Comentando… la ciudad

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  • Alfonso Durazo emisario del mal y la corrupción, a Sonora
  • Va de avanzada, no para gobernar, sino allanar caminos a…
  • Por Luis Repper Jaramillo

RedFinancieraMX

En cualquier día de 2019, Alfonso Durazo Montaño, ex Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de la Transformación de 4ª -léase López Obrador- (que nunca cuidó y menos protegió a los mexicanos), para justificar su designación declaró en entrevista “recibí un país oliendo a pólvora”. ¿Y… acaso resolvió esa desagradable pestilencia?, desde luego no.

Bueno, 22 meses después de protestar el cargo, huye, se va, corre con el peregrino argumento de ser candidato por Morena a la gubernatura de Sonora, en la elección de junio 2021.

Cobardía, que perversamente junto con su patrón Andrés Manuel López Obrador, maquinan un plan -que de ganar. Cosa que dudo- les permitiría controlar, manipular, ejercer el poder -aliados con el Cártel de Sinaloa- de toda actividad delincuencial, corrupción, tráfico de drogas, armas, secuestros, trata de personas, prostitución, feminicidios, etc. desde Nayarit hasta Baja California, barriendo Sinaloa, Sonora (sentarían la base del centro de control), Baja California Sur, Durango, Chihuahua, Zacatecas y desde luego CDMX.

Este es el proyecto inicial, escondido como “renuncia” al cargo, enviado como emisario para apoderarse del territorio y Plaza.

Pero volvamos a la inutilidad del “chaquetero” Durazo. Fue priista, panista, perredista morenista. Dejó huella roja en su gestión. Su frase “recibí un país oliendo a pólvora”, responde a la misma idea del Peje cuando señalo “recibo un país en quiebra, en bancarrota, destrozado”

En su fuga, el 21 de octubre de 2020. (esto lo sostengo yo) Durazo Montaño deja un país oliendo a muerte, a sangre, sembrado de viudas, huérfanos, familias incompletas, acabadas.

Con nauseabundas pestilencias, deja en sólo 22 meses, como secretario de (in) Seguridad y Protección Ciudadana 60 mil 330 víctimas por el crimen organizado, una estela de sangre, desolación, hartazgo social e impunidad, demasiada impunidad de gatilleros, sicarios, gavilleros, comandantes, ministerios públicos, policías de investigación, burócratas, jueces, “secretarios”, diputados, funcionarios públicos, etc. Con este palmarés quiere gobernar Sonora.

Es tal su cinismo, que, en el nicho de poder de López Obrador, en la mañanera de Palacio Nacional, fue convocado para informar los resultados de su gestión durante septiembre. Ufano, fanfarrón, hocicón, merolico, dijo “atenderé el llamado de la militancia (Morena) en la elección del próximo año. Este será mi último reporte al frente de la Secretaría”

Luego leyó “sus datos”. Los homicidios dolosos bajaron en septiembre, de 1979 a sólo 1729, o sea, los miles de muertos siguen siendo, sólo estadísticas, para la Transformación de 4ª, no el final de vidas y la ruptura del vínculo familiar. Sólo números

Pero las cifras juegan en su contra, en su Currículo, portafolios de éxitos, su carpeta de triunfos. Tomo datos de la Empresa de Investigación T-ResearchMX que indica, de 2018 a 2020, en sólo 22 meses de las gestiones de Alfonso Durazo y López Obrador, se han cometido 60 mil 330 asesinatos. Compara en el mismo periodo con sus antecesores (PRI y PAN): Enrique Peña Nieto 30321, Vicente Fox, 24020; Felipe Calderón, 19571, insisto, en sólo 22 meses. Información obtenida de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, del mismísimo Alfonso Durazo… ¡sus datos!  Las cifras no mienten.

Más etiquetas para presumir, cuando el susodicho ande en campaña mendigando el voto de los sonorenses hacia la gubernatura, jajajajaja, según él “respondiendo al llamado de la militancia”, uffff. Al subir al templete, estrado, plataforma, foro, a escupir sus peroratas los ciudadanos, simpatizantes y militantes de Morena tendrán que considerar los desatinos de su “ungido” (si llega). En octubre de 2019, elementos del ejército, la marina y la guardia nacional implementaron un operativo (ordenado por la DEA y el FBI, desde Estados Unidos, incluida la dirección y número de sicarios en donde se encontraba el “objetivo”) para la captura, disposición ante el Ministerio Público Federal y posterior extradición a la unión americana, de Ovidio Guzmán López, hoy líder del Cartel de Sinaloa, heredado por su padre “El Chapo Guzmán”, purgando sentencia de cadena perpetua en EE UU.

Se acató la “orden de colaboración”. Junior fue detenido, sometido y esposado. Desde un lugar de la CDMX Alfonso Durazo Montaño coordinaba las acciones de la quinteta del Gabinete de Seguridad Pública de la Transformación de 4ª (SSPC, Ejército, Armada, FGR y GN). Ya tenían a Ovidio, incluso un video levantado en el sitio por cámaras de las fuerzas armadas daba fe del sometimiento. Incluso grabó una llamada, vía celular, que realizó el “detenido” (no permitido cuando ya está esposado). Instantes después, ante la sorpresa de los militares, se ordenó soltarlo, dejarlo huir, sin ser presentado ante la autoridad judicial, como dispone la Constitución, las leyes en la materia, los protocolos y la acción anticorrupción que tanto cacarea López Obrador.

Horas después, se conoció que el propio Andrés Manuel motu proprio, decidió liberar a Ovidio, bajo el más estúpido argumento de evitar una masacre contra la ciudadanía, por la reacción de los sicarios y gatilleros del Cartel de Sinaloa.

Indignamente, Durazo Montaño, guardó cómplice silencio, violando sus convicciones, ética, moral, responsabilidad y honor cuando protestó el cargo de Secretario de Seguridad Federal. No tuvo los “cataplines” para cuestionar, encarar y protestar a López Obrador por el acto cobarde de liberar a un fugitivo, asesino, delincuente, envenenador. Sin el carácter para solucionar un problema, Alfonso Durazo pretende “gobernar” la vida de más de 3 millones de sonorenses.

Incapaz, inútil, sin perfil profesional para el cargo, títere de López Obrador, mentiroso, insensible (no le importaron las secuelas que, en las familias de soldados, policías ministeriales, estatales, municipales, marinos, colaterales, etc. dejaron los asesinatos de sus consanguíneos) fatuo, hocicón, fanfarrón, etc. siempre mostró descaro para asumir la responsabilidad que tiene al fracasar su labor frente a la inseguridad nacional.

Tal es el caso de su comparecencia ante el Senado de la República a raíz del vergonzoso, fallido, corrupto operativo de captura a Ovidio Guzmán López, que fue requerido para explicar la torpeza. La reacción de los legisladores de oposición PAN, PRD, PRI, MC fue de renunciar al cargo, por incompetente. Como cínica respuesta dijo “esas responsabilidades ni se buscan ni se abandonan. Me quedo para mantener el compromiso de respetar la seguridad pública como un espacio de neutralidad política”. Ni defendió, respeto o resolvió la asignatura pendiente de la T4a (inseguridad) y sí abandonó el cargo, mintiendo como todos quienes forman la Transformación de 4ª y Morena.

Otra rayita al tigre, en el mismo asunto de Ovidio Guzmán, y ante las inconsistencias de las declaraciones de López Obrador (quien autorizó la liberación) y de Durazo, de que el operativo había sido planeado meses atrás, el Secretario de la Defensa Nacional, General Luis Crescencio Sandoval, tuvo que corregirles la plana con certero golpe a la nuca. Desmintió “fue un operativo CIVIL, mal planeado, peor ejecutado y sin notificación suficiente (verdad a medias) y oportuna a las fuerzas armadas”. Durazo no dijo ni Pío (sinónimo de corrupción).

Sin perfil profesional, también tiene que cargársele al ex titular de la SSPC, 93 muertos más, por el estallido de un ducto de Pemex, en el Estado de Hidalgo, que al ser huachicoleado explotó con las víctimas mencionadas y 43 heridos de gravedad. ¿Su responsabilidad? SÍ, por nula vigilancia, investigación y omisión en su trabajo.

En el medio político, burocrático, policial, nacional e internacional tienen considerado a Alfonso Durazo Montaño como sujeto impresentable, por su incapacidad y traiciones.

Los sonorenses dignos, más de 3 millones que hacen patria y Estado, deben ser muy cuidadosos, críticos y contundentes por si los 6 mil simpatizantes, militantes, amlovers, chairos, botts, pagados, acarreados, sumisos que forman el Padrón de militancia de Morena en el Estado (dato del INE), imponen como su candidato a la gubernatura a este despreciable sujeto, por orden, disposición y dedazo de López Obrador desde Palacio Nacional. En todo caso, Un millón 698 mil 789 registrados en la Lista Nominal de Electores (con credencial y foto) superan por mucho a los 6 mil morenistas registrados en la base de datos del partido. No se descarta acarreados de otros Estados, principalmente de la CDMX para embarazar urnas, ratón loco, carrusel, etc. el día de la elección (siempre y cuando sea Durazo el abanderado).

El impresentable Alfonso no va a la candidatura por convicción, sino por intereses personales, económicos, políticos, de grupo, familiares, de Andrés Manuel López Obrador, quien busca el control absoluto de gubernatura y Congresos Locales para sus perversas intenciones de imponer la dictadura en México.

Por lo pronto, ya lo derrotaron en Coahuila e Hidalgo, los sonorenses deben evitar a toda costa la malaleche del Peje que manda a Durazo Montaño a lucubrar, maquinar, una elección a modo de la Transformación de 4ª, que además de darle el poder en el Estado, tender las vías al Cartel de Sinaloa para controlar y operar (en colusión con la T4a) las mafias en la franja Pacífico/Golfo de Cortés, para la delincuencia organizada en el occidente / noreste del país. Por eso tanto amor, afinidad, diligencia, lealtad, sumisión ante la Familia Guzmán Loera/López.

Durazo sería el brazo ejecutor, El Padrino, dirigido desde el Zócalo de la Ciudad de México.

Sonorenses, atentos, va hacia ustedes un emisario del mal, de la corrupción, de un dictador.

lrepperjaramillo@yahoo.com

*Miembro de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión (ANPERT) y de Latitud Megalópolis (LM)