- Hijos desobedientes, padre cómplice
- Por Moisés Sánchez Limón
RedFinancieraMX
Aunque a estos hijos desobedientes no les ocurre lo que al personaje del corrido castigado con la muerte por la falta de respeto al padre, política y socialmente son cadáveres, individuos carentes de credibilidad, insolentes que se burlan del sentido común de los mexicanos que no se tragan las cápsulas patrioteras y de explicaciones no pedidas.
¿Usted le cree a Hugo López-Gatell y a Manuel Bartlett Díaz? Yo tampoco.
Recupero una vez más la paráfrasis de contundente descalificación que la maestra Elba Esther Gordillo Morales hizo, en su momento, de Roberto Madrazo Pintado, quien se apoderó del PRI como dirigente y luego operó alzarse candidato a la Presidencia sólo para que el partidazo mordiera el polvo frente al PAN.
Sí, en aquellos comicios de 2006 en los que las huestes de Andrés Manuel López Obrador hicieron en el Palacio Legislativo de San Lázaro, algo parecido a lo ocurrido ayer en Washington, cuando los seguidores de Donald Trump irrumpieron en el Capitolio con el objetivo de desbarrancar la calificación legislativa del triunfo de Joe Biden.
En aquel 1 de diciembre de 2006, la bancada perredista y socios pese a la negativa de los líderes del PRD, entre ellos Jesús Zambrano Grijalva, de echar por la borda el bono democrático logrado en las urnas por el licenciado López Obrador, por instrucciones de éste armaron tal zipizape en el interior del Salón de Plenos de la Cámara de Diputados, en busca de evitar que Felipe Calderón rindiera protesta como Presidente Constitucional de México.
Valga la referencia que pinta sobradamente la consecuencia de esa manga ancha con la que Andrés Manuel operó en esos días de crisis política que estuvo a punto de estallar, en septiembre de ese 2006, cuando los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declararon válida la elección de Calderón y le entregaron la constancia de mayoría como Presidente electo.
Doce años después, el licenciado Andrés Manuel ganó los comicios federales y logró su acariciado objetivo de convertirse en presidente de la república, porque con sus actos y complicidades con integrantes de su equipo de trabajo, al que pomposamente llaman gabinete presidencial legal y ampliado –Carlos Ferreyra aborrece esta denominación—no llega al nivel de las letras mayúsculas y mucho menos ser considerado jefe de estado.
Por supuesto, sus colaboradores igual carecen de esa capacidad propositiva y de nivel de los cargos que ocupan, salvo honrosas excepciones, porque simplemente atienden las órdenes que no instrucciones de su jefe el señorpresidente que suele mentir y equivocarse ofensivamente mas carece de la humildad de admitir yerros. En fin.
De ahí el sustento que deriva en cuestionar el trabajo de Hugo López-Gatell Ramírez como subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dependiente de la Secretaría de Salud, a quien el licenciado presidente López Obrador ha defendido, decía en el artículo del martes pasado, como don Pepe López Portillo al peso, como declaró en su último informe de gobierno en septiembre de 1982.
¡Vaya con Hugo, el hijo desobediente que se fue de pinta!
El otro de los hijos de Andrés Manuel, es el licenciado Manuel Bartlett Díaz, cuya capacidad de mojarra enjabonada, ésta que se pinta con insolentes declaraciones y absoluto valemadrismo de lo que ocurre en la Comisión Federal de Electricidad, al grado de admitir el uso de un documento apócrifo para disculpar un apagón que afectó a más de diez millones de habitantes en el país, sin que su jefe le imponga un correctivo que, en el mejor de los casos, sería el despido.
Acusado de actos de corrupción y de mentir, Bartlett Díaz sigue en el cargo y hasta, cuando las graves inundaciones en Tabasco, se atrevió a descalificar al gobernador Adán Augusto López y burlarse de la demanda que éste dijo presentaría en su contra.
¿Y cuál es la respuesta del licenciado López Obrador? La defensa de ambos personajes que, sin duda alguna, no ganarían un concurso de popularidad en su colonia. ¿Usted votaría por ellos para que cuidaran de su salud y le garantizaran el servicio eléctrico? Tal vez su jefe tenga otros datos o simplemente no tenga de quién echar mano para sustituirlos. O de plano despedirlos implicaría debilidad en el mando. Bueno, bueno.
Mire usted el tamaño de la defensa que el licenciado presidente hizo de López-Gatell, a partir de la pregunta de quien se identificó como “Meme Yamel, de The México News y Sin Censura”, no dijo que fuera reportera. Pero es lo de menos, porque le puso en bandeja la respuesta.
“Y, presidente –citó Meme (en serio, así dijo llamarse)–, lamentablemente, hay muchos medios de comunicación que están ya exigiendo la renuncia del doctor Hugo López-Gatell. Esto es algo que vienen haciendo desde el día de ayer medios de comunicación, partidos políticos, insisten con esta renuncia.
“(…) Y rescato lo que menciona Ciro Gómez Leyva, porque dice que si el doctor Hugo López-Gatell tuviera honor profesional se tendría que ir, utilizó prácticamente ese término.
“Preguntarle si usted sabe si esa intención del doctor Hugo López-Gatell es real (de renunciar). ¿Qué piensa acerca de este término?, más cuando estamos hablando de políticos y medios de comunicación que hablan de autoridad moral, autoridad política y honor profesional”.
–No, al contrario –respondió Andrés Manuel–, para nosotros ha sido de mucha ayuda la participación del doctor Hugo López-Gatell, ejemplar. No creo que haya un funcionario en el mundo con esas características, aunque se enojen y ya sé lo que me van a contestar, a replicar. Es de primera el doctor Hugo López-Gatell, preparado, es un gran profesional.
Luego, casualmente pidió a Jesús Ramírez, quien cobra como vocero de la Presidencia de la República: “A ver, ¿no tienes su currículum?, sobre todo lo académico. Comparen este currículum con los que fueron antes secretarios de Salud. Además, especialista en pandemias, preparado, con cultura general, con capacidad de exposición, porque es muy importante saber transmitirle al pueblo lo que debe hacerse y él tiene mucha capacidad para eso; además, honesto, honrado”.
Y, bueno, Chucho leyó el currículum de Hugo. Y etcétera y etcétera.
–A ver ¿quiénes piden que renuncie?—preguntó López Obrador –Krauze, por ejemplo.
–Sí, entre ellos. Ciro Gómez Leyva mencionando lo profesional, completó Meme Yamel.
–A ver ¿por qué no se produce un debate entre Hugo y Krauze? Sería muy bueno, a ver qué nos dice el doctor Krauze—retó el licenciado presidente y defendió al epidemiólogo, el hijo desobediente que se fue de pinta y abandonó su responsabilidad como “zar de la pandemia de coronavirus”.
“(…) hay una campaña de desprestigio en contra del doctor. Se me hace muy injusta, porque ha estado aplicado de tiempo completo. Imagínense la presión, lo que significa estar conduciendo acciones en contra de la pandemia con todo el dolor, con toda la tristeza, porque él es un hombre sensible, humano. Y golpes y golpes y golpes. Entonces, se me hace injusto”.
Pregunté en el artículo del martes pasado: ¿complicidad? Bueno, lea usted la defensa que hizo Andrés Manuel de Manuel Bartlett
Judith Sánchez Reyes, quien se identificó como corresponsal de Imagen del Golfo, de Veracruz, pidió la opinión del licenciado presidente respecto de que la Comisión Federal de Electricidad reconoció que el documento que se presentó para dar a conocer las causas que provocaron el apagón masivo el año pasado es falso, tal como señaló, en su momento, el gobierno de Tamaulipas.
–Bueno –escurrió el bulto el Peje (así le gusta le digan)–, pues yo creo que es bueno reconocer que se cometió un error o, más que eso, el que se haya inventado un suceso, un incidente. Entonces, que la Comisión Federal siga llevando a cabo la investigación y que se conozcan las causas.
“(…) Y los que quisieran que fallara el sistema eléctrico constantemente -por eso hubo tanta publicidad sobre este caso-, pues son los que han apostado a la privatización de la Comisión Federal de Electricidad, y también los que apuestan a que nos vaya mal como gobierno.
“Pero qué bien que se tiene capacidad para rectificar, no caer en la autocomplacencia, ese es un distintivo de este gobierno. Además, así tiene que ser un gobierno democrático, tener capacidad para rectificar y decir la verdad siempre”.
¿La verdad siempre? ¡Sopas!
Y luego se justificó:
“Entonces, ahora va a corresponder a la Comisión Federal de Electricidad aclarar si no fue lo que al principio sostuvieron, porque este documento es apócrifo; entonces, que den la explicación, qué fue lo que causó el apagón, y adelante. Antes no cambiaba nada, o sea, antes había silencio por completo, pero ahora no, ahora la vida pública tiene que ser cada vez más pública, no se puede engañar al pueblo”.
¿Y la aplicación de la ley? ¿Dónde el código de ética? López-Gatell y Bartlett Díaz, hijos desobedientes que proceden impunemente con la complacencia de su padre, el señorpresidente que escurre responsabilidades y justifica atropellos y perversas actuaciones. Sí, hay más, hijos e hijas como la secretaria de la Función Pública y su marido el “académico” que fueron exonerados por la Santa Inquisición encarnada en un solo hombre que habita en Palacio.
Pregunta al calce:
¿Lo ocurrido ayer miércoles en el Capitolio, en Washington, se replicaría en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, si antes no lo desaparece el prócer, en septiembre de 2024? Digo.
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