Comienza el Buen Fin

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  • (RedFinancieraMX) Negocios esperan impulso en las ventas, pero hay márgenes de consumo acotados

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El Buen Fin arrancó este lunes con la expectativa de los empresarios de mejorar la crítica situación que ha dejado la pandemia en sus negocios, y con previsión de que puedan lograr las ventas del año pasado que sumaron 117 mil 800 millones de pesos.

El evento se prolongará 14 días en la Ciudad de México y 12 en el resto del país, en cuya décima serie, según el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEES), se podrán encontrar múltiples promociones que van desde descuentos directos en precios hasta facilidades de pago, con el objetivo de estimular compras por parte de los consumidores y facilitar el manejo de inventarios de los establecimientos, previo a la temporada navideña.

Desde el inicio de este programa de ventas los resultados han sido positivos, unos años más que otros dada la coyuntura por la que se ha atravesado, pero finalmente se han mantenido al alza. En 2011, año de su primera edición, el Buen Fin generó ventas totales por 39.8 miles de millones de pesos (mmp). Durante 2019 el valor de las ventas ascendió a 117.8 mmp. Las estimaciones de algunos organismos empresariales anticipan que en este año el monto de ventas estará muy cerca de las del año pasado, ya considerando nuevas actividades participantes como bienes raíces y automóviles.

En esta edición el periodo de ventas del “Buen Fin” se alarga a doce días (del 9 al 20 de noviembre y a catorce en al caso de la Ciudad de México, a fin de moderar el aforo a establecimientos comerciales y de servicios y evitar aglomeraciones en el contexto de permanencia de alerta sanitaria y posible repunte de contagios por Covid-19.

Sin embargo, en su análisis, el CEESP considera que la reducción voluntaria de salarios para evitar perder el empleo durante la crisis sanitaria puede hacer que familias limiten su compra de bienes y servicios durante el Buen Fin, además de la crisis en el mercado de trabajo y las percepciones de las familias que se ha reflejado en el número de patrones registrados en el IMSS.

Se subraya que entre abril y julio se dieron de baja poco más de 6 mil 400 patrones, mientras que 6 mil 156 patrones con un solo empleado asegurado se dieron de alta.

“Esto indica una migración de trabajadores de empresas relativamente grandes a negocios prácticamente unipersonales y sugiere una reducción de ingresos de muchas unidades familiares. Asimismo, es importante señalar también que del 1.1 millones de personas que perdieron su registro en el IMSS, 86% percibían entre dos y tres salarios mínimos”, señalan los analistas del CEESP.

Los especialistas del sector privado hacen notar el elemento que ha compensado en buena parte la merma del ingreso de las familias y que es la entrada de remesas familiares. Aunque “si estos recursos alentarán el consumo en el Buen Fin no es claro. Las elevadas remesas se relacionan con las elevadas ayudas a las familias que el gobierno de los EU ha puesto en marcha durante la pandemia, que ha beneficiado a familiares de hogares mexicanos en aquel país, así como con la solidaridad de los mismos con sus familiares en estos tiempos de dificultad”.

“No es coincidencia que, medido en pesos reales, las remesas familiares hayan reportado en marzo un incremento anual en términos reales de 52.2% y que se hayan mantenido hasta septiembre, último dato disponible, creciendo a 22.5% respecto al mismo mes del año anterior. En la medida en que las familias receptoras de estas remesas las utilicen para consumo básico, es posible que no favorezcan particularmente las ventas del Buen Fin”, apuntan los analistas del CCE.

En su reporte semanal, el Ceesp menciona que el Buen Fin puede alentar el consumo agregado, variable clave que no parece recuperarse con la solidez deseada para facilitar la reactivación del crecimiento. Pero, “varios factores hacen pensar que dicha recuperación es por ahora improbable: las condiciones del empleo y el mercado laboral, que muestran un claro deterioro como consecuencia de la crisis, entre otros”.

“Es necesario que la política pública cambie de dirección y el proceso para la aprobación del presupuesto federal presenta una valiosa oportunidad para ello”, dicen los analistas.