- Por Norma L. Vázquez Alanís
RedFinancieraMX
La Academia Nacional de Historia y Geografía (ANHG) sirvió de foro para la presentación virtual del libro De la cultura precolombina (Mesoamérica) al porfiriato, de los autores Armando González Morales, antropólogo por la UNAM y maestro en Historia por la BUAP, y Enrique Ávila Castillo, profesor normalista especializado en Historia.
En el acto, organizado por la Coordinación de Ciencias Sociales y Económico-Administrativas de la propia Academia y que es presidida por el doctor Alejandro Chirino Sierra, participaron como comentaristas de la obra Pedro Hernández Morales, profesor normalista y coordinador de la Sección 9 de la CNTE, y Francisco Huber Olea, abogado por la UNAM y especialista en Derecho Canónico, quienes coincidieron en que se trata de un trabajo serio de investigación presentado en un lenguaje accesible a todo tipo de público.
Para Huber Olea, es un libro muy interesante pues aborda temas que la historia oficial no toma en cuenta. Se narran acontecimientos que surgen con el choque de dos culturas y es espectacular porque cada una tiene diferente forma de ver la vida; esta obra induce a la meditación de los hechos que se exponen.
El conquistador vino a encontrar cosas trascendentes, como por ejemplo que en América también había instituciones jurídicas y eso es significativo, porque los exploradores no impusieron sus instituciones jurídicas, sino que debieron ser reconocidas por cédula real, comentó Huber Olea. Aquí el matrimonio era poligámico y en Europa era monogámico, de manera que sobre este asunto y los tributos tuvieron que hacerse adecuaciones; fue Francisco de Vitoria quien adaptó lo que existía en estas tierras a lo que ellos tenían en España.
Este libro busca la verdad frente a una historia oficial llena de inexactitudes y mentiras, a fin de dar a conocer el surgimiento de la identidad nacional de la fusión de los pueblos de Mesoamérica y con los conquistadores. Es una obra sensata a través de la cual se puede conocer esta nueva identidad, reconoció.
Por su parte, el profesor Pedro Hernández Morales mencionó que es una publicación enfocada a jóvenes y niños para que sepan cómo vivían los habitantes de Mesoamérica antes de la conquista; es uno de esos libros bien hechos que pueden entender todos los interesados en la historia, pues con un lenguaje sencillo los autores abordan en los diferentes capítulos la historia de México desde Mesoamérica hasta el porfiriato.
En el volumen, publicado por la Editorial Quinto Sol, los autores se preguntan para qué sirve estudiar los procesos históricos, lo cual marca una dinámica para el aprendizaje. En opinión de Hernández Morales, el estudio de la historia de México debe ser visto en un rango más amplio, es decir, comparada con los procesos históricos del mundo.
Hablan los autores
Uno de los autores, Enrique Ávila Carrillo, expuso que el libro De la cultura precolombina (Mesoamérica) al porfiriato está enfocado a jóvenes de entre 15 y 19 años y que al elaborar este material pensaron en darles elementos históricos para que tengan una visión crítica sobre los procesos históricos, que entiendan cuáles son sus raíces y se sientan orgullosos de ellas. Para ello era necesario explicar el desarrollo de las culturas precolombinas y tratar de analizar cuál es la diferencia entre una cultura que vino a conquistar y una que no se rindió; también era indispensable razonar sobre cuál era el nuevo elemento económico que traían los europeos: la propiedad privada, que se enfrentó a la comunal vigente en Mesoamérica.
Pero no sólo eso, continuó, había que dar testimonio de que en el siglo XVI unos 20 millones de seres humanos desaparecieron en lo que hoy es México, murieron por enfermedades, esclavitud, etcétera; además documentar las características de la lucha por la independencia y de qué manera los sectores económicos se han mantenido en el poder, pues siempre después de un levantamiento social los sectores hegemónicos vuelven a tomar el poder. En este volumen además se aclara qué son las logias masónicas y cómo fueron la base de quienes se disputaron el poder durante todo el siglo XIX y se testimonia que el porfiriato fue la base para que México se desarrollara políticamente.
A manera de conclusión, el profesor Ávila Carrillo expresó que los indígenas del siglo XVI no eran de hablar alto y les llegaron conquistadores gritones. En Mesoamérica había 116 idiomas, de manera que era una Torre de Babel e hizo énfasis en la premura de que se discuta el concepto de Patria, porque cada quién la piensa diferente.
En tanto, Armando González Morales, coautor de la obra, precisó que se trata de un texto lo más didáctico posible, que pone de manifiesto lo metódico que se debe ser para investigar la historia. Observó que los estudiantes al llegar a las universidades tienen muchas deficiencias en materia de conocimientos históricos, pues confunden la Independencia con la Revolución y a Morelos con Zapata. El libro es para estudiantes de bachillerato, pero es indispensable en el inicio de la universidad por las muchas carencias que existen en el sistema educativo actual. En México no hay una educación crítica, ya que no se propicia el desarrollo de un criterio propio para que el alumno siga investigando por su parte sobre los temas que estudia en la escuela, recalcó.
En la obra que presentamos, prosiguió el antropólogo, se explica que el barroco mexicano toma elementos de otra cultura y los plasma en la propia, también se plantea la necesidad de rescatar la creatividad y originalidad de los pueblos autóctonos, además de hacer un análisis del sincretismo que existe en la cultura mexicana. Destacó que, aunque españoles y pueblos americanos no hablaban el mismo idioma, fue posible llegar a acuerdos políticos y eso no lo enseña la historia oficial. En este sentido dijo que el priismo fue un proceso cultural que se gestó desde entonces, es intravenoso, es una herencia del proceso colonial que nadie ha estudiado; el priismo viene de la época colonial y las alianzas con los pueblos autóctonos.
González Morales hizo énfasis en la urgencia de que los estudiantes lleguen a la profundidad de la investigación en la historia y que abreven en fuentes revisionistas para que no se queden con la historia oficial que data de tiempos inmemoriales, pues ya el sacerdote Tlacaélel, por órdenes del emperador Itzcóatl, quemó los libros que no tenían los hechos que a él le interesaba destacar; así se redujeron a cenizas todos los viejos códices en los que se retrataba el pasado de los mexicas.
“No hay muchos pueblos en el mundo que hayan recogido la cultura conquistante para fusionarla con la nativa, somos un crisol de culturas y eso es lo que nos engrandece”, afirmó por último el maestro en Historia.
Las reacciones de la Academia
Los miembros de la ANHG estuvieron muy participativos y la doctora Alicia Albornoz opinó que el tema de la identidad en México es muy importante, porque aquí se niega tanto lo indígena como lo español, lo que no sucede en otros países de América Latina; no se tiene orgullo de raza. Alejandro Dosal refirió que el mestizaje mexicano tiene una lucha interior entre lo indígena y lo español, pero recordó que en Mesoamérica ya había mestizaje entre pueblos nativos.
Mientras que el historiador Eduardo Rabell consideró que el libro De la cultura precolombina (Mesoamérica) al porfiriato viene a llenar un hueco que se dejó de lado en la enseñanza de la historia: sin embargo, aseguró, a veces los maestros no comprenden tampoco la conquista. Invitó a los académicos a leer el libro y discutirlo libremente. Y Héctor Godínez sostuvo que la conquista fue un choque tremendo que terminó por imponer una nueva visión de sociedad; igualmente fue una conquista ideológica, pues aquí había una sociedad organizada de una manera distinta. Para el académico somos herederos de los tlaxcaltecas, que fueron quienes repoblaron lo que era Tenochtitlan.
Finalmente, todos convinieron en que es imprescindible enseñar a los niños a ser analíticos, a investigar y a discernir, es necesario despertar el interés por el conocimiento de la historia en los jóvenes porque existe un desconocimiento total de la historia y eso tiene una repercusión en la actualidad. El presente de México sería muy distinto si todos conociéramos la historia y este libro es un excelente instrumento para que los jóvenes profundicen en la investigación histórica.