cuando presume el crecimiento de las remesas, resulta absurdo y ofensivo.
La defensa a Maduro, el asilo a Evo Morales, su pacto con el Foro de São Paulo y ahora la afrenta de proponer resguardo a Assange, es otro capítulo que se suma a las torpezas que ni siquiera se pueden calificar de diplomáticas.
Vayamos sumando el escándalo del General Cienfuegos y la tontería de anunciar que no está de acuerdo en que se suspenda la actividad en redes sociales a un mercenario político que usa esos mecanismos para llamar a la violencia, la intolerancia y sirve para mandar al diablo a las instituciones.
Aquí Morena le aplaudirá esos criterios, allá el total de los legisladores defienden a sus instituciones, a su constitución, sus derechos, a la Ley y a su democracia.
Nadie gritó voto por voto, casilla por casilla ni siquiera pretendieron un Platón en la avenida Pensilvania, se dieron a la tarea de calificar una elección para permitir que su nuevo líder ocupe la presidencia con honor y respaldo.
Otra torpeza más, el cambio de representante diplomático de México.
He insistido en la altura y experiencia, además de información, de la aún embajadora Marta Bárcena.
Llega un inexperto en el ramo, una imposición de Ebrard, un funcionario torpe en el manejo de la educación nacional, representante de otro fifí (Salinas Pliego) y que por cierto tendría que aprender mucho de su hermano Javier Moctezuma, uno de los mejores embajadores nacionales ante el Estado Vaticano hoy sitio que ocupa otro ignorante en la materia como Alberto Barranco.
Falta saber cómo será el beneplácito de Biden a Esteban Moctezuma que va representando a un gobierno que permite que su partido, Morena, ataque al Senado y a la Cámara de Diputados a punta de golpes, agresiones y destrozos. Pero a aquí le llamamos derechos políticos, derechos humanos e impunidad cubierta por una espesa capa que es el fuero.
AMLO defendió, aduló, festejo e incluso aplaudió a un Jefe de Estado matraquero, arrogante y que aún, estando amlo de regreso en el avión al concluir su visita a Washington, aprovechó para volver a hablar del muro fronterizo y descalificar con términos como asesinos a los trabajadores y migrantes mexicanos. Pero aquí levantan templetes para festinar que Trump nos impuso condiciones denigrantes para detener a las caravanas migratorias que fueron alentadas por el tabasqueño con “fronteras abiertas”. Ebrard, en Tijuana, como siempre sellaba su egolatría con un “misión cumplida”. Gracias a todo este costal de imprecisiones, la relación con Estados Unidos los próximos cuatro años se antojan muy difícil y muy complejas. No sé si a Biden le complazca que nuestro presidente se relacione con el crimen organizado y libere a delincuentes como Ovidio Guzmán o deje de
perseguir al Mayo Zambada. No sé si a Biden le guste que se puedan sepultar inversiones extranjeras por decisiones en asambleas callejeras.
No sé si a Biden le convenga que en México demos protección a perseguidos internacionales como Evo Morales o Julian Assange. Me imagino que no permitiría que por una mera suposición se le califique como “delincuente de cuello blanco” o que cuando el peso del compromiso le obligue a dialogar con amlo, la respuesta sea “me canso ganso” o lo “lo que diga mi dedito”. Para el gobierno mexicano Estados Uníos, por muchísimas razones, tendría que ser el país más importante a tratar, a comerciar, a asociarse.
Tenemos a cerca de once millones de compatriotas en aquella región, muchos, la mayoría expulsados por un pésimo sistema de administración que crea y reproduce pobres.
Un sistema que alardea de que “Primero los pobres” pero su promotor vive en un auténtico Palacio con lujos mayores que en Los Pinos (y qué decir de los miembros de su gabinete).
AMLO, por dignidad, tendría que empezar a tomar clases de inglés y que alguien le explique que hace 10 mil años no había búfalos en Nueva York.
Alguien tendría que comentarle que si exige disculpas a España por la conquista, que tenga el valor de pedir cuentas a los estadounidenses por el robo de nuestro territorio. Pero es mucho pedir, nada más hay que asomarnos a las “mañaneras” para saber en qué nivel están nuestras relaciones internacionales y cultura general.
*Conductor del, programa Va En Serio MexiquenseTV canal 34:2