Textos en libertad

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  • Los mexicas que conquistó Cortés, eran adelantados, no primitivos
  • Por José Antonio Aspiros Villagómez/(Cuarta parte)

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         En 2020 se cumplieron 230 años del inicio en México de la investigación arqueológica en forma científica, pero cuando se celebró el bicentenario tras el hallazgo en 1790 de importantes piezas como Coatlicue, la Piedra del Sol (“calendario azteca” en la vox populi) y Chantico, entrevistamos al arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma y ésta es la continuación de aquella charla que publicó la revista bimestral En Todamérica # 264-265, de enero-febrero de 1991:

         -¿Por qué doscientos años de arqueología? ¿Ya había arqueología? ¿Se inauguró la arqueología con estos hallazgos?

         -De eso hemos comentado cómo hay una serie de elementos que se conjugan en ese año de 1790 y en los años siguientes en relación a los hallazgos de estas dos esculturas. Y eso es lo que nos hace tomar ese año como punto de partida.

Excavaciones se habían hecho antes también. Excavaciones las había hecho, por ejemplo, don Carlos de Sigüenza y Góngora en Teotihuacán, pero ni han quedado los escritos de él… Hay dudas, parece que fue la pirámide de la Luna, otros dicen que fue la del Sol donde él excavó a finales del siglo XVII, o sea que no hay evidencia escrita de lo que él encontró o interpretó de aquella excavación.

En cambio, el hallazgo de estas dos esculturas trae aparejadas varias cosas muy importantes. Por un lado, los años ya postreros de la Colonia, es decir, estamos a 20 años de que empiece el movimiento armado de independencia, y estas figuras van a causar una inquietud.

La Piedra del Sol va a ser trasladada y colocada a un lado de la catedral metropolitana y en su torre poniente viendo hacia lo que hoy es calle Cinco de Mayo. En cambio, la Coatlicue es enterrada en los patios de la Universidad. O sea, ese destino desigual de las dos figuras es muy significativo y muy importante en ese momento, porque resulta que España estaba siendo atacada por sus enemigos -por Francia, por Inglaterra- quienes demeritaban la acción de la conquista de España.

Decían que la conquista no había tenido ningún valor ni nada, puesto que había sido contra pueblos primitivos, etcétera, que por lo tanto no había ninguna grandeza en ese acontecimiento que tanto enaltecía a España. Entonces, León y Gama mismo, quien estudia las dos esculturas, dice que una de las cosas que lo mueve a estudiar y publicar estas dos piedras es que se vea que no eran de ninguna manera pueblos primitivos, sino adelantados, y una muestra de eso era precisamente la Piedra del Sol.

En cambio la Coatlicue no la entendían, así como tú tampoco la entiendes, puesto que dices que te parece (palabra ininteligible en la grabación, pero podría ser “horrible”), pues sí, es tu mente occidental, igual que la de ellos, no le veían ni pies ni cabeza a la figura, por lo tanto la condenan y es enterrada, porque al contario a juicio de ellos, de aquella época, iba a demeritar otra vez la conquista española.

Es decir: miren esto, a quién se le ocurre hacer esto, ¿verdad? Entonces no comprenden lo que es, y es lógico, pues era finales del siglo XVIII. Entonces no comprenden el contenido y la esencia de estas esculturas prehispánicas porque desconocen en buena medida también todo ese pensamiento prehispánico. Entonces la entierran.

Y en cambio a la Piedra del Sol la enaltecen a grado tal, que la ponen a un costado de la catedral. O sea, lo que en el siglo XVI hubiera sido condenado y la hubieran destruido y enterrado, ahora es un concubinato con los ángeles de la catedral; esto no deja de ser significativo.

Pero, además, el estudio de León y Gama se constituye en el primero sobre objetos arqueológicos, de monumentos arqueológicos en los que se interesa saber su ubicación, el tipo de piedra en que están hechos, la interpretación de lo que tienen ahí. Es todo un estudio basado en fuentes históricas, en los mismos datos del material en que están hechas las piezas, lo que representan.

Ese es el primer estudio ya interpretativo de manera importante que se presenta en el año de 1792 cuando él publicó su libro de la descripción de las dos piedras. Entonces, un hecho más también, es el siguiente: es el momento, gracias a ese estudio y demás, que se vuelve a prestar atención a las culturas que habían sido negadas por los europeos. Ellos habían destruido sus templos, habían destruido sus dioses, habían querido cambiar sus costumbres, etcétera, en el siglo XVI, y ahora, varios siglos después, volvía por primera vez a ponerse atención firme sobre lo que habían sido estas culturas negadas.

         -¿Entonces se puede decir que la arqueología mexicana es anterior, por ejemplo, a la egiptología?

         -Bueno, aquí hay una cosa interesante: por ejemplo, Italia celebró en 1988 los 250 años de excavaciones en Pompeya y Herculano, excavaciones que se iniciaron por interés de los Borbones. Recordemos que en aquel entonces, Nápoles estaba bajo el control de los Borbones. Entonces se inician las excavaciones de Pompeya y Herculano a mediados del siglo XVIII. En el caso de Italia, de toda la llamada arqueología clásica. No recuerdo con exactitud el caso de Egipto y de otros lugares cuándo ya hubo un interés en este tipo de elementos, pero creo que por lo menos en Italia, tomando en consideración cuándo se inicia este tipo de trabajo arqueológico por rescatar, por conocer ciudades que fueron sepultadas, como el caso de Pompeya y Herculano, sí es anterior en relación a lo que venimos mencionando nosotros. (Continuará).